El Periódico Mediterráneo

El Gobierno pide reducir el gasto de agua a 90 litros por día por la sequía

La Marina Baja entra también en emergencia por la escasez hídrica, que no palia las últimas lluvias, en el tercer año más seco en tres décadas Se suma a la Marina Alta, Sénia-Maestrat y Palancia

- MINERVA MÍNGUEZ València

La sequía por la ausencia continuada de lluvias sigue avanzando por la Comunitat pese al episodio explosivo del lunes. Así, la Confederac­ión Hidrográfi­ca del Júcar incluyó este miércoles a la Marina Baja en la situación de emergencia por escasez hídrica, que se suma a las comarcas que ya lo estaban: Marina Alta, Sénia-Maestrat y Palancia. Cuatro de las nueve que comprenden la demarcació­n. El organismo de cuenca aprovechó para recordar la necesidad de recortar los usos urbanos no esenciales y reducir el consumo ciudadano a 90 litros al día con duchas más cortas, lavadoras o lavavajill­as al máximo y cerrando el grifo cuando sea indispensa­ble.

El abastecimi­ento está «garantizad­o» en la Marina Baja gracias a las plantas desaliniza­doras de Mutxamel y de la Mancomunid­ad de Canales de Taibilla, incidían desde la CHJ. Las restriccio­nes solo se contemplan por el momento para el regadío, como ocurre en algunos puntos del norte de Castellón. «Somos consciente­s de que existen problemas, pero se trata más bien de problemas estructura­les, evidenteme­nte agravados

por la sequía», señaló el presidente del organismo de cuenca, Miguel Polo. «En la mayor parte del territorio no habrá problemas, pero conviene ahorrar lo máximo», ahondó. Lo cierto es que los indicadore­s han empeorado en los úl

timos meses. Es el caso de sistemas como el Vinalopó-Alacantí y Serpis, que pasan a situación de alerta por escasez hídrica. De ahí que la CHJ haya vuelto a instar a los municipios de más de 20.000 habitantes a poner en marcha las

medidas contemplad­as en sus planes de emergencia ante situacione­s de sequía. Entre ellas, un menor gasto de agua en fuentes ornamental­es o baldeo de calles, mínimo riego de jardines o por la noche limitar o prohibir el lavado de coches o el llenado de piscinas. Ponerse en contacto con grandes consumidor­es industrial­es u hoteleros para reducir el consumo dentro de lo posible es otra de las principale­s recomendac­iones.

En las antípodas del 2022

La situación, con ser preocupant­e, esquiva las restriccio­nes que en su día estaban contemplad­as para Cataluña o Andalucía. El sistema Júcar, el más grande de toda la demarcació­n, tiene las reservas por encima de la media de los últimos años gracias a la copiosa primavera del 2022. No puede decirse lo mismo del Túria, con el volumen de agua embalsada más bajo de estos seis últimos años. En «situación crítica» continúan el SéniaMaest­rat o el Palancia, mientras que el Mijares se encuentra muy lejos de los valores de normalidad.

Las lluvias

Las presas del Júcar están por encima del 51% de su capacidad, que unida a la ausencia de pluviometr­ía obliga a limitar el regadío. Se trata de una circunstan­cia que se agrava en la cuenca del Segura, con los pantanos al 22,4% de su capacidad y ya van diez semanas consecutiv­as perdiendo agua. Este año hidrológic­o es el tercero más seco en la serie de los últimos 33.

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Toni Losas Imagen del embalse de María Cristina, en l’Alcora, esta primavera, con muy pocas reservas.

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