Felipe VI subraya en Lituania que la «cooperación» militar es «imperativa»
El Rey, que apunta a la «incertidumbre global», asiste a un simulacro de intercepción de un avión no identificado ruso por dos F-18 españoles
Felipe VI siguió ayer su gira por los países bálticos. Tras visitar el domingo Estonia, ayer a primera hora aterrizó en Vilna (Lituania) para entrevistarse con sus autoridades y, por la tarde, visitó a los 150 militares españoles que están destacados en la base de Siauliai bajo el mando de la OTAN. Allí, donde se ubica la Policía Aérea del Báltico (BAP, en sus siglas en inglés), el Rey asistió a un simulacro de interceptación de un avión no identificado de Rusia.
De camino hasta el palacio presidencial donde le estaba esperando Gitanas Nauseda, pudo ver varias banderas de Ucrania, como muestra de solidaridad ante la invasión lanzada por Vladímir Putin, y también una gran pancarta en un rascacielos en la que se leía «Putin, La Haya te espera», en referencia al Tribunal Penal Internacional, que tiene su sede en esa ciudad de Países Bajos. El miedo en Estonia, Lituania y Letonia, países que forman parte de la gira del Monarca, es que el gigante euroasiático pueda vulnerar su soberanía territorial.
Nauseda ofreció un almuerzo a Felipe VI en el que el Rey pronun
ció un breve discurso para mostrar, como hizo la víspera en Estonia, el apoyo de España al país en este momento de tensión con Rusia. «Como socios y aliados en la UE y en la OTAN, nosotros compartimos una visión común para una Europa libre y unida. La experiencia muestra que nuestra cooperación es imperativa para promover la estabilidad y la prosperidad en estos tiempos de incertidumbre global», dijo.
Por la tarde, el jefe del Estado voló de Vilna a Siauliai para presenciar el simulacro aéreo. Allí, en la pista de la base junto a los hangares, Felipe VI vio llegar a la furgoneta que trasladó desde el edificio militar (donde supuestamente estaban de guardia) a dos pilotos, dos armeros y dos mecánicos. En este tipo de operación siempre participan dos F-18. De tres en tres se fueron a sus respectivos aparatos, acabaron de prepararlos y los pilotos
salieron volando para interceptar, presuntamente, a un avión ruso. Tardan unos 20 minutos en total desde que el centro de control ha ordenado la misión hasta que se colocan a la izquierda del avión ruso a una distancia prudencial y le escoltan y acompañan hasta que sale del espacio aéreo internacional o corrige la trayectoria.
Normalmente, este tipo de operación se desata porque aparatos rusos (cazas, de transporte o de inteligencia) entran en el espacio aéreo internacional de soberanía de la OTAN o no han facilitado plan de vuelo. El mar Báltico es una región delicada porque es frontera con Rusia: los militares de la Alianza en esta misión vigilan la ruta que siguen las aeronaves rusas desde Kaliningrado (un enclave del país en territorio europeo que está al sur de Lituania y fronterizo con Polonia) hasta San Petersburgo o a la inversa. A menudo, según fuentes del Ministerio de Defensa, vuelan o se acercan al espacio aéreo de la OTAN sin utilizar transpondedores, sin comunicarse con el control de tráfico aéreo o sin haber presentado un plan de vuelo. Desde el 1 de abril, el contingente español ha tenido que salir en una veintena de ocasiones para disuadirles.
Misión desde 2004
La misión de la Policía Aérea del Báltico es puramente defensiva y cubre las carencias en materia de defensa de los países de la región (Estonia, Lituania y Letonia, los tres territorios que visita el jefe del Estado este viaje). Esta policía aérea empezó su andadura en 2004, cuando las tres exrepúblicas soviéticas entraron, ese mismo año, en la OTAN y la UE. España inicio su participación en la misión en 2006 e intensificó su colaboración a partir de 2014, cuando Rusia invadió por primera vez Ucrania y ocupó la península ucraniana de Crimea.
El Ejército español participa en la BPA en estos momentos con ocho aparatos F-18 y sumó la pasada semana un A-400 para abastecimiento en vuelo. La misión actual acabará el 1 de agosto, fecha en la que los españoles serán relevados por militares italianos.
En esa base de Siauliai, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y toda la delegación que le acompañaba tuvieron un percance en julio de 2021.