LA MEJOR HERENCIA PARA LOS JÓVENES
Las cifras son abrumadoras. Según el Observatorio de Emancipación, los jóvenes valencianos de menos de treinta años necesitan más del 90% de su salario mensual para alquilar un piso en solitario y casi el 40% si alquilan una única habitación. En estas circunstancias, no sorprende que tan solo el 15,5% se independice y que incluso entre los 30 y los 34 años, cuando millones de españoles empiezan a fundar sus propias familias, el 25% de nuestros hijos siga sin poder irse a vivir con su pareja ni siquiera con sus amigos.
Hay, principalmente, dos formas de afrontar este desafío: o bien asumimos que no podemos hacer mucho más que quejarnos de las circunstancias y la inflación, o bien reconocemos que los jóvenes lo tienen muy difícil. Pero debemos pensar también qué es lo que depende de nosotros y cómo podemos ayudarlos a afrontar mejor una etapa crucial de sus vidas. En definitiva, o nos concentramos en el problema y las responsabilidades de los demás o en el problema y la parte de la solución que depende de nosotros.
Unos investigadores encabezados por Terrie Moffitt, de la Universidad de Duke, han rastreado los comportamientos de 1.000 personas desde que nacieron hasta que cumplieron los 32 años. Según el estudio, los niños que más moderaban sus decisiones puramente emocionales, sus reacciones impulsivas y su inclinación a pensar, sobre todo, en el corto plazo se convirtieron en adultos con más ingresos y ahorros y menos problemas financieros. Al mismo tiempo, según un informe de Bolsas y Mercados Españoles, las escasas competencias financieras incrementan el coste de la deuda, la probabilidad de impago y el sobreendeudamiento.
Está claro que si queremos ayudar a nuestros hijos a afrontar el inicio de su vida adulta tenemos que fortalecer sus competencias financieras desde pequeños, transmitiéndoles una buena educación financiera igual que lo hacemos con muchos otros valores, así como prepararlos para moderar sus decisiones impulsivas y su inclinación natural al corto plazo.
Todo ello les permitirá ganar tiempo: empezar a planificar sus finanzas lo antes posible. Los mismos ingresos pueden cambiar radicalmente la capacidad de ahorro si hay una buena planificación financiera y ahí es donde, además de los conocimientos financieros, juega un papel clave el asesor financiero. La mejor herencia para los jóvenes siempre será una buena cultura financiera. ¡Pongámonos manos a la obra!