El PSOE se moviliza para empujar a Sánchez a no dejar la presidencia
«Estamos concentrados en que la decisión que tome el lunes sea la de continuar», afirma la vicepresidenta Montero En las filas de Sumar atribuyen al líder socialista un movimiento «táctico» cara al 12M y al 9J
Un día después del shock que produjo el anuncio de Pedro Sánchez, sus colaboradores más cercanos se encuentran volcados en convencerle de que no debe tirar la toalla. En público y en privado. «Estamos concentrados en que la decisión que tome el lunes sea la de continuar en este proyecto, que está siendo un proyecto de éxito en el que hay mucha gente implicada. Pero todo tiene un límite en la vida», señaló ayer en la Ser la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero. «Tenemos que ser claros. No nos puede doblar el pulso la jauría extremista. Tenemos que seguir haciendo política para la gente», insistió el titular de Justicia, Félix Bolaños.
Pero no son solo los primeros niveles del Gobierno. Todo el PSOE, de arriba a abajo, se está movilizando para intentar que Sánchez no tire la toalla. El riesgo de que lo haga es «muy real», señala un dirigente de su confianza. Lejos de ser un recurso táctico para «victimizarse» y tomar impulso, como asegura el PP, se trata de una decisión «personal», ajena a los cálculos políticos. En el PSOE nadie quiere que se vaya, así que el partido, de forma improvisada, porque todavía está asimilando lo ocurrido, toca a rebato.
Hay concentraciones de militantes para darle ánimos, reuniones de los aparatos territoriales destinadas al mismo objetivo y múltiples mensajes de todos los barones. Incluso del más crítico de todos, Emiliano García-Page. «No veo gato encerrado. Veo una reacción humana que hay que entender y que hay que respetar», dijo el presidente de Castilla-La Mancha.
Una incógnita
De momento, nadie dice saber qué acabará haciendo Sánchez, un dirigente de trayectoria imprevisible, pero que hasta ahora se había granjeado una merecida fama de duro, difícil de quebrar. «Estamos concentrados en intentar que le lleguen energías positivas, que se recupere de este cansancio que no
es nuevo. Esta campaña de deshumanización empieza desde la moción de censura, incluso antes», insistió Montero en su análisis.
Por su lado en Sumar, socio en el Gobierno de coalición, dudan de que el órdago del madrileño se traduzca en un paso atrás del presidente del Ejecutivo central. En las filas de Yolanda Díaz (ni la líder de Sumar ni nadie de la plataforma estaban al tanto de los planes del presidente) atribuyen el giro de guion a un movimiento «táctico» encaminado a fortalecerse de cara a las próximas citas electorales, 12M y 9J, y cada vez más voces apuntan a una moción de confianza, informa Ana Cabanillas.
Distintas fuentes de la coalición de izquierdas comparten la idea de que la posición de Sánchez es «un botón para activar a sus bases». Y, aunque no desdeñan el factor sorpresa que tienen todas las decisiones del presidente de Gobierno, la sensación más extendida es que su anuncio va más encaminado a
verse reforzado ante los suyos «de cara a las elecciones catalanas y europeas», que a una retirada real de la política. «Si le sale bien, consolida fortaleza», consideran algunas voces. Aun así, desde Sumar trataron de elevar el debate más allá de Sánchez: «La ofensiva de la derecha no puede salirse con la suya. Hay que defender la democracia, el bloque progresista y la legitimidad del Gobierno de coalición», defendió ayer Díaz en un mensaje en las redes sociales.
Socios de investidura
El anuncio de Sánchez también llevó al cierre de filas por parte de los socios de investidura recibiendo el apoyo de Bildu, ERC y Podemos. El que más frialdad mostró fue Junts. Carles Puigdemont retó a Sánchez a presentar una moción de confianza y vinculó el movimiento con los comicios del 12M. «Quien quiera convertir las elecciones catalanas en un flotador del PSOE se equivoca mucho», defendió.