La maquinaria cerámica remonta su actividad tras caer el 24% en el 2023
Auguran que el segundo trimestre será positivo después de tocar fondo en el inicio de año y esquivar la presentación de ERE Reivindican su papel decisivo a la hora de impulsar la descarbonización
Las fábricas de cerámica y los productores de fritas y esmaltes para este sector empiezan a ver la luz al final del túnel después de dos años marcados por la crisis de los costes energéticos y el descenso de la demanda. Ahora es la tercera pata del clúster azulejero, el de la maquinaria, el que empieza a tener buenas sensaciones. Y eso a pesar de que el primer trimestre ha sido de los peores que recuerdan, según explica el presidente de la patronal Asebec, José Miquel.
«Cuando las fábricas de cerámica empezaron a ir mal, nosotros todavía arrastrábamos una inercia positiva de inversiones, pero luego hemos sido los últimos en tocar fondo», detalló. Por eso, «a partir de abril» han empezado «a detectar un cambio, tanto en los pedidos como en la petición de material de reparación», puntualiza.
De esta manera, augura que el segundo trimestre del año «será bueno y empieza una tendencia positiva», aunque se muestra cauto respecto al segundo semestre. Desde la junta directiva de Asebec consideran que todavía es pronto para hacer predicciones, y que los resultados irán siempre en función de cómo les vaya al resto de segmentos vinculados a la industria. Por el momento, destacan que el buen pulso del mes de abril ha evitado la presentación de ERE en las empresas asociadas, algo que en las primeras semanas de este año parecía un hecho inevitable.
Balance del año pasado
Si la maquinaria cerámica creció un 9% en el 2022 , el 2023 fue un mal año para Asebec. Las ventas cayeron un 23,7%, con una facturación de 384 millones de euros. En el desglose, la peor parte se la llevó el mercado nacional, con un retroceso del 35,5%, al quedarse con 218,43 millones de euros. En cambio, las exportaciones lograron un ligero incremento del 0,6%, con un montante de 165,62 millones de euros. Todo esto ha tenido efecto en el ámbito laboral. El balance del pasado año refleja que entre las empresas de la patronal de la maquinaria cerámica se perdió el 7% de empleos, con 1.656 personas.
No ofrecen datos concretos, pero los dirigentes de Asebec mencionan que todavía arrastran la pérdida de rentabilidad que les supuso el sobrecoste energético, especialmente en la electricidad. «Las empresas azulejeras subieron el precio por metro cuadrado de sus productos, pero nosotros no pudimos repercutir esta subida», detalla el propio José Miquel.
Innovación permanente
La descarbonización de la industria es uno de los grandes desafíos. En este punto, el presidente reivindica el papel de la maquinaria cerámica, puesto que es el sector sobre el que recae la innovación que luego se aplica en las fábricas. «Si alguien tiene que luchar para buscar soluciones somos los que hacemos las máquinas. Es donde debería estar el centro de atención». La primera meta es reducir emisiones en un 55% para el 2030, y alcanzar la neutralidad climática en el 2050. Un plazo muy ajustado «en el que tenemos que investigar si es mejor el horno eléctrico o el de hidrógeno verde, lo que implica una serie de cambios en la producción», afirma, por lo que resulta necesaria la ayuda de las administraciones. Por otro lado, baraja diversificar las empresas, aunque para ello también ve necesario el respaldo público para acometer las diferentes inversiones a desarrollar.