El Barça vuelve a ser grande en el Parque de los Príncipes
Enorme prestación ante el PSG de Mbappé, que voltea el 0-1 antes de la reacción final ‘culé’
Con un doblete de Raphinha y un tanto de Christensen, que supuso la remontada, el Barcelona asaltó el Parque de los Príncipes (2-3), el bastión de un desdibujado Kylian Mbappé, para hacerse con una buena opción de clasificarse para las semifinales de la Champions.
Los azulgrana firmaron una prestación de altos vuelos (la primera en muchos años en Europa) y, con mucha personalidad y su recién estrenada fortaleza defensiva, domesticaron a un PSG que tuvo dos minutos brillantes que a punto estuvieron de desbaratar la buena actuación catalana. Sin em
bargo, reaccionó bien el Barça y se llevó un triunfo que frena en 27 la racha de partidos sin derrota de los de Luis Enrique, al tiempo que eleva a 12 los de Xavi Hernández, que no pierden desde que anunció el final de su aventura en el banquillo culé (tras el 3-5 ante el Villarreal) cuando acabe el ejercicio.
El PSG salió a apabullar a un Barcelona que no perdió la cara y se asentó en la fuerza defensiva que le da Cubarsí. Los galos buscaban a la desesperada a un Mbappé que, una y otra vez, se estrelló contra su compatriota y compañero de selección Koundé, que consiguió secar a la estrella parisiense.
Fue cambiando el partido y Nuno Mendes sacó debajo de palos. Un preludio de lo que sucedió en el minuto 37, una combinación entre Lewandowski y Lamine Yamal, culminada por Raphinha tras el mal despeje del portero.
LA VENGANZA DE DEMBELÉ Luis Enrique tocó arrebato y el PSG irrumpió en tromba, sorprendiendo a un Barça que volvió del vestuario atenazado y que, en dos minutos, tiró la renta por la borda. Dembélé, el jugador que este verano decidió cambiar Barcelona por París, logró el 1-1. Poco después, Vitinha perforó con asombrosa facilidad las líneas barcelonistas y dejó grogui a los culés.
Quiso reactivar a su equipo el técnico dando entrada a Pedri y la apuesta fue inmediata: en el primer balón que tocaba, se inventó un pase mágico para que Raphinha, sin dejarlo caer, batiera de nuevo a Donnarumma.
Dembélé disparó al palo, pero Christensen, en un córner, remató solo para poner el definitivo 2-3 en el Parque de los Príncipes.