Talleres de oportunidad
En un momento en el que el déficit de profesionales cualificados representa un desafío significativo para muchas industrias y economías, la formación profesional reglada emerge de nuevo como un componente indispensable para abordar una brecha que ha durado ya demasiado tiempo. Superar el largo periodo de una injusta demonización hacia la FP, aún hoy tiene sus consecuencias al albur de los pupitres vacíos que hoy encontramos en una educación que en los últimos años se ha reforzado como nunca. El resultado es más que evidente en sectores que tienen que ver con la maquinaria y los talleres de reparación de automóviles que actualmente afrontan serias dificultades para encontrar perfiles profesionales adecuados a estos puestos de trabajo y, lejos de su voluntad, se ven abocados a buscarlos en otros países.
Según la Asociación de Talleres Reparadores de Automóviles y Otros de Castellón (Astrauto), la provincia necesitaría hoy cubrir hasta un centenar de puestos de mecánicos, chapistas y pintores. Y estos perfiles, que salen desde la FP, no se encuentran, lo que está creando no pocos problemas a un sector donde priman, principalmente, las pequeñas y medianas empresas, autónomos y micropymes. La creación de nuevas plazas educativas ha contribuido recientemente a dar oxígeno a una FP hasta entonces denostada socialmente. Hoy, estos refuerzos han supuesto indudables avances en diversos ámbitos profesionales, pero no han sido suficientes para buena parte de los pequeños negocios, que deben competir con las grandes empresas en una clara posición de desventaja. A esta situación se añade las dificultades en las que se encuentran estos talleres mecánicos a la hora de asegurar un relevo generacional especialmente complicado, precisamente por esa escasez de perfiles profesionales. En paralelo, se trata de un sector extremadamente sobreexpuesto a la transformación tecnológica del sector, como son los sistemas de conectividad y los nuevos hábitos de movilidad. Estas circunstancias han requerido de una profunda transformación que precisan nuevos profesionales y donde la figura del aprendiz, la educación dual, la colaboración de los centros de formación y las empresas, etcétera, se hacen indispensables.
Castellón cuenta actualmente con tres institutos con grado superior de Transporte y Mantenimiento de Vehículos y según los cálculos de la Conselleria de Educación, de una oferta total de 240 plazas, solo se han ocupado 117 en el último curso, lo que representa un número insuficiente para las necesidades de los más de 600 talleres de la provincia, que dan empleo a casi 2.500 trabajadores. De ahí que la necesidad de extender una concienciación social y familiar para poner a la Formación Profesional en el lugar que le corresponde: una plataforma real de oportunidades laborales en ámbitos como el de la reparación y puesta a punto de los vehículos.
La formación profesional reglada sigue desempeñando un papel muy importante en la construcción de una fuerza laboral capacitada y competitiva, por lo que es hora de reconocer y apoyar plenamente el potencial transformador de la FP y la creación de un futuro laboral para jóvenes que hoy están en la disyuntiva de fijar nuevos rumbos a su vida tras superar la educación obligatoria.
Los refuerzos en las ofertas de FP deben acompañarse de una apuesta social que visibilice las ventajas de una formación con salida laboral