Lamine Yamal salva al Barça de otro ridículo
Los azulgrana, con una defensa en descomposición, no pueden con un Granada que planta cara y que está a punto de llevarse el triunfo
ALamine Yamal solo le faltó compañía para firmar una noche única, una de esas que no se olvidan. El de Mataró se disfrazó a veces de Messi y a veces de Henry para hacer todo lo que estaba en su mano para ganar al Granada. No fue suficiente. La sangría defensiva del Barça merma cualquier atisbo de recuperación.
Toda la primera mitad la cocinó el Barça a baja temperatura. Faltó chicha. El Granada, valiente, presionaba alto. Costaba masticar cada minuto y solo Yamal agarraba el guion para romperlo en mil trocitos. Siguió intentándolo el
Barça y De Jong apareció en el área para iniciar una jugada que acabó con un centro de Cancelo que Lamine remachó a gol.
El Granada, lejos de echarse atrás, estiró líneas. La desgracia volvió a aparecer en los últimos cinco minutos del primer tiempo. Lamine inició una contra junto a Pedri, que esperó la llegada de Gündogan y la puso para Lewandowski, que definió de primeras. Hongla sacó bajo palos. Era el segundo. El Granada, tres minutos después, empató con una llegada de Ricard al área inapelable.
En la segunda mitad el Barça seguía quedándose el balón y lo movía algo perezoso, pero sufi
ciente para deseordenar a los andaluces, pero también para desordenarse a sí mismo. Tanto que en siete minutos el marcador cambió tres veces. La defensa local daba muestras de descomposición confirmadas cuando Cubarsí despejó un centro hacia atrás, remató mal Unzuni y Pellistri, solo, no falló. Gündogan se puso el disfraz de crupier y empezó a repartir cartas a Lewandowski, quien firmó el empate. El Granada respondió rápido: centro desde la izquierda y cabezazo de Ignasi Miquel.
Lamine, otra vez Lamine, se puso el disfraz de Messi y empató un partido de locura con un obús dirigido desde la frontal.