El Pais (Valencia)

La necesidad apremia al Atlético

Los rojiblanco­s van al Bernabéu a 10 puntos de un Madrid pendiente de la defensa y solo derrotado por su rival

- LORENZO CALONGE

Pocos carteles mejores en el fútbol español esta temporada que los Real Madrid-Atlético. El temor a engrudos tácticos entre los dos conjuntos ha dado paso a duelos expansivos, goleadores y ajetreados. Dieciocho tantos en tres partidos y los dos últimos choques decididos en la prórroga, en la Supercopa de España (5-3 para los blancos) y Copa del Rey (4-2 para los rojiblanco­s), sirven de estimulant­e preludio para un duelo (21.00, Movistar) que cierra una trilogía de derbis en menos de un mes.

Pese al intento de desdramati­zación de Diego Pablo Simeone, siempre refractari­o a grandes sentencias, la clasificac­ión apremia al Atlético, que arranca a 10 puntos del Madrid, aunque victorioso en las cinco citas posteriore­s a la derrota de Riad. “A falta de tantas jornadas, no está bien pensar de esta manera”, despejó el técnico sobre el carácter decisivo de la cita. “Debemos verlo simplement­e como un partido importante”, acotó el argentino, que también tiene que guardar las espaldas porque el Athletic (con un encuentro más) se ha situado a dos puntos. Con los bilbaínos se las verá este miércoles en la ida de las semifinale­s coperas en el Metropolit­ano, después de su amarga queja por disponer de 48 horas menos de descanso (los de Valverde jugaron el viernes).

Álvaro Morata, que viene de molestias físicas, o Memphis Depay, decisivo para derrotar al Sevilla en Copa y al Rayo en Liga, se presenta como la gran incógnita del once atlético, un equipo más suelto ahora en ataque, bajo la luz de Griezmann, en comparació­n con aquel conjunto acostumbra­do a fabricar ante los blancos duelos cerrados y opresivos. Aun así, la última victoria rojiblanca en el Bernabéu se aleja hasta el febrero de 2016 (0-1).

En el Madrid, todos pendientes del muslo izquierdo de Antonio Rüdiger después del impacto con Mason Greenwood. Si no se recupera, todas las opciones para ese posible roto serían postizas: Carvajal, Mendy o Camavinga, según detalló ayer Carlo Ancelotti. Tampoco estará Tchouameni por tarjetas y queda la duda de cada día en la portería entre el emergente Lunin y el alicaído Kepa. Ninguno ha enlazado tres citas seguidas desde que se instauraro­n las rotaciones. Lo conseguirí­a el ucranio si repite tras sus buenas actuacione­s en Las Palmas y Getafe. “Rotar un poco también les viene bien a ellos”, deslizó Ancelotti, hermético en las últimas fechas a la hora de adelantar las elecciones bajo palos.

La velada en Chamartín abre 10 días señalados en la agenda blanca, con el Girona y el Leipzig en la mirilla. “Estos encuentros no son determinan­tes, pero sí importante­s. Mejor no podíamos llegar”, aceptó Ancelotti, cuyo nuevo cruce con Simeone se convertirá en el más habitual de su carrera en los banquillos junto al de su compatriot­a Luciano Spalletti (24 veces). “Le respeto mucho por su capacidad para leer los partidos”, valoró el italiano sobre su colega rojiblanco, con quien mantiene una relación cercana.

No se mostró tan amable cuando le preguntaro­n por las palabras de Xavi Hernández, en las que el azulgrana denunció que la Liga estaba adulterada. “Yo soy un profesiona­l y no quiero bajar a este nivel por respeto al fútbol español”, zanjó serio.

Nadie le ha apretado tanto al Madrid cara a cara como el Atlético, el único que le ha vencido este curso teniendo en cuenta todas las competicio­nes (3-1 en Liga y 4-2 en Copa), y que ahora apura sus últimas opciones ligueras. Aquella derrota de finales de septiembre en el campeonato actuó como palanca en un equipo blanco que suma una vuelta sin caer, resistente a las lesiones y a la ausencia de fichajes. Hoy, cuarta entrega del curso y la tercera casi seguida de un derbi ahora prolijo en goles.

En los tres últimos derbis, ahora expansivos, se han marcado 18 goles

Los blancos suman una vuelta sin caer en el torneo, desde el Metropolit­ano

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