Fabricado en Gaza: el origen de las armas de Hamás
La creciente dificultad para contrabandear ha llevado al movimiento islamista a desarrollar su producción doméstica
El ataque en el sur de Israel que dirigió el 7 de octubre el brazo armado de Hamás, las brigadas de Ezedín al Qasam, causó una enorme conmoción. El grupo palestino realizó un inesperado despliegue de capacidades que muy pocos le suponían, y uno de los elementos que mayor sorpresa generó fue la cantidad y variedad de armas que empleó en su incursión, que causó 1.200 muertos.
La franja de Gaza, densamente poblada y con pocos recursos, lleva sometida desde hace más de 16 años a un férreo bloqueo por Israel y por Egipto. Ha sufrido múltiples operaciones militares israelíes, sobre todo bombardeos. Y permanece bajo un estricto régimen de vigilancia de las fuerzas de ocupación. Aun así, el brazo armado de Hamás ha sido capaz de componer un arsenal significativamente más vasto y avanzado de lo que se presumía. El enigmático portavoz de las brigadas de Al Qasam, conocido por el nombre de guerra Abu Obaida, explicó a principios de enero en la cadena catarí Al Jazeera que todas las armas empleadas en combate son de fabricación doméstica, desde las balas hasta las granadas propulsadas por cohetes y sistemas antitanque.
Se cree que las fábricas de Al Qasam en Gaza se alimentan en gran parte de materiales procedentes de la destrucción de infraestructuras en la Franja por los ataques de Israel, y que luego el grupo reutiliza. Además, una cantidad importante de las bombas y de los proyectiles no llegan a detonar, lo que permite al grupo reciclar su componente explosivo y demás materiales. “Algunas armas [de Hamás] proceden del contrabando. Pero muchas han sido fabricadas localmente”, estima el escritor y analista gazatí Ahmed Fouad Alkhatib, que ha estudiado el desarrollo armamentístico del grupo. “Es la única forma de conseguirlas”, apunta.
El ejército israelí ha dejado entrever estas capacidades durante su actual operación en Gaza. A mediados de octubre, difundió un vídeo en redes en el que mostraba lo que afirmaba que era parte de las armas usadas por las brigadas de Al Qasam en su ataque en Israel, y apuntó: “Todo es de fabricación casera”. En noviembre, el anunció también que habían matado a un importante fabricante de armas del grupo. Y en enero organizó un viaje para la prensa a lo que describió como el mayor complejo de fabricación de armas hallado desde su invasión de Gaza, en el centro del enclave. El ejército israelí ha declinado hablar sobre hallazgos similares.
Un número significativo de las armas que emplea el brazo armado de Hamás en combate —inclui
das balas, pistolas y granadas— procede de arsenales robados al ejército israelí y son introducidas a través del contrabando en Gaza o Cisjordania, según un informe castrense israelí obtenido por The New York Times.
Altos cargos políticos israelíes, incluido el primer ministro, Benjamín Netanyahu, además de expertos e institutos de investigación del país, insisten desde octubre en que una parte importante de las armas de Al Qasam llega a Gaza a través de túneles que conectan con la península egipcia del Sinaí, por la única frontera del enclave que no controla directamente Israel. Y aunque analistas como Alkhatib consideran que es probable que este contrabando exista a pequeña escala, sobre todo para introducir materiales precursores (componentes usados para fabricar determinadas armas y explosivos), Egipto lo niega y asegura que en la última década ha sellado la frontera, por la que antes cruzaron gran cantidad de armas, particularmente entre 2011 y 2013.
“Se trata básicamente de una maniobra política de Israel; es otra forma de intentar eludir su rotundo fracaso frente a Hamás”, considera Mohannad Sabry, investigador egipcio especializado en el Sinaí. “Durante los últimos años, Israel no ha tenido ni idea de cómo evaluar la evolución de Hamás y el aumento de sus capacidades militares”, señala.
La actividad en la frontera entre Gaza y Egipto es una cuestión muy sensible porque Netanyahu ha reiterado que quiere ejercer mayor control, o directamente ocupar, el estrecho paso que separa el Sinaí de la Franja, conocido como el corredor Philadelphi. Sin embargo, en un comunicado de finales de enero, el jefe del Servicio de Información del Estado egipcio, Diaa Rashwan, tachó de falsas las afirmaciones sobre la existencia de operaciones de contrabando en la zona y acusó a sus promotores de buscar “un responsable externo” a errores propios.
En este sentido, Rashwan aseguró que, en el marco de la amplia campaña antiterrorista en el norte del Sinaí en la última década, se destruyeron 1.500 túneles, se creó una zona colchón de cinco kilómetros de ancho en la frontera, y se reforzó el muro fronterizo que separa Egipto de Gaza. El alto cargo egipcio también apuntó que “muchas” armas en Gaza son de “contrabando desde el interior de Israel”.
Desde el exterior, Irán reconoce que financia a Hamás y que ayuda a formar a miembros del grupo. Y si bien Teherán también les suministra armas, los canales de entrega son menos conocidos. Egipto, por ejemplo, asegura que
la mayor parte de este contrabando ocurre por mar, con cargamentos clandestinos arrojados a millas de la costa de Gaza, controlada por Israel. “En los últimos años, Hamás ha fabricado mucho a escala local, pero para el conocimiento técnico de fabricación, y las capacidades técnicas para usar diferentes doctrinas en la forma de luchar, contaron con el apoyo de [la milicia libanesa] Hezbolá y de Irán”, señala Alkhatib.
Paralelamente, investigaciones recientes sobre las armas empleadas por las brigadas de Hamás han podido identificar armas de fabricación aparentemente iraní, china, rusa, norcoreana y búlgara. Sin embargo, no está claro en qué casos han sido proporcionadas por estos países y en cuáles proceden del mercado negro.
Los materiales son obtenidos de la destrucción de infraestructuras
“El desarrollo de este arsenal está rodeado de misterio”, asegura un investigador