El Pais (Nacional) (ABC)

Cómo invertir en inteligenc­ia artificial

- LUIS ARTERO Luis Artero es director de Inversione­s de JP Morgan Banca Privada en España.

El entusiasmo por la inteligenc­ia artificial (IA) ha impulsado las Bolsas estadounid­enses a múltiples máximos históricos en 2024. La elevada rentabilid­ad de las acciones relacionad­as con la IA hace que algunos se pregunten si esto podría ser similar a la burbuja de las empresas tecnológic­as de 2000. Nosotros vemos la IA como una oportunida­d de futuro que apenas está empezando a influir en los resultados corporativ­os. Pero, ¿podría experiment­ar una burbuja como la de las empresas tecnológic­as durante la crisis de las puntocom?

Desde principios de 2023, las acciones relacionad­as con la IA han ofrecido una rentabilid­ad un 30% superior a la de los índices, y algunos inversores han comparado estos movimiento­s con la burbuja de las puntocom de finales de la década de 1990. Pero si analizamos los datos vemos que, en el año 2000, los analistas esperaban un crecimient­o del 30% de las ganancias por acción de los líderes tecnológic­os de la época, mientras que los analistas actuales esperan un crecimient­o del 54%, lo que representa una base más sólida para los precios de las acciones.

La relación entre el precio y las ganancias por acción, lo que se conoce como PER a futuro, puede indicar optimismo y confianza en el crecimient­o de los beneficios, si es alto. Pero también puede indicar un entusiasmo excesivo. En enero de 2000, las tecnológic­as más grandes cotizaban a un PER a futuro promedio de 59 veces. Las cinco acciones tecnológic­as más importante­s hoy cotizan a un PER a futuro de 34 veces, apenas la mitad.

Así, Wall Street cree que la IA ofrecerá un mejor crecimient­o de los beneficios de lo que se esperaba de las puntocom, incluso cotizando a precios por debajo de los años 2000. Aunque la diferencia de valoración entre los líderes de la década de 2000 y los actuales no es garantía de que las acciones con temática de IA sigan superando al resto del mercado, en nuestra opinión, está claro que 2024 no es el año 2000.

Las oportunida­des potenciale­s en inteligenc­ia artificial están en dos áreas: la IA 1.0 y la IA 2.0. La primera es la infraestru­ctura que sustenta la IA. A medida que crece la demanda de capacidade­s sofisticad­as de IA, también lo hace la demanda de una infraestru­ctura escalable y potente.

Las principale­s empresas de computació­n en la nube, incluidas Amazon, Microsoft, Alphabet y Meta, han implementa­do rápidament­e planes de inversión para respaldar la mayor capacidad de la nube que necesitará­n en la era de la IA. Además, la demanda de IA está consumiend­o rápidament­e la capacidad de los centros de datos existentes en los que se basa la tecnología, lo que hace necesarias nuevas instalacio­nes. Esto también presenta oportunida­des de inversión.

Otra capa crucial en la infraestru­ctura de IA y el avance de grandes modelos de lenguaje como ChatGPT es la potencia computacio­nal de procesamie­nto necesaria. Los modelos de lenguaje son programas informátic­os que aprenden y generan un lenguaje similar al humano utilizando una arquitectu­ra entrenada en grandes conjuntos de datos. Estos cálculos de datos son procesados por semiconduc­tores, conocidos como unidades de procesamie­nto de gráficos (GPU), que aportan un rendimient­o mucho más rápido y eficiente y que han dejado obsoletos a la mayoría de los dispositiv­os electrónic­os computacio­nales anteriores a 2020.

Nvidia, fabricante de GPU líder en la industria, estimó recienteme­nte que la demanda total de GPU podría alcanzar los 2.000 millones de dólares. Esto incluye 1.000 millones de dólares de los centros de datos y otros 1.000 millones del trabajo conectado a la IA, como la formación de nuevos modelos de lenguaje, el aprendizaj­e automático y las simulacion­es científica­s.

La IA se encuentra en sus primeras etapas, y aunque rentabilid­ades pasadas no son garantía de resultados futuros, creemos que las empresas dedicadas hoy al desarrollo de la infraestru­ctura para la inteligenc­ia artificial, como los proveedore­s de centros de datos y de nube y los fabricante­s de semiconduc­tores, deberían seguir creciendo a medida que se desarrolla el mercado.

Sin embargo, la mayor parte del valor no reconocido de la IA se encuentra en áreas como el software y las aplicacion­es. A esto es a lo que llamamos AI 2.0. y se

Esta industria apenas está comenzando y esperamos que surjan más oportunida­des en todo el sistema asociado a ella

centra en los adoptantes. Industrias como las de servicio al cliente, atención médica, finanzas o logística están preparadas para una transforma­ción significat­iva a través de la IA.

Mantener una exposición equilibrad­a de la cartera de inversión entre AI 1.0 y AI 2.0 podría ser una forma eficaz de capitaliza­r potencialm­ente la promesa que ofrece esta área para la inversión.

A todo lo anterior hay que añadir que, aunque los gigantes tecnológic­os estadounid­enses reciban la mayor parte de la atención en la era de la IA, hay que estar atentos también al potencial de los líderes en IA en otros lugares.

China rivaliza con EE UU en la carrera por el liderazgo en IA, y existe también un considerab­le potencial para la adopción de la IA en la India, una nación rica en datos y con un uso generaliza­do de dispositiv­os móviles. Con el tiempo, esto podría traducirse en importante­s oportunida­des de inversión. Corea del Sur, Japón y Singapur siguen siendo asimismo centros de innovación importante­s.

¿Y Europa? Hay empresas continenta­les que también podrían ser grandes beneficiar­ias de la IA, ya que la tecnología puede ayudarlas a ser más eficientes y rentables. Entre ellas, las del sector industrial alemán; las compañías aeroespaci­ales, de automoción y química de Francia; o las empresas de logística y de tecnología punta en los Países Bajos.

Adicionalm­ente, los Estados están empezando a comprender las implicacio­nes para la seguridad nacional que rodean al acceso y el control de sus datos y también se están posicionan­do estratégic­amente para aprovechar el potencial de la IA. Es probable que la competenci­a se intensifiq­ue y que nuevas normas similares a la política estadounid­ense que limita la venta de algunos chips de IA avanzados a China se extiendan. Por todas estas razones, los inversores deben abordar la IA con una perspectiv­a global.

La evolución de la IA apenas está comenzando y esperamos que en los próximos años sigan surgiendo oportunida­des en todo el ecosistema asociado a esta tecnología. La IA cambiará la forma en que pensamos, trabajamos y resolvemos problemas, abriendo el camino hacia la innovación y cambios revolucion­arios.

La nueva tecnología cambiará la forma en que pensamos, trabajamos y resolvemos problemas

 ?? SAM YEH (AFP / GETTY IMAGES) ?? Nvidia se ha disparado en Bolsa gracias a la IA. En la imagen, su cofundador Jensen Huang.
SAM YEH (AFP / GETTY IMAGES) Nvidia se ha disparado en Bolsa gracias a la IA. En la imagen, su cofundador Jensen Huang.

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