Sábado de resaca tras 500 vuelos cancelados
Aena recupera la normalidad de forma gradual después del apagón informático mientras las compañías reubican pasajeros. El aeropuerto de Palma de Mallorca arrastra una veintena de suspensiones
La de ayer fue una jornada mucho más tranquila que la del viernes en las terminales aeroportuarias españolas, pero en la que aún coleaban los efectos del apagón informático que amenazó con bloquear centenares de infraestructuras en todo el mundo. Y es que están siendo reubicados en aviones a lo largo del fin de semana, en ocasiones con largas esperas, los muchos pasajeros que no pudieron viajar en un viernes de crisis aérea que dejó medio millar de vuelos cancelados en España.
El gestor aeroportuario Aena rearmó sus sistemas de forma gradual, y en toda la red, a lo largo del día de ayer. Se trató de migrar del modo de contingencia, activado tras la grave incidencia tecnológica, a una operación normal. “El encendido es escalonado por una cuestión de prudencia y seguridad, pero lo cierto es que los sistemas están reaccionando bien”, explican desde la compañía.
El viernes sin pantallas dejó ayer un rastro de operaciones inviables: en unos casos no estaban las tripulaciones, en otros faltaban los aviones, o se daban ambos problemas a la vez. El aeropuerto de Son Sant Joan, en Palma de Mallorca, destacó ayer por la cancelación de una veintena de salidas sobre 1.165 operaciones programadas. En Madrid-Barajas los viajes frustrados no llegaban a la decena entrada la tarde. Y en Barcelona-El Prat se capearon los últimos nubarrones del temporal con la recolocación de viajeros y algunos retrasos aún de consideración.
Como ejemplo de las secuelas de un final de semana repleto de incidencias, un grupo de unos 150 viajeros de la ruta Madrid-Londres Stansted esperaba volar desde las 16.00 del viernes tras haber embarcado y tenido que bajar del avión de la irlandesa Ryanair ya de madrugada. La última oferta de la compañía, con mediación de la Guardia Civil, según relataban los clientes, era partir a las 00.30, después de que muchos de los pasajeros hubieran pasado una primera noche en la terminal 1 del aeropuerto madrileño. Ryanair reconocía ayer en su página web que seguía sufriendo cancelaciones. El hecho es que los vuelos de esta y otras compañías van llenos entre los clientes con asiento reservado y los que están siendo acomodados, lo que dificulta ofrecer soluciones a todos.
Del intercambio de información entre el gestor aeroportuario y las compañías aéreas sale el dato definitivo de la crisis del 19 de julio: en los distintos aeropuertos de Aena fueron cancelados 500 vuelos, mientras que un total de 8.100 operaciones pudieron salir al aire. El fiasco para los viajeros, por causa ajena al gestor y a las compañías aéreas, se traduce en un 5,8% de aviones en tierra respecto a los movimientos previstos. También en colas ante los mostradores de facturación y demoras tanto en partidas como en llegadas.
Con el personal de aeropuertos en todo el planeta trabajando con papel y bolígrafo, al no poder contar con los sistemas informáticos de facturación e información a los viajeros, el viernes de fallo en el sistema operativo Windows, de Microsoft, concluyó con 5.467 vuelos cancelados y retrasos en 45.648 operaciones en todo el mundo, según contabiliza la plataforma de seguimiento de vuelos FlightAware. Un caos del que no se recuerdan precedentes por la simultánea afectación a infraestructuras en los cinco continentes.
Los aeropuertos de Aena con mayor tráfico, Madrid-Barajas, Barcelona-El Prat, Palma de Mallorca o los aeropuertos levantinos y canarios, tuvieron mejor comportamiento que la mayoría de los grandes nodos de conexiones europeos y estadounidenses, donde llegaron a darse recortes en la capacidad. El aeródromo neerlandés de Ámsterdam y el suizo de Zúrich fueron los más tocados por la crisis a este lado del Atlántico, con un 12% de sus vuelos suspendidos. Esa cuota bajó al 6% en Estambul (Turquía), mientras que el británico Londres-Heathrow y el aeropuerto catalán de Barcelona-El Prat lograron contener las suspensiones en un 5%.
Aena trabajó durante horas directamente con el proveedor de su escudo antivirus CrowdStrike, cuya actualización motivó el fallo en cadena de Windows. Tanto una marca como la otra están entre las más extendidas en los sistemas informáticos de grandes corporaciones.
En Estados Unidos, la autoridad de Aviación Civil (FAA, por sus siglas en inglés) constató a última hora del viernes la recuperación del tráfico aéreo después de que grandes aerolíneas pidieran asistencia durante la madrugada y dejaran aviones en tierra. De hecho, las tres grandes compañías estadounidenses, Delta, United y American Airlines, encabezaron la lista global de cancelaciones. Y dos de ellas, Delta y United seguían al frente hasta las 18.00 de ayer. La plataforma FlightAware registraba a esa hora 22.100 vuelos con retrasos y 1.700 cancelaciones en el mundo.