La nueva vida del exvicepresidente Juan García-Gallardo
Miembros de Vox admiten que su compañero, tras dos años de polémicas, había recibido un aviso de la dirección
Juan García-Gallardo se estrenó con humor y acabó siendo víctima de su chiste. “La cartera espero que no me la quite ninguno de por aquí”, bromeó el vicepresidente de Vox al poco de estrechar la mano del presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco (PP), cuando le preguntaron sobre su vicepresidencia sin competencias, sin consejería o cartera. El 10 de marzo de 2022 ambos inauguraron los pactos entre derecha y extrema derecha, replicados un año después en otras cuatro comunidades y un centenar de Ayuntamientos. Ese día firmaron 11 ejes y 32 acuerdos cuya cláusula 32, sobre inmigración, ha marcado el divorcio del primer matrimonio PP-Vox por el reparto de menores llegados a Canarias.
Fuentes del PP creen que han sido ellos quienes “le han quitado la cartera” a Vox, al regatear las demandas ultras durante dos años. Ambos partidos han roto lazos a escala nacional pero ha habido desmarques como el de Gallardo: seguirá en las Cortes como portavoz de Vox. Esto significa un sueldo mayor, unos 100.000 euros al año frente a los 90.000 que cobraba, más libertad discursiva sin el yugo institucional y cierta calma vital: de una agenda repleta de actos oficiales al ritmo más reposado de las Cortes regionales.
La legislatura truncada se ha regido por mensajes y promesas grandilocuentes de Vox diluidos por la flema de Mañueco. Ni protocolo antiaborto, ni ley de Violencia intrafamiliar, ni ley de Concordia, esta última en tramitación aunque el mandatario ha insinuado que podría paralizarse. Gallardo pasará de sentarse a su vera a ubicarse un poco más a su derecha como portavoz de Vox tras despedirse sin rencor. “Querido presidente, (...) siempre te estaré agradecido por las numerosas ocasiones en las que, con esfuerzo, hemos conseguido ponernos de acuerdo, a pesar de nuestros distintos puntos de vista iniciales”, escribió Gallardo en su carta de adiós, aludiendo a “presiones externas” para que naufragara el gobierno. Fuentes parlamentarias de Castilla y León destacan que Gallardo llevaba tiempo molesto con su aliado, como reflejó en la red social X el día antes de romper: “Nos traicionaron en la defensa del derecho a la vida. Nos han traicionado colaborando con las mafias ilegales del tráfico de personas. Nuestra generosidad ha sido infinita, a pesar de los incumplimientos del pacto”.
Pese a carecer de cargo en la Junta, Gallardo compareció en una de esas salas institucionales donde emitió algunas de esas proclamas polémicas que le granjearon algún reproche de Mañueco. Allí informó de su salto a la portavocía de Vox. Abogado de profesión, entró en la Junta asegurando que perdía dinero al dejar el despacho de su padre, que defendió a la familia Ruiz-Mateos.
El portavoz adjunto del PP Miguel Ángel García pide tiempo para su nuevo homólogo de Vox. Reconoce que en su puesto “no tienes la presión de ser Gobierno ni te meten el micrófono para hablar de algo que ha pasado
El dirigente ultra seguirá en las Cortes con un sueldo de 100.000 euros
El portavoz del PP cree que las discrepancias serán más virulentas
hace cinco minutos” y confía en la “lealtad” de Vox en los temas coincidentes, aunque advierte: “Tendremos discrepancias y quizá ahora con más virulencia”. En cambio, otro miembro del PP, que pide anonimato, sospecha que su nuevo cometido inflamará al joven político, de 33 años: “Ahora puede hacer lo que mejor se le da, vociferar”.
La ruptura con el PP, augura Luis Tudanca, líder autonómico del PSOE, implicará pocos cambios. Si acaso, ahora el aspersor de Gallardo también salpicará a su exsocio: “Seguirá siendo el mismo. No parece que el papel institucional le frenara mucho, aunque ahora repartirá su odio”.
Miembros de Vox admiten en privado que su compañero, tras dos años zambulléndose en charcos dialécticos, había recibido un aviso desde Madrid. La dirección pellizcaba al niño bonito, apadrinado por el líder, Santiago Abascal, reclutado cuando este buscaba un delfín para Castilla y León.
Varias fuentes reseñan un dato que Gallardo destacó al despedirse: acaba de ser padre: “Lo lógico es que se lo monte bien, se centre en el Pleno y en tener agenda propia fuera de las Cortes, va a estar muy tranquilo”, indican.