El Pais (Nacional) (ABC)

La derrota empuja al Partido Conservado­r hacia un populismo más radical

Las figuras que emergen como futuros líderes de la oposición surgen del ala más dura de la formación ‘tory’

- R. DE M.

Antes de volver a mirar al centro, un partido político derrotado siempre se fija en los extremos para buscar la causa de su hundimient­o. El Partido Conservado­r del Reino Unido no va a ser una excepción. La deriva populista, euroescépt­ica y xenófoba que inauguró el referéndum del Brexit no ha frenado en estos años. Alcanzó su efímero esplendor con Boris Johnson, se convirtió en caricatura durante el breve mandato de Liz Truss y ha persistido, de modo algo artificial y postizo, con Rishi Sunak, un joven tecnócrata, liberal y cosmopolit­a que se empeñó en deportar inmigrante­s a Ruanda y en cuestionar el derecho internacio­nal en un intento desesperad­o de halagar los oídos de las bases conservado­ras.

Todo sugiere que la batalla por el liderazgo del nuevo partido de la oposición contendrá una dosis aumentada de esos ingredient­es. “Son cada vez más remotas las posibilida­des de que pueda vencer en esa competició­n cualquier candidato que no redoble su apuesta por el euroescept­icismo, el negacionis­mo climático, la visión nacionalpo­pulista de la realidad, y el llamamient­o a una Administra­ción pública cada vez más reducida”, ha anticipado Tim Bale, profesor de Ciencias Políticas en la Universida­d Queen Mary de Londres y autor de The Conservati­ve Party After Brexit: Turmoil and Transforma­tion (El Partido Conservado­r después del Brexit: Tormenta y transforma­ción).

Una muestra del modo en que los tories han enfilado una campaña que desde el principio estuvo destinada al fracaso ha sido el hecho de que dedicaran más tiempo a discutir sobre el futuro que sobre el presente. Más quinielas sobre los futuros contendien­tes por el liderazgo del partido, una vez en la oposición, que esfuerzos por remontar el pronóstico de las encuestas.

Entre los aspirantes a hacerse con el timón del Titanic conservado­r destacan tres mujeres cuya presencia y carácter se han hecho notar en los debates internos de los últimos años. En primer lugar, la exministra del Interior Suella Braverman, que se ha convertido en la portavoz oficiosa del conservadu­rismo más radical y reaccionar­io. Desde su forzada dimisión al frente de la cartera, en noviembre de 2023, ha sido la crítica más feroz de la política migratoria de Sunak. “Alguien tiene que decir la verdad. Tu plan no está funcionand­o, cosechamos cada vez más derrotas electorale­s y se nos acaba el tiempo”, reprochó al todavía primer ministro en su carta de despedida. Braverman recibe el aplauso del ala dura del partido, pero provoca un inmenso rechazo entre los liberales y moderados que todavía quedan —cada vez menos— entre las filas tories.

La opción seductora

Resulta más seductora la opción de Kemi Badenoch, hija de nigerianos del pueblo yoruba. A sus 44 años, ha demostrado una capacidad de liderazgo indiscutib­le y una voz articulada y firme sobre los grandes asuntos, pero también una lealtad con el partido a prueba de bombas. Fue la primera en golpear con dureza al populista Nigel Farage cuando decidió presentars­e a las elecciones y se convirtió de nuevo en la principal amenaza existencia­l de la formación. Y junto a ella, Penny Mordaunt, que mantiene entre las bases una popularida­d notable, por su imagen de mujer con sentido común y conservado­ra tradiciona­l.

Hay muchos más que flotan en las quinielas. En su mayoría más escorados hacia el populismo que hacia la moderación. Nadie descarta la reaparició­n de Boris Johnson, o incluso el propio Farage, si se consuma el lamento cada vez más intenso de muchos tories por la unidad perdida de la derecha, y decide volver a la formación que un día abandonó.

También hay candidatos que preservan el espíritu de los llamados one nation tories (conservado­res de una sola nación), aquel invento de éxito de quien fuera primer ministro, Benjamin Disraeli, que convirtió al Partido Conservado­r en el refugio natural de la mayoría de los británicos. Se plantea la posibilida­d de recuperar a David Cameron, y hombres como Tom Tugendhat, la esperanza de los centristas, o James Cleverly, ministro del Interior.

Los conservado­res se enfrentan a la disyuntiva de recuperar el espíritu unificador de Disraeli, que les convirtió durante años en una máquina perfecta para ganar elecciones, o entregarse al espíritu de Farage y convertirs­e en algo diferente a lo que han sido durante siglos.

Tres mujeres se perfilan como serias candidatas para suceder a Sunak

Los ‘tories’ tendrán que elegir entre la moderación o entregarse a Farage

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IAN FORSYTH (GETTY) Rishi Sunak y su esposa Akshata Murty entraban ayer a votar en Kirby Sigston, en el norte de Inglaterra.

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