El Pais (Nacional) (ABC)

“Gane o pierda, Alcaraz sonríe, y eso no es fácil”

El ganador más joven de un grande recuerda su transgreso­r saque y elogia al mucriano

- A. C.

En medio del batiburril­lo formado en el museo subterráne­o de Roland Garros, por donde desfilan exjugadore­s de más o menos relieve que van a disputar el torneo de los veteranos, Michael Chang (Nueva Jersey, Estados Unidos; 52 años) desprende tranquilid­ad y paz interior. Camina lento, con las manos en los bolsillos, gesto imperturba­ble bajo la gorra. Le demandan aquí y allá, y obedece sin torcer el gesto. Atiende con gentileza la petición de EL PAÍS y retrocede hacia 1989, cuando conquistó el grande francés y se convirtió en el campeón masculino más joven de un grande, con 17 años y tres meses. Entonces protagoniz­ó una maniobra inolvidabl­e. Durante los octavos contra el fiero Ivan Lendl, ya acalambrad­o e intentando ralentizar el juego, se inventó un saque de cuchara — aceptado por el reglamento, pero que nadie se atrevía a hacer— que sorprendió a todo el mundo. La transgresi­ón triunfó y alzó el trofeo tras casi cinco horas. Después, en 1995, cedería en la final contra El Animal, Thomas Muster. Se despidió del tenis en 2003, con 34 títulos.

Pregunta. Entonces, ese servicio (por debajo de la cintura) fue interpreta­do como una osadía, pero hoy día hay lo ejecutan jugadores como Moutet, Bublik, Davidovich o Kyrgios en su día. ¿Orgulloso de que sigan su ejemplo?

Respuesta. En realidad, solo lo hice aquella vez en toda mi carrera. Y lo hice porque, honestamen­te, estaba desesperad­o por las condicione­s. En aquella época era muy raro que alguien lo hiciera, pero creo que ahora se ha convertido en algo más común, en una estrategia más. Hoy día hay muchos jugadores que restan muy lejos de la línea para ganar tiempo en la devolución, así que es un recurso táctico; tienen que recuperar todo ese terreno, de modo que, en función de la situación, a veces tiene sentido.

P. ¿Volvería a emplearlo si jugara ahora?

R. Definitiva­mente, lo contemplar­ía, ¿por qué no? Quiero decir, si viera a un tipo que está 15 pies [casi cinco metros] por detrás de la línea de fondo, podría ser muy efectivo. Así que, ¿por qué renunciar a utilizarlo? Apuesto a que un 90% de los jugadores del circuito, incluso muchos de ellos no lo hayan utilizado, habrán pensado en algún momento que es una buena posibilida­d, al ver al tipo tan atrás.

P. ¿Qué la parece el juego de hoy día en tierra? Todo está yendo en la misma dirección, sea cual sea la superficie.

R. Así es, pero en tierra todo el mundo juega un poco diferente; incluso Rafa [Nadal] lo hace; juega diferente en esta superficie que en pista dura. El tenis aquí, ya sabe, es parecido al ajedrez, porque debes entender los ángulos y las trayectori­as son distintas. De todas las superficie­s actuales, esta es probableme­nte la más diferente y única de todas. En hierba, por ejemplo, ahora se juega de manera muy similar a como se hace en las pistas duras que son más lentas, y no como se hacía tradiciona­lmente en Wimbledon, apenas hay saque-volea.

P. Alcaraz es capaz de jugar bien en todos lados. ¿Qué opina de él? ¿Cree que es muy distinto a lo que se ve hoy?

R. Cuando veo jugar a Carlos, pienso que no es el típico español. Para mí, es como si hubiera surgido una especie de nueva generación de jugadores españoles, porque contra los que competía yo tenían grandes golpes de fondo, se movían muy bien, te tiraban muchas bolas liftadas y de vez en cuando cortadas; por ejemplo, los hermanos Sánchez Vicario utilizaban mucho el cortado. Ahora, sin embargo, es diferente. Tan solo hay que ver cómo ataca la red Alcaraz, y lo atlético que es. Es muy distinto al prototipo clásico del tenista español.

P. Muchos expertos dicen que es un híbrido de Nadal, Federer y Djokovic. ¿Está de acuerdo?

R. Incluso él mismo lo dice:

“Actúa como un gran campeón y tiene un potencial ilimitado, es un artista” “Saqué así porque estaba desesperad­o. ¿Si lo repetiría? Sí, es un buen recurso”

‘He aprendido mucho viendo jugar a Rafa, a Novak y a Roger’. Y tiene toda la razón. Se puede ver muy claramente que ha aprendido mucho viendo a esos chicos, y todo lo que ha visto de ellos lo ha incorporad­o a su juego. Así que es muy divertido verle en la pista y será genial comprobar cómo evoluciona su tenis en los próximos años, en los que todo será distinto porque estamos ante una nueva hornada de jugadores.

P. ¿Qué es lo que más le impacta de él?

R. Sabe, una de las cosas que realmente aprecio de Carlos es que es capaz de salir ahí fuera y actuar como un gran campeón; es decir, es capaz de golpear toda clase de grandes tiros. Y, además, aunque no le conozca del todo como persona, después del partido puedes ir a saludarle y te encuentras a un chico con una sonrisa, haya ganado o perdido. Independie­ntemente de lo que haya sucedido, firma los autógrafos o se hace las fotos con la misma actitud de siempre; y, honestamen­te, no creo que eso sea nada fácil, porque los grandes campeones suelen centrarse en lo suyo. A él, sin embargo, siempre le he visto con una sonrisa en la cara, y creo que eso será muy bueno no solo para él mismo, sino para todos los aficionado­s del mundo.

P. ¿Es ese el gran secreto, la sonrisa y el disfrutar?

R. Creo que esa es gran parte de la razón por la que gusta tanto a la gente. Se lleva muy bien con los fans y, especialme­nte, con los niños. Y como jugador, es un gran artista, un gran talento; su potencial es ilimitado. Va a ser interesant­e ver cómo se desarrolla.

P. Es especialis­ta en dura, sobre todo, pero ha ganado también Wimbledon y sigue creciendo en arcilla . ¿Hasta dónde puede llegar en tierra?

R. Creo que, obviamente, va a mejorar más y más. Se ha perdido gran parte de la gira, pero al final eso puede llegar a ayudarle un poco, porque tal vez esté más fresco en este tramo final del torneo. A veces, cuando juegas demasiados partidos y has ganado demasiados, llegas aquí cansado. Cuando has jugado cuatro torneos y has ganado los cuatro... Es difícil no estar cansado, especialme­nte cuando juegas tres partidos de cinco sets cada dos días. Así que, mientras esté sano y juegue bien, la condición física no será un problema para él.

P. ¿Le ve campeón?

R. No sé si está preparado o no, pero desde luego, tiene una buena oportunida­d por delante.

 ?? ??
 ?? ?? Michael Chang, durante un partido de la edición de 1989 de Roland Garros. SIMON BRUTY (GETTY)
Michael Chang, durante un partido de la edición de 1989 de Roland Garros. SIMON BRUTY (GETTY)

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain