Zelenski recorre el mundo para que los aliados no cedan
El presidente ucranio inició en España su gira más larga, que finalizará el día 16 en la Cumbre por la Paz de Suiza
Volodímir Zelenski se ha embarcado en un maratón de tres semanas de visitas en el extranjero que busca un apoyo internacional sin fisuras a la defensa de Ucrania según sus planes, sin ceder un centímetro político o militar a Rusia. El presidente ucranio reconoció el 21 de mayo a The New York Times que sus aliados occidentales “están titubeando” y que “todos dejan la puerta entreabierta a Rusia”. Seis días más tarde, el 27 de mayo, Zelenski inició en España una intensa agenda de reuniones que preveía el paso por al menos 10 países.
Zelenski estuvo entre los gobernantes invitados ayer en la conmemoración del 80º aniversario del desembarco de Normandía. El mensaje era doble, de recuerdo de la victoria contra el nazismo y ahora, de frente común contra el imperialismo ruso. Pero incluso en los prolegómenos del aniversario del Día D se expuso el temor de Kiev a que sus socios dejen esa puerta entreabierta a Moscú: el Gobierno francés anunció en abril que invitaría a una delegación rusa a la conmemoración; la propuesta fue cancelada tras las críticas de EE UU, el Reino Unido y también de Ucrania.
Zelenski se reunirá hoy en París con el presidente francés, Emmanuel Macron, en una cita que se espera cargada de simbolismo. Pese a que la ayuda militar francesa a Ucrania es notablemente inferior a la alemana o británica, Macron ha asumido un discurso más desafiante con Rusia y más próximo al líder ucranio que el de otras grandes potencias. “Zelenski ha buscado crear un momento de oportunidad para su política europea, situando a Francia con una mayor iniciativa de apoyo a Ucrania”, según valoró el miércoles en un análisis Léonie Allard, investigadora del Atlantic Council.
Europa, con Macron y el canciller alemán, Olaf Scholz, al frente, está demostrando menos titubeos con Ucrania que Estados Unidos, enfrascado en los primeros compases de las elecciones presidenciales. El probable candidato republicano, Donald Trump, es partidario de cerrar el grifo a la ayuda militar para Ucrania. Y los demócratas, según informan medios estadounidenses como Politico, prefieren que la invasión pase a un segundo plano durante las presidenciales por temor a que les pase una factura electoral.
Por todo ello, Zelenski estuvo en Madrid el 27 de mayo, el 28 en Lisboa y Bruselas, y el 31 de mayo en Estocolmo, donde firmó tratados bilaterales de defensa a 10 años con los gobiernos de Noruega, Suecia e Islandia. Lo mismo hizo en Portugal y en Bélgica, y antes en España. El presidente Pedro Sánchez se comprometió con una asistencia militar récord por parte española, de más de 1.100 millones de euros este año, más el apoyo del Ejecutivo en las aspiraciones de Ucrania para acceder a la OTAN, la mayor línea roja que las potencias occidentales evitan cruzar por temor a escalar el conflicto con Rusia.
El presidente ucranio ha podido reunirse en las playas de Normandía con su homólogo estadounidense, Joe Biden, tras dos semanas de tensiones bilaterales. La resistencia personal de Biden a permitir que las armas aportadas por su ejército a Kiev sirvan para destruir posiciones militares en suelo ruso ha alimentado “el mayor momento de tensión y distanciamiento en las relaciones entre Estados Unidos y Ucrania”, según indicaron la semana pasada al Financial Times fuentes de ambos Gobiernos. El veto fue levantado, pero Biden continúa negando que las Fuerzas Armadas de Ucrania utilicen en suelo ruso sus misiles de largo alcance ATACMS, el recurso militar que Kiev exige con más ahínco poder emplear contra objetivos enemigos.
Zelenski pronunció el 28 de mayo en Bruselas unas palabras que sentaron mal en la Casa Blanca. Biden descartó su presencia en la Cumbre de la Paz del 15 y 16 de junio en Suiza. Es un encuentro en el que más de 100 Estados participarán para discutir formas de apoyo a Ucrania y el plan de 10 puntos de Zelenski para unas hipotéticas negociaciones de paz con Rusia. El presidente estadounidense no asistirá porque tiene un acto de recaudación de fondos en California. La ausencia de Biden, dijo Zelenski, “solo la aplaudirá Vladímir Putin, y será una ovación en pie”. “Creo que la Cumbre de la Paz necesita a Biden”, añadió Zelenski, “y otros países necesitan a Biden porque estarán observando las decisiones de Estados Unidos”.
El presidente estadounidense no estará en Suiza, pero sí se encontrará con Zelenski en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G-7, en Italia del 13 al 15 de junio. Uno de los puntos que se debatirán es la transferencia de parte de los activos de Rusia congelados en los países aliados de Ucrania para financiar la defensa y la reconstrucción de este país. Los obstáculos no solo están en la complejidad legal de la operación, sino también en los recelos por llevar el choque con Rusia a otro nivel.
China es el principal aliado de Rusia. Pekín no asistirá a la Cumbre de la Paz, siguiendo la lógica de que la discusión sobre el final de la guerra solo es productiva si Moscú participa. Zelenski ha jugado una carta arriesgada en este periplo internacional: cargar contra China. El líder ucranio acusó el 1 de junio desde Singapur a Pekín de sabotear sus propuestas de paz. Desde allí viajó a Filipinas, país que mantiene con China tensas disputas territoriales. El 5 de junio, en su viaje de regreso a Europa, se reunió en Doha con el emir de Qatar, Tamim bin Hamad Al Thani.