Medio millón de euros por el manuscrito de ‘El extranjero’
Solo se conocen dos manuscritos de El extranjero. El primero está guardado en una biblioteca del sur de Francia. El segundo pertenecía a un coleccionista anónimo y fue subastado ayer en París por 500.000 euros. Sus 104 páginas contienen anotaciones, tachaduras y bocetos. Pero también misterio. Está fechado en 1940, aunque Albert Camus lo escribió en 1944, dos años después de la publicación de su novela.
¿Por qué Camus reescribió a mano una novela ya publicada? Los estudiosos del autor suelen referirse al testimonio de Francine Faure, su esposa, quien en 1970 afirmó que la reescritura probablemente se hizo “para satisfacer su necesidad de dinero”. En 1944, Camus tenía 31 años, vivía en París y trabajaba para la revista clandestina Combat, portavoz de la Resistencia francesa, pero sus ingresos los obtenía de Gallimard, la célebre editorial para la que ejercía como lector y que le daba un anticipo de sus derechos de autor, señala en conversación telefónica Anne Prouteau, presidenta de la Sociedad de Estudios sobre Camus. Faure añadió otro detalle: fue Josette Clotis, pareja del novelista André Malraux, que entonces trabajaba para Gallimard, quien dictó al Nobel su propio texto.
Más allá de esto, el manuscrito en sí es “un objeto muy bonito”, destaca Ségolène Beauchamp, experta en libros antiguos y modernos. Su cubierta, rígida, está decorada por líneas geométricas de color dorado. “Las hojas están abundantemente rellenadas, los márgenes son amplios, pero con muchos comentarios, correcciones, y una docena de pequeños dibujos”, describe.
Los dibujos se acompañan de fragmentos de texto. Hay caricaturas de personajes, soles y guillotinas, estas de tres tamaños. “Cuanto más se acerca el final de la novela, más importancia adquiere la guillotina”, señala Beauchamp. Al anotar que la fecha del manuscrito era 1940, Camus deja pensar que era el verdadero borrador de su novela. “Insisto en la dimensión lúdica, traviesa, un poco de farsa”, que contiene, añade Anne Prouteau.
Aunque se ignora a quién se ha vendido el manuscrito, los expertos del Nobel de Literatura en 1957 destacan el creciente interés de los bibliófilos por este tipo de textos.