El Arzobispado de Burgos toma el mando en los monasterios de las clarisas rebeldes
El Vaticano nombra “comisario pontificio” al prelado para darle poder total sobre la comunidad religiosa
El Vaticano ha entrado en escena para devolver al rebaño a las monjas rebeldes de Belorado. La Santa Sede ha nombrado “comisario pontificio” a Mario Iceta, arzobispo de Burgos, para otorgarle plenos poderes sobre la congregación religiosa, lo que implica al monasterio donde una decena de hermanas clarisas se han atrincherado junto al obispo excomulgado Pablo de Rojas y alguno de sus adláteres. La cúpula del catolicismo se ha comunicado por burofax con la comunidad emancipada, que ha renegado de la figura del papa Francisco y se adscribe a postulados de otra época. La receptora ha sido sor Isabel, la madre abadesa de los últimos años, si bien su mandato concluyó ayer.
Iceta compareció ayer en rueda de prensa para comunicar que quedan bajo su mando los monasterios de Belorado, Orduña y Derio, correspondientes a la comunidad de las Hermanas Pobres de Santa Clara declaradas en rebeldía desde el día 13. Ese día, de forma sorpresiva, anunciaron en su página web y por redes sociales que rompían con la Iglesia católica, acusando al actual modelo del Vaticano de quebrar los cánones tradicionales y poniéndose bajo “la tutela y jurisdicción” de Pablo de Rojas Sánchez-Franco, personaje excluido de la Iglesia y a quien se acusa de haber celebrado misas y celebraciones dentro del convento de Belorado. La normativa religiosa establece que cualquier misa o rito efectuado por parte de figuras expulsadas de la Iglesia supondrá la expulsión, en este caso de las 16 monjas adeptas a la Pía Unión Sancti Pauli Apostoli, creada por De Rojas.
El rango de comisario pontificio acarrea que el arzobispo de Burgos pueda tomar decisiones administrativas, patrimoniales y religiosas sobre las congregaciones. Este estatus implica también la representación legal ante cuestiones civiles, según ha relatado Iceta, que ha explicado que la medida tendrá “efectos inmediatos” y se verá asistido por especialistas en cuitas jurídicas, civiles, fiscales y penales. El Arzobispado, en comunión con El Vaticano, tratará de conseguir la salida de Pablo de Rojas y de su principal seguidor, José Ceacero, a fin de salvaguardar la situación de las hermanas clarisas y del patrimonio material presente en el monasterio.
“Se prohibirá expresamente el acceso y permanencia en los monasterios y todos sus inmuebles de los señores Pablo de Rojas y José Ceacero y cualquier otra persona vinculada a la Pía Unión de San Pablo Apóstol”, señaló ayer Iceta. Además, se va a efectuar un inventario sobre los recursos del convento, aunque no se sospecha que las monjas hayan intentado vender patrimonio religioso.
La ruptura de las monjas viene de un contexto con diferencias inmobiliarias entre las residentes de Belorado y el Arzobispado. “Esto de las propiedades debe de ser muy goloso para algunos, ya que aparece como telón de fondo de artimañas de las que hemos sido objeto estos años. Es un modus operandi, desmontar comunidades de línea tradicional y quedarse con sus inmuebles para venderlos. Hemos conocido ya bastantes casos”, escribieron en su comunicado las hermanas, que habían intentado adquirir un monasterio en Derio (Bizkaia) por 1,2 millones de euros, pero el mando religioso se lo impidió porque, según afirmó el Arzobispado, temían que detrás anduviese De Rojas.
Las religiosas, de la orden de las Hermanas Pobres de Santa Clara, presentaron un documento donde reniegan del papa Francisco y de sus predecesores hasta Pío XII, fallecido en 1958. “Nos van a denominar herejes y cismáticas, locas y muchas cosas más, muy calumniosas y desagradables. No los creáis, al menos por esta vez, que no os engañen”, afirmaron las monjas cuando dieron a conocer sus movimientos.
El mitrado Mario Iceta afirma que la medida tendrá “efectos inmediatos”
Se va a efectuar un inventario de los recursos del convento