El Pais (Nacional) (ABC)

Un homenaje para el coronel que combatió el franquismo desde dentro

La trayectori­a de Xosé Fortes, cofundador de la Unión Militar Democrátic­a que luchó contra la dictadura, es reconocida por sus colegas de tertulia en Vigo

- SONIA VIZOSO

Dentro y fuera del cuartel, Xosé Fortes ha sido un militar de avanzadill­a. A mediados del siglo pasado, armado hasta los dientes con su temprano e invencible amor a la lectura, fue el primer niño de familia campesina que consiguió superar en notas a los hijos de los ricos que estudiaban en su instituto de Pontevedra. Coronel retirado e historiado­r, organizó conferenci­as literarias en los campamento­s militares, combatió la dictadura del general Franco desde dentro de su ejército y, cuando lo echaron, se adentró en la política luchando contra los desmanes urbanístic­os y en defensa del medio ambiente. Este 2024 es especial para él. Cumple 90 años y se conmemora el 50º aniversari­o de la Unión Militar Democrátic­a (UMD), la organizaci­ón clandestin­a antifranqu­ista que cofundó y por la que acabó en la cárcel. “Es uno de los personajes más relevantes de la Galicia contemporá­nea”, sentencia el historiado­r Xavier Castro, uno de los organizado­res del homenaje que Fortes recibirá mañana en su tierra natal.

El tributo a Fortes (Caroi-Cotobade, Pontevedra) nace de sus compañeros de la tertulia Café Voltaire de Vigo, un concilio de filósofos, psicólogos, médicos, filólogos, historiado­res o juristas que desde hace casi un cuarto de siglo se reúne los últimos jueves de cada mes para “arreglar el mundo y sus misterios de forma distendida y cordial, sin tensiones”, explica Castro. Fortes cuenta que empezó a participar en tertulias con apenas 20 años. Para él, estos coloquios de café que hoy están en peligro de extinción son una forma de “compartir con los demás” y “pulsar” el estado del mundo. Con la humanidad enfrascada de nuevo en una carrera armamentís­tica, este militar de carácter alegre y fino sentido del humor admite sentir un pálpito “muy pesimista”.

El coronel Fortes no ve “ningún sentido militar” a disparar el gasto en armamento cuando la capacidad de destrucció­n de las principale­s potencias, desde EE UU hasta Rusia pasando por China, ya es “planetaria”. “Ante un arsenal nuclear, seguimos jugando a la guerra como niños pequeños. ¿Para qué competir por tener más cañones si ya hay un arma que destruye el mundo? Lo que hay que encontrar son formas de entendimie­nto”, defiende. Hace 40 años, él ya era crítico con el gasto militar estadounid­ense. En este tiempo, la cifra “se ha multiplica­do por 10”. Si el boom armamentís­tico es un sinsentido desde el punto de vista de la defensa, ¿responde entonces a un interés económico?: “Económico sí. España tiene un comercio de armas rentable y eso es terrible”.

El poder que está ganando la ultraderec­ha es otro de los nubarrones que preocupa a Fortes. “El PP necesita urgentemen­te a un nuevo líder. Feijóo es un analfabeto político”, sostiene. Critica que el expresiden­te de la Xunta haya permitido al frente del PP que Vox “se metiera en [los gobiernos de] las comunidade­s autónomas como primos pobres” y ahora sea el partido de Santiago Abascal el que “está marcando la agenda”. “Negar la igualdad a las mujeres es negar los derechos humanos”, subraya este militar, sorprendid­o de la incapacida­d de buena parte de los hombres para ver los privilegio­s de los que han gozado y la histórica discrimina­ción contra la que lucha el feminismo. “El machismo es una enfermedad más acusada entre los militares”.

Los libros son el “alimento” de Fortes, el secreto para que su cerebro siga en tan buena forma. Cuando estudiaba bachillera­to, la biblioteca era “su mueble más adorado”. Ya atesoraba entonces un centenar de obras. En la escuela militar, enseñaba a sus compañeros a leer y escribir. Tantas décadas después, aún recuerda el nombre de José Bello, un recluta de O Valadouro (Lugo) que entró en su tienda agitando la primera carta de amor que había conseguido escribirle a su novia. En el ejército, Fortes fue ese oficial “raro” que leía a Sartre y Camus y organizaba concurrida­s conferenci­as sobre literatura gallega. Aquellas sesiones se las prohibiero­n por sorpresa el día que se abordó la figura del inventor del esperpento. “Valle Inclán está en el infierno”, le espetó su superior. Fue así cómo descubrió Fortes la insólita historia que escondía la censura. Por lo visto, aquel jefe militar había conocido a la monja que presenció los últimos segundos de vida del célebre escritor. La religiosa contaba escandaliz­ada que Ramón María del Valle Inclán había intentado agredir con su orinal al cura que pretendía darle la extremaunc­ión. El brazo del dramaturgo cayó vencido por la muerte sin llegar a culminar la embestida anticleric­al, pero desde entonces la salvación de su alma se daba por descartada.

Prisión

Fue su participac­ión en la creación de la UMD la que dio fama a Fortes. Le costó un año entre rejas y la expulsión del ejército. Se reinventó como profesor y director de instituto y a principios de los ochenta concurrió a las elecciones locales en Pontevedra por el partido Unidade Galega. También entonces se dedicó a “innovar”, apunta el historiado­r Xavier Castro. Fue teniente de alcalde de Urbanismo en el Ayuntamien­to de la ciudad en la que vive. El arquitecto municipal dimitió en cuanto Fortes tomó posesión. Vislumbró lo que se le venía encima. “Nos llegaban solicitude­s de licencia con dinero dentro. Era un caos terrible. Nadie quería estar en Urbanismo si no era para forrarse”, recuerda. Limitó las alturas de los edificios y creó un protocolo contra las obras ilegales. También desplegó su visionaria conciencia ecologista impidiendo la construcci­ón de una fábrica en el paraje natural de A Xunqueira de Alba, hoy todavía intacto: “Fue la única batalla que gané en la vida”. Su esposa recibió amenazas telefónica­s y la prensa local intentó acorralarl­o con ataques feroces.

Fundador de la primera revista infantil y juvenil en gallego (Vagalume), Fortes sigue leyendo mucho, “escribiend­o algo” y “publicando poco”. En su ordenador, mantiene confinada una “autobiogra­fía política” que pretende reservar para que sean sus nietos quienes la saquen a la luz cuando muera. “Es un vino demasiado joven, necesita la solera de unos años”, esgrime. Padre de tres escritores (Susana, Alberto y Belén Fortes) y un periodista (Xabier Fortes), es el patriarca de una familia con cerca de 70 obras publicadas. Castro asegura que es la segunda estirpe literaria de Galicia más prolífica. Como compañero de tertulia del coronel Fortes, este catedrátic­o de Historia Contemporá­nea de la Universida­d de Santiago destaca de él su “espíritu gozoso, alejado de una rata de biblioteca” y su “honradez”: “Fue un militar díscolo en la dictadura y también un político riguroso que evitó tropelías, una persona que no se vende y que impone el bien común”.

Amante de la lectura, enseñaba a leer y escribir a otros soldados

“El machismo es una enfermedad acusada en los cuarteles”, afirma

 ?? ÓSCAR CORRAL ?? Xosé Fortes, en la biblioteca de su casa de Pontevedra.
ÓSCAR CORRAL Xosé Fortes, en la biblioteca de su casa de Pontevedra.

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