El Pais (Galicia) (ABC)

Pasión y amor por el arte en forma de libro

Bernardo Pajares y Juanra Sanz escriben sobre 10 relaciones sentimenta­les que fueron motor para la creación

- HÉCTOR LLANOS MARTÍNEZ Madrid

Los bustos de Adriano y quien fuera el miembro favorito de su séquito, Antínoo, conviven en la sala 74 del Museo del Prado. La voluntad del emperador se sigue cumpliendo 19 siglos después de la muerte de ambos. Cuando su joven amante falleció en las aguas del Nilo, el césar decidió divinizarl­o, construyen­do templos en su honor y perpetuand­o su imagen en efigies y monedas.

La historia de amor entre Bernardo Pajares y Juanra Sanz, dos trabajador­es del museo, se gestó rodeada de las obras que alberga el Prado. Su unión y su pasión por el arte dio como fruto el podcast Arte compacto, un rincón que aplica nuevas perspectiv­as a la historia del arte. Esta bitácora sonora combina su intimidad de pareja con un diario de viajes y con la historia detrás de las grandes obras de la pintura, la escultura o la fotografía. Su primer libro común, Pasiones creativas (Aguilar), mantiene esa esencia y aborda 10 episodios de amor, pasión y deseo que han dado significad­o a grandes obras. “Nosotros reaccionam­os al arte como lo hace todo el mundo, desde aquello que te apela, desde recuerdos y experienci­as”, comentan. El texto se centra en un aspecto que les atrae irremediab­lemente: las intimidade­s, en cualquiera de sus formas, que dan pie a la creación de una pieza artística.

En sus páginas se preguntan por la creativida­d que brotó cuando el amor surgió entre Patti Smith y Robert Mapplethor­pe o Cindy Sherman y Robert Longo. Son dos de las relaciones más sanas y fructífera­s que aparecen en el texto, mientras que en otras, como la de Picasso y Dora Maar o la de Edward Hopper y su esposa Josephine Nivison, esos encuentros sentimenta­les supusieron un gran perjuicio para ellas.

La intención de los autores no es la de cancelar a consagrado­s. “No estamos capacitado­s para destrozar el canon artístico y volverlo a escribir, aunque quizá sí para intentar enriquecer­lo, recuperand­o las historias que estaban

“Intentamos rescatar historias que otros dejaron atrás”, dice uno de los autores

en torno a sus grandes héroes y a los relatos oficiales”, explica Sanz. “En los distintos espacios en los que hemos analizado la historia del arte hemos intentado espigar, como diría Agnès Varda, proyectos culturales concretos, recuperand­o cosas que los demás dejaron atrás. Ahora que hay tantas ventanas de informació­n, tengo la esperanza de que las nuevas generacion­es, cuando descubran a Dora Maar, lo hagan como fotógrafa y no como una de las parejas de Picasso”, completa Pajares.

El libro también recuerda la autodestru­cción de Francis Bacon a través de sus amantes masculinos. Y la tragedia de los fotógrafos Peter Hujar y David Wojnarowic­z, pareja que fue víctima de la epidemia de sida en el Nueva York de los ochenta y noventa. Ambos protagoniz­aron una de las entregas de su podcast que más les costó grabar y que, precisamen­te por eso, decidieron recuperar como capítulo final de Pasiones creativas. Cuando Hujar enfermó, Wojnarowic­z lo acompañó aunque ya no fuera su pareja. Y lo fotografió para que fuera inmortal.

El formato conversaci­onal de su espacio sonoro se convierte en el libro en una suerte de literatura epistolar, en la que uno de ellos desmenuza las consecuenc­ias artísticas de estas distintas conexiones a lo largo de la historia y el otro interactúa desde el tú a tú con ese microensay­o. “Uno entregaba su texto y el otro reaccionab­a casi de inmediato a lo leído, para registrar una respuesta lo más fresca y espontánea posible”, explica Pajares. “Como en el podcast, contamos cosas de nuestra vida y también datos históricos sobre los que tienes que documentar­te muy bien. Al trasladarl­o a las páginas ha llegado un vértigo que no había sentido antes”, admite Sanz. “Hace poco, Alejandro Vergara [jefe de conservaci­ón de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte hasta 1700 del Prado] explicaba que, al dejar algo por escrito, siente mucho más la obligación de que eso sea verdad, aunque también lo sea cuando lo grabas ante un micrófono o una cámara”, prosigue.

Pasiones creativas nació en torno al concepto de amor, pero sus autores decidieron derivarlo al concepto de la pasión “para no llamar amor a algunas de las relaciones tóxicas que aparecen”, manifiesta Sanz. “Y porque la oscuridad es igual de poderosa a la hora de inspirar arte”, defiende.

El amor no es un tema primordial en la pintura del Prado, al “estar más centrado en el arte oficial, encargado por la iglesia y el poder”, apuntan, y en el que predominan asuntos religiosos y gestas bélicas. Pero, aunque no haya sido un tema explorado de forma activa hasta un pasado reciente, “un retrato puede esconder mucho amor, como el que Anna Klumpke hizo de Rosa Bonheur”, recuerda Pajares. Quizá la relación entre las dos pintoras dé pie a un segundo volumen.

 ?? CLAUDIO ÁLVAREZ ?? Bernardo Pajares (izquierda) y Juanra Sanz, junto al busto de Antínoo en el Museo del Prado. Al fondo, la escultura de Adriano.
CLAUDIO ÁLVAREZ Bernardo Pajares (izquierda) y Juanra Sanz, junto al busto de Antínoo en el Museo del Prado. Al fondo, la escultura de Adriano.

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