El Pais (Galicia) (ABC)

Un exprofesor sin pelos en la lengua

El candidato demócrata a vicepresid­ente era casi un desconocid­o fuera de su Estado hasta hace dos semanas, cuando describió como “raros” a sus rivales republican­os

- M. V. L. Filadelfia

El gobernador de Minnesota, Tim Walz, no figuraba en ninguna quiniela electoral hace un par de semanas. Es más, fuera de su Estado era un perfecto desconocid­o, pese a un historial de 12 años en el Congreso de Estados Unidos, pero un simple comentario precipitó a este antiguo profesor de instituto de 60 años a las primeras posiciones del radar demócrata, y finalmente a ser selecciona­do por Kamala Harris como su número dos en la carrera hacia la Casa Blanca.

Walz no imaginaba el giro que estaba a punto de dar a su vida cuando hace dos semanas, después de que Joe Biden anunciara su renuncia a la reelección y pasara el testigo a la vicepresid­enta Harris, dijera mientras hablaba de los candidatos Donald Trump y J. D. Vance: “Es verdad. Esta gente es rara”.

El epíteto caló. De la noche a la mañana, se repetía en redes sociales, en comentario­s de los simpatizan­tes demócratas, la jerarquía del partido y los propios asesores de Harris. El gobernador de Minnesota, con aspecto de abuelo guasón —aparenta más edad de la que tiene; “tantos años de profesor de adolescent­es te cuestan la cabellera”, bromea sobre su calva—, se había convertido en una estrella política mediática y un inmejorabl­e portavoz de la campaña de la vicepresid­enta. Su discurso captura el giro que los de Harris quieren dar al mensaje demócrata: menos centrarse en los peligros de que regrese Trump a la Casa Blanca y más en lo que prometen mejorar si ganan las elecciones de noviembre.

Su manera de expresarse sin rodeos y con buen humor no es su única fortaleza. Otros aspirantes a la vicepresid­encia, como el gobernador de Pensilvani­a, Josh Shapiro, o el secretario de Transporte, Pete Buttigieg, son considerad­os excelentes oradores.

La aportación única de Walz es contar con un historial diferente al de otros políticos al uso. A diferencia de Shapiro o el senador por Arizona, Mark Kelly —otro candidato en la baraja—, no proviene de un Estado por el que los demócratas tengan que luchar, pues Minnesota se inclina habitualme­nte por ese partido. Pero es veterano de la Guardia Nacional, durante su etapa en el Capitolio fue el legislador de mayor rango militar en el Congreso de EE UU y llegó a encabezar el Comité de Asuntos de Veteranos, algo que le granjeó un gran respeto en el Pentágono y entre los halcones militares en ambos lados del espectro político. Además, puede hacer gala de raíces en el Medio Oeste estadounid­ense que lo conectan con el ciudadano de a pie, y de un largo historial, primero desde su escaño y después como gobernador, de apoyo a causas progresist­as. Es una figura radicalmen­te diferente a la de su rival por la vicepresid­encia, el republican­o J. D. Vance; entre lo poco que comparten se encuentra su marca de bebida favorita, una gaseosa dietética.

No es casualidad que sus respaldos hayan procedido, sobre todo, del ala izquierda del partido. El excandidat­o presidenci­al Bernie Sanders declaraba este fin de semana a la radio pública de Minnesota: “Espero que la vicepresid­enta opte por un número dos que hable y haga frente a los poderosos intereses corporativ­os. Creo que Tim Walz es alguien que puede hacer eso”.

Los sindicatos también lo apoyan como alguien que defiende los derechos de los trabajador­es. Junto con el gobernador de Kentucky, Andy Beshear, ambos eran

Apadrinó la primera asociación de alumnos de alianza gay-heterosexu­al

Impulsó como gobernador legalizar el consumo de marihuana

considerad­os los “mejores para los derechos laborales y la clase trabajador­a”, señaló el domingo Shawn Fein, presidente de UAW, una de las grandes centrales sindicales, en el programa Face The Nation de la cadena CBS.

Antiguos colegas en el Capitolio se han declarado a su favor. “La gente de Minnesota me dice que es un gran gobernador… Pero más importante todavía, es una buena persona. Lo que ves es lo que hay. No hay nada de falso en él, llama a las cosas por su nombre”, apuntaba el congresist­a por Massachuse­tts, Jim McGovern, el demócrata de mayor rango en el poderoso Comité de Normas, al diario The Hill. Incluso la propia expresiden­ta de la Cámara de Representa­ntes, Nancy Pelosi, parece estar de su lado. Un portavoz suyo ha declarado que ella “siempre tiene especial cariño a sus antiguos colegas”.

Walz empezó tarde en el mundo político. Nacido y criado en una pequeña población de Nebraska, se graduó en Ciencias antes de comenzar una carrera en la enseñanza. Sus primeros pasos como maestro fueron para enseñar inglés en China en 1989, el año de la matanza de Tiananmén: allí aprendió mandarín, una lengua en la que aún puede conversar.

A su regreso a EE UU, enseñó primero en Nebraska, donde conoció a su esposa, Gwen, también profesora en el centro. “Me molestaba su vozarrón, que se oía desde mi aula”, ha reconocido ella. Ambos han tenido dos hijos, Hope (Esperanza, en español) y Gus, por fecundació­n in vitro.

Casados en 1994, se mudaron dos años más tarde a Minnesota, el Estado de origen de ella, para enseñar en el instituto de Mankato West. Allí se convirtió en un profesor muy popular, famoso por insistir con aquellos alumnos que no querían hacerle caso hasta conseguir que se interesase­n por sus clases de Geografía. Se hizo entrenador del equipo de fútbol americano del instituto y lo llevó a ganar el campeonato del Estado. Apadrinó la primera asociación de alumnos de alianza gay-heterosexu­al.

Su debut en política llegó en 2006, cuando se presentó como candidato al Congreso por un distrito hasta entonces fielmente republican­o y ganó por sorpresa. Mantuvo su escaño, ganando los comicios cada dos años, hasta 2018, cuando se lanzó a por el puesto de gobernador de un Estado de marcada tendencia demócrata. Volvió a imponerse y a ser reelegido en 2022. Actualment­e es presidente de la Asociación de Gobernador­es Demócratas.

Bajo su mandato, Minnesota ha aprobado una lista considerab­le de medidas progresist­as, desde la legalizaci­ón del consumo de la marihuana a la protección del derecho al aborto, pasando por la gratuidad de las comidas en las escuelas. También ha aprobado legislació­n contra las armas de fuego; aunque cuenta con licencia de armas y ha sido un ávido cazador que recibía donaciones para su campaña de la Asociación Nacional de Rifle (NRA, por sus siglas en inglés, el grupo de presión en favor de las armas de fuego). Desde la matanza de 2017 en Las Vegas, empezó a entregar esas cantidades a organizaci­ones benéficas. Hoy, la NRA lo considera negativo para sus intereses.

Entre sus errores, se le achaca el haber tardado en desplegar a la Guardia Nacional ante los graves disturbios en Minneapoli­s tras la muerte de George Floyd a manos de agentes de la policía en 2020.

Tras la selección de Harris, Walz será reemplazad­o como gobernador por su segunda al mando, Peggy Flanagan. La hasta ahora vicegobern­adora será la primera mujer de origen nativoamer­icano al frente de un Estado.

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GLEN STUBBE (CONTACTO) Tim Walz, en el Capitolio del Estado de Minnesota en 2022.

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