Israel llama a consultas a sus embajadores en España, Irlanda y Noruega
El ministro de Exteriores acusa a los tres países de “conceder una medalla a Hamás” por reconocer al Estado palestino y les advierte de que “habrá consecuencias graves”
En un movimiento coordinado, España, Irlanda y Noruega anunciaron ayer el próximo reconocimiento de Palestina como Estado. Israel manifestó su enfado de inmediato: llamó a consultas a su embajadora en España, Rodica Radian-Gordon, y convocó a la embajadora de España en Tel Aviv, Ana María Sálomon. El presidente Pedro Sánchez lo dijo en el pleno del Congreso: el Consejo de Ministros aprobará el próximo martes el reconocimiento del Estado palestino, en una acción acordada con Noruega e Irlanda, que lo harán ese mismo día. En un comunicado, el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Israel Katz, acusa a los tres países europeos de “conceder una medalla de oro a los asesinos y violadores de Hamás”.
La diplomacia israelí no solo llama a consultas a sus representantes diplomáticos en España, Irlanda y Noruega, sino que toma una medida inusual: convocar a los embajadores de los tres países en Tel Aviv “a una conversación de amonestación durante la cual verán el vídeo del secuestro de las observadoras”. Se refiere a un nuevo vídeo, grabado por los milicianos de Hamás con las cámaras que llevaban adosadas durante el ataque del 7 de octubre, en el que capturan a las soldadas que vigilaban un puesto de observación en la frontera. El objetivo: mostrarles lo “retorcido de la decisión que han tomado sus gobiernos”.
“La historia recordará que España, Noruega e Irlanda decidieron conceder una medalla de oro a los asesinos de Hamás que violaron a mujeres y quemaron a bebés”, declaró Katz, según un comunicado de su departamento. En su opinión, la decisión tomada “socava las posibilidades de paz y cuestiona el derecho de Israel a la autodefensa”. “Israel no permanecerá en silencio”, advirtió, “habrá más consecuencias graves”.
La televisión pública israelí apuntó además que Israel pretende aislar a los diplomáticos de España, Irlanda y Noruega, en lo que denomina un boicot de facto: no convocarlos a reuniones informativas, no mantenerlos al corriente de las novedades y retrasar el cumplimiento de sus solicitudes.
El ministro de Finanzas, el ultraderechista Bezalel Smotrich, pidió al Gobierno que integra y que lidera Benjamín Netanyahu no quedarse en el comunicado y llamada de atención de ayer. Le pidió aprobar la edificación de un nuevo asentamiento judío en Cisjordania (donde viven medio millón de colonos) por cada país que reconozca al Estado palestino y avisó a Netanyahu de que no prorrogará una medida necesaria para que los bancos palestinos paguen los salarios a sus funcionarios. También dejará de cumplir el pacto, alcanzado a través de Noruega (uno de los tres países que han anunciado el reconocimiento) tras presiones de Estados Unidos, para que la Autoridad Nacional Palestina pudiese seguir recibiendo los impuestos que le corresponden y que repensamos cauda Israel. “Tengo la intención de dejar de transferirle fondos y exigir la devolución de todos los transferidos”, señaló Smotrich en un mensaje en la red social X.
El propio Sánchez dio por sentado, durante su intervención ante los diputados, que Israel tomaría medidas contra España. “Es posible que algunos líderes israelíes no lo vean así y que nuestra decisión tenga consecuencias. Somos conscientes de ello. Y tengo que decirles que estamos preparados para asumirlas. Porque que el propósito de la diplomacia no consiste en no molestar a nadie, consiste en defender los valores y los intereses propios de forma pacífica”, afirmó.
A primera hora de la mañana, el ministro israelí de Exteriores ya anunció “la retirada inmediata de los embajadores de Israel en Irlanda y Noruega”, los primeros en dar a conocer su inminente reconocimiento del Estado palestino. Y advirtió: “Si España cumple con su intención de reconocer un Estado palestino, se tomará una medida similar en su contra”. “Estoy enviando un mensaje claro e inequívoco a Irlanda y Noruega: Israel no permanecerá en silencio frente a quienes socavan su soberanía y ponen en peligro su seguridad”, había escrito.
Segunda ocasión
Israel ya llamó a consultas a su embajadora en Madrid el 30 de noviembre, después de que, durante su visita a Israel y Palestina con el primer ministro belga, el presidente español cuestionara que el ejército israelí estuviera respetando el derecho internacional humanitario en su ofensiva sobre Gaza. Poco más de un mes después, a principios de enero, regresó la diplomática israelí con el argumento de que el Gobierno español había “cambiado el tono”.
Por el contrario, el presidente palestino, Mahmud Abbas, se felicitó del paso anunciado por España, Noruega e Irlanda, asegurando que supone la “consagración del derecho del pueblo palestino a la autodeterminación de su tierra y a la adopción de medidas reales para apoyar la implementación de la solución de los dos Estados”, según un comunicado de la Presidencia de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).
Es, además, “una contribución” para “salvar la solución de dos Estados” para resolver el conflicto de Oriente Próximo. Hacerla en estos momentos, agregaba el texto, es importante porque Israel está “destruyendo sistemáticamente” esa solución, “especialmente a través de la continuación de su guerra genocida en Gaza”. La decisión anunciada por Sánchez refleja además el “ímpetu de España por apoyar al pueblo palestino y sus derechos inalienables y legítimos a su tierra y a su patria”.
El Ministerio de Exteriores de la ANP vio en el anuncio una muestra del “compromiso inquebrantable” de España, Noruega e Irlanda con la solución de los dos Estados y con el derecho del pueblo palestino a recibir “la justicia que tanto tiempo lleva esperando”. También el movimiento islamista Hamás, opuesto a la solución de los dos Estados, pero que se ha mostrado abierto a aceptarla, aplaudió la decisión de los tres países europeos. La considera “un paso importante en el camino” hacia la creación de un “Estado palestino independiente con Jerusalén como capital”.