Pedro Sánchez se vuelca en campaña con un alegato contra los “poderosos”
El presidente reivindica una “política limpia” en su primer mitin del 12-M. “Sabemos que te la has jugado por Cataluña y Cataluña no va a olvidar esto”, le agasaja Illa
El primer mitin de Pedro Sánchez en la campaña catalana tras los cinco días de reflexión en los que puso a España patas arriba volvió a poner de manifiesto lo que hasta sus rivales políticos le reconocen: que sabe manejar el calendario y la agenda. La política española y catalana giran y giran sin parar alrededor de Sánchez que el lunes, festividad de San Pedro Mártir, confirmó que seguía en La Moncloa y tres días después reapareció en un caluroso acto de partido. La efeméride no podría albergar más simbolismo: coincidía con el 145º aniversario del PSOE. Y le sirvió además para entroncar su discurso del Sánchez de las primarias de 2017 contra los poderes fácticos y de las generales del 23-J contra la derecha judicial y mediática, exhibiendo, de nuevo, su conexión con la militancia.
“¡Gracias por todo el cariño, empatía y solidaridad que he recibido de todos vosotros. Gracias de corazón!”, valoró Sánchez. “Después de ver toda la corriente de solidaridad, empatía y manifestaciones me he dado cuenta de que vivimos en un gran país donde somos más los que queremos una política limpia frente a quienes quieren una política de insultos, bulos y descalificaciones”, arrancó entre clamores. El Polideportivo Municipal La Parellada de Sant Boi de Llobregat se transformó en un templo al que acudieron en procesión 2.000 militantes y simpatizantes del PSC. Otro millar lo siguió fuera en una pantalla gigante. “¡Gracias Pedro, secretario general, presidente del
Gobierno, compañero y amigo por tu labor al frente del Gobierno! Ya van cinco años nada fáciles. Gracias sobre todo por tu coraje, por tu valentía, por tu trabajo para que Cataluña volviera a la normalidad. Sabemos que te la has jugado por Cataluña y Cataluña no va a olvidar esto”, incidió el candidato socialista a la presidencia de la Generalitat, Salvador Illa.
En esta campaña en la que Illa quiere situarse en la centralidad y promete un gobierno transversal, Sánchez irrumpió desempolvando su discurso más de izquierdas. “Estamos del lado de los que no pueden, de los que no tienen, de la mayoría social, de la clase media, de los trabajadores y trabajadoras frente a los poderosos. Reivindicamos que la política no es el territorio de los poderosos, sino de la gente de a pie, a la que servimos durante 145 años de vida y seguiremos sirviendo durante toda la existencia del PSOE”, expresó. En esa línea, Sánchez responsabilizó a la derecha de generar el clima de polarización que vive la política española. “Me tenéis dispuestos para hacer frente a la máquina del fango de Feijóo y de Abascal (...) ¿La pregunta es por qué siempre hay crispación cuando la derecha está en la oposición?”, arremetió. “¡Os propongo que el 12 de mayo ganemos al fango votando a Salvador Illa!”, enfatizó en otro de los momentos álgidos de su discurso. “La democracia puede más que el fango y los votos más que los bulos, así que hagamos que gane la democracia el 12 de mayo”, dijo.
“Gracias por enseñarnos con tu ejemplo la importancia de humanizar la política, solo humanizándola la haremos útil. Lo que has hecho no es un símbolo de debilidad y cobardía, es un símbolo de coraje”, ensalzó al presidente Lluïsa Moret, alcaldesa de Sant Boi.
El entusiasmo desbordado fue constante en uno de los bastiones del PSC en el cinturón rojo de Barcelona. “Yo he venido especialmente porque venía Pedro Sánchez”, reconocía Elvira Crespo, parada de 64 años y vecina de Sant Boi, una ciudad de 85.000 habitantes. “Es que lo vi todo muy mal, pensé que se iba... Cuando dijo que seguía, metí un grito que se me escuchó en todo el bloque”, reía aliviada Crespo.
Todos los afiliados y votantes del PSC confesaban que habían vivido con temor la posibilidad de que Sánchez dimitiera. Nadie le reprochó que su permanencia no fuese acompañada de medidas concretas para regenerar la política. “Seguí su comparecencia en casa bastante nervioso, pero cuando quedó claro que continuaba fue como una liberación”, asentía José Luque, jubilado de 65 años. “Yo me asusté, pero bien, si este hombre se nos va no quiero pensar que habría pasado”, añadía otro militante, Francisco Navarro, pensionista de 77 años. “No veo mal lo que ha hecho, los políticos también son humanos, parece que había que recordarlo”, apostillaba Navarro.
Este ha sido el primer baño de multitudes de Sánchez, que va a estar al menos cuatro días seguidos en Cataluña, algo poco habitual en sus agendas de campaña. El miércoles acudió por sorpresa en la caseta del PSC en la Feria de Abril de Barcelona, con una aparición estelar, sin escatimar en abrazos y selfies mientras de fondo se escuchaba Pedro de Raffaella Carra. Ayer, antes del mitin, almorzó con Jaume Collboni, alcalde de Barcelona, en el restaurante Casa Leopoldo, en el céntrico barrio de El Raval y que frecuentaba Manuel Vázquez Montalbán. Mañana Sánchez participará en el mitin central de la campaña en Montmeló. Ferraz y La Moncloa no dan pistas de si la próxima semana pretende tener más mítines y actos de partido aparte del cierre en Barcelona.