La Monumental abre la puerta a los taurinos en un acto sin toros
El Pacma protesta ante la plaza, en la que no se celebra una corrida desde hace 13 años, pidiendo la abolición total de la fiesta
La plaza de toros Monumental de Barcelona volvió a abrir las puertas a los aficionados taurinos después de la última corrida celebrada el 25 de septiembre de 2011. Casi 13 años más tarde, ayer el albero se encontraba muy estropeado y lejos de las supuestas tardes de gloria que algunos recordaban en voz alta. De hecho, dentro de la arena había de todo menos toros. Para empezar, como en cualquier espectáculo taurino, no faltaron la docena de activistas del Pacma protestando en la puerta del coso taurino. También había aficionados a la llamada fiesta nacional aunque no superaban los dos centenares.
Ambos grupos, aunque pequeños, se silbaron e insultaron. De hecho, los Mossos d’Esquadra tuvieron que separarlos. Dentro de la plaza había capotes y capas, aficionados y concejales del PP (Daniel Sirera) y de Vox (Liberto Senderos). Aparte de los ediles, la formación ultra consideró que el acto taurino era relevante y también acudieron a la cita los diputados Joan Garriga y Alberto Tarradas.
Tras el encontronazo de la entrada y una vez que los aficionados accedieron al coso, quien más quien menos jugó a dar pases con capas y capotes junto a niños de nueve años convertidos en expertos en toreo de salón. Menores que disfrutaban mostrando las habilidades adquiridas tras largas horas de actividades, supuestamente, extraescolares en la Escuela Taurina de Cataluña.
¿Por qué los propietarios de la plaza, el grupo Balaña, abrió el coso sin toros 13 años después de la última corrida? La presidenta de la Federación de Entidades Taurinas, Lorena Paricio, dio pistas de ello. Paricio informaba de que este acto “íntimo, sin toros ni toreros” se debe a que este año —justo cuando el ministro de Cultura, Ernest Urtasun, ha anunciado la supresión del Premio Nacional de Tauromaquia— la Fundación Toro de Lidia ha fijado el 16 de mayo (ayer) como el Día Internacional de la Tauromaquia.
A esta nueva onomástica solo le prestaron atención taurinos y el Pacma, pero sirvió para que unos y otros reivindicasen su espacio. Por un lado, los aficionados a la fiesta recordaron los palcos que utilizaban en la Monumental, los abonos de temporadas, los toros y toreros que veían al sol o la sombra. Criticaron a los políticos que acabaron con la fiesta en Cataluña mediante una votación en el Parlament que posteriormente fue anulada por el Tribunal Constitucional. Sea como sea, la fiesta de los toros no volvió a Cataluña. El extorero Enrique Guillem fumaba orgulloso mostrando los nueve “chavales” a los que enseña a torear en un antiguo campo de fútbol del barrio del Gornal en l’Hospitalet de Llobregat.
En el coso los teléfonos móviles echaban humo mientras los amantes del mundo taurino demostraban sus habilidades con la capa. De hecho, el concejal del PP, Daniel Sirera, fue de los que le cogió cierto cariño al toreo de salón y pidió indicaciones rápidas a algún profesor voluntario de los tantos que había. En una parte del tendido se podía entrever algún cartel, pocos, reivindicando que la tauromaquia “es cultura” o incluso una pancarta que defendía, a modo de resumen, el artículo 20 de la Constitución (“Libertad de Expresión”).
Al acabar, los 200 asistentes salieron por una puerta lateral ya que los animalistas del Pacma —con su líder, Iván Guijarro, a la cabeza— no dudaron en gritarles “asesinos” y en amenazar que continuarán las reivindicaciones hasta conseguir la abolición de los toros en España. Algunos taurinos volvieron a entrar al trapo y fue necesaria la presencia de los Mossos para que los insultos no pasaran a mayores. La Monumental abrió la plaza a los taurinos, 13 años después de la última corrida, en un acto en que hubo de todo menos toros.
La Fundación Toro de Lidia establece el 16 de mayo como Día de la Tauromaquia
Los animalistas llamaron “asesinos” a los 200 asistentes al coso barcelonés