Ramon Gener, Javier Castillo y Eva Baltasar, entre los éxitos de Sant Jordi
El Gremi d’Editors no publicará hasta el lunes la lista definitiva de los libros más vendidos en una cita que cada vez se estira más y que ya empezó el fin de semana
La jornada de Sant Jordi en Barcelona empezaba muy temprano con una cita ya habitual en la cafetería La Farga. A las 8.30, Jordi Puntí, Ramon Gener y Jaume Clotet, los tres escritores de los tres premios más cuantiosos a obra inédita en catalán que publica Grup 62 (los premios Sant Jordi, Ramon Llull y Josep Pla, respectivamente) recibían a la prensa cafés en mano. La cafetería se encuentra en el cruce entre el paseo de Gràcia y Diagonal, justo en el epicentro de la ciudad, y los libreros y editores ya montaban paradas. Todo el mundo asume que será Gener quien liderará las listas de ventas con Història d’un piano, una novela donde el mediático músico resigue la biografía de su propio instrumento.
El tema de la mañana: este año no se sabrá hasta el lunes, 29, la clasificación de los libros más vendidos del día, que siempre publicaba el Gremi d’Editors el mismo día 23 por la noche. Hasta entonces, solo se podrá consultar una lista de “tendencias”, según anunció el gremio para evitar polémicas como la del año pasado, cuando se tuvo que editar la lista el día 24 porque las cuentas no eran exactas. Entre el sector, la medida suscita debate, por el sentido de competición que le dan estas listas a la jornada literaria, y por el poco impacto real del cálculo: los libros más vendidos de cada año no llegan al 10% del total de ventas. Las listas de tendencias las lideraban, sin ser este el orden definitivo, Ramon Gener, Joël Dicker, Xavi Coral, Eva Baltasar
y Michael McDowell para los libros de ficción en catalán; Javier Castillo, Dicker, Eduardo Mendoza, Gabriel García Márquez y McDowell para la ficción en castellano; y los libros de Xevi Verdaguer, Carles Porta, Marian Rojas Estapé o James Clear, entre otros, para la no ficción tanto en catalán como en castellano.
Entre el sector también se comenta el peligro que corre la Diada de morir de éxito. Los escritores encadenan firmas y van de un lado para el otro de la ciudad; si sigue todo a este ritmo, comenta el editor Josep Lluch, se corre el riesgo de “desdignificar a los escritores”. Eran las 10 de la mañana y Eva Baltasar, otro de los nombres importantes del día, a punto de ser entrevistada por RAC1 en el Palau Robert, ya contaba seis entrevistas concedidas. El tiempo terminó aguantando casi todo el día, y la previsión es batir los récords de cifras de 2023, con 1,87 millones de libros vendidos y una facturación de 24 millones de euros acumulada a lo largo de la semana.
La jornada arrancó oficialmente en el Palau de la Virreina, con el desayuno del Ayuntamiento, donde el alcalde, Jaume Collboni, ensalzó el papel de los traductores acompañado de Marta Pera Cucurell, reciente Premi Ciutat de Barcelona de Traducció.
Por la mañana y sobre todo al mediodía, escritores firmaban libros por toda la ciudad. En menos de tres horas, el autor de superventas Javier Castillo había firmado más de 300 ejemplares en la plaza de Catalunya. En la parada de la librería La Central de la calle Mallorca, se juntaban muchos de los nombres más destacados del día: Irene Solà y Eduardo Mendoza formaban colas de una manzana, y coincidían Sergi Pàmies y Hernán Díaz (autores del mejor libro de 2023 según Quadern y Babelia, respectivamente), con Xavier Pla, Anna Pacheco o Gener. Lejos del centro, en la plaza de les Glòries, la autora de literatura juvenil Joana Marcus recibía masas de lectores.
A la hora de comer, Grup 62 y Penguin Random House celebraban sus habituales comidas de Sant Jordi con optimismo pese a la ligera y breve lluvia. El día iba avanzando a buen ritmo y por la tarde alcanzó su punto álgido. De hecho, afirmaban desde la Cambra del Llibre que las ventas este año han sido más diversas, tanto geográficamente (porque la gente no se ha desplazado tanto de su localidad) como temporalmente, porque mucha gente había anticipado las compras el fin de semana anterior. Por lo que respecta a las rosas, se vendieron masivamente. Joan Guillén, presidente del gremio de floristas, lamentaba que este será “el último año” con flores locales.