El Pais (Catalunya) (ABC)

El césped multifinan­ciado de Unionistas

La entidad cuenta con un presupuest­o total de 1,5 millones de euros Los salvadores del campo ayudaron renovando su carnet por 5 o 10 años

- JUAN NAVARRO, Salamanca

lá tengamos la velocidad mental que pide el partido”, abundó Simeone.

La riqueza ofensiva del Madrid examinará el sistema defensivo del Atlético en un momento en el que a Simeone le cuesta encontrar un terceto de centrales estable. Otra señal palmaria de los problemas que atraviesa el equipo en defensa. Ni Savic ni Giménez están en su mejor momento. Tampoco el turco Söyüncü, ni Azpilicuet­a, que llegaron en verano para reforzar la posición han terminado de cuajar. La variedad de combinacio­nes que ha probado estos días para formar una defensa de tres centrales que le ofrezca garantía para frenar a los atacantes madridista­s también delata el agujero defensivo que tanto le preocupa. Al respecto, Simeone también considera que la simple acumulació­n de jugadores en el área no resuelve el problema. Sus reflexione­s vuelven a apuntar a la necesidad de que los defensas suban el nivel individual. “No importa la cantidad, sino la calidad”, dice.

Hasta ahora, Simeone no ha regresado a su libreto más clásico para tratar de mejorar al equipo en defensa y tratar de salir de la crisis de resultados que ha descolgado al Atlético de la pelea por la Liga. Esta ha sido la solución más frecuente en sus 12 años en el banquillo rojiblanco. Mantiene la apuesta por asumir riesgos con la pelota desde atrás. Las sesiones de trabajo han mostrado a un entrenador que trata de transmitir tranquilid­ad a los jugadores para que encuentren a los compañeros libres de marca cuando el rival les presiona la salida del balón. “Siempre aparece, siempre aparece”, se le ha escuchado vociferar.

Tampoco parece dispuesto Simeone a renunciar a que su equipo sea el que presione al rival en campo contrario. Es en esta faceta donde necesita que sus futbolista­s eleven sobremaner­a el nivel en los duelos individual­es. Es la única manera de poder sostener ante rivales como el Madrid el paso adelante dado. Lo contrario provoca que emerja ese Atlético del revés.

te en cualquier posición. Lo he puesto por la izquierda, y lo ha hecho bien. A veces, como delantero centro, y lo ha hecho bien también. Es un jugador completo que nos está ayudando mucho”.

Aunque sigue con pocos minutos, aprovechó diciembre y ganó mucho peso. Tanto, que el domingo, antes de la final de la Supercopa en Riad, el director de la selección española, Albert Luque, también se había dado cuenta: “Desde la federación lo tenemos muy presente. El responsabl­e es Luis [de la Fuente], pero puedo decir que es un jugador que gusta”.

Tres días antes, en la semifinal contra el Atlético, había salido a diez minutos del final, con 2-3. Cerró el partido marcando en la prórroga el 5-3 en esa carrera que le ganó a Oblak, que había subido a rematar un córner a la desesperad­a. En la celebració­n, se quitó la camiseta y quedaron a la vista las proteccion­es del hombro que se dañó en su anterior partido contra los rojiblanco­s, en el estadio al que regresa esta noche.

Cambiar el verde se convirtió en un marrón: la continuida­d de Unionistas de Salamanca en Primera RFEF en 2022 dependía de sustituir el césped artificial de su campo de fútbol por la hierba natural que exigía la Federación. La factura: 300.000 euros más 30.000 anuales de mantenimie­nto. El club autogestio­nado había prosperado sobre briznas de plástico y mares de caucho cuando se encontró con este requisito para continuar en la categoría de bronce. El dineral hizo palidecer a los gestores y, por ende, a los socios copropieta­rios de la entidad hasta que abrieron la recaudació­n de fondos a financiaci­ón social. El éxito del micromecen­azgo de abonados y meros aficionado­s anónimos rompió con las negras previsione­s, permitió cosechar la cantidad con creces y brindar a Unionistas el césped que se enfrentará hoy a las botas del Barcelona (19.30, Movistar) tras fajarse contra el frío invernal.

El pedigrí del rival de octavos de final de la Copa del Rey ha demandado algunos mimos extra al siempre cuidado campo Reina Sofía de Salamanca, de propiedad municipal. Alberto Matías, responsabl­e de la empresa Hermaflor, contratada por el Ayuntamien­to para atender las instalacio­nes, afronta con confianza el encuentro: “El primer partido tras ponerlo pensé que me moría, estaba muy tierno pero a base de tiempo, tratamient­os y trabajos está fuerte”.

“Los inviernos en Salamanca son dolorosos, sobre él juegan Unionistas y el Monterrey”, explica Matías, sonriente con la diferencia de recursos frente a la élite del balompié: allí no hay moquetas ni tapetes, tampoco lámparas gigantes, mantas térmicas o suelos radiantes como los presentes en los grandes estadios. Aquí manda el rastrillo. El principal enemigo, más allá de los tacos de aluminio de los equipos del Grupo I de Primera RFEF, el hielo provocado por las temperatur­as bajo cero de estas fechas. Ya la eliminator­ia triunfal contra el Villarreal se disputó con zonas duras junto a los banquillos, donde la sombra impide descongela­r la hierba. “Es tu tierra, son tus campos donde jugaste de pequeño. En el de Unionistas actual jugué yo cuando era tierra con mis amigos y mi padre”, suspira el salmantino al recordar tantas rodillas despelleja­das y zapatos rotos.

Los salvadores del campo ayudaron renovando su carnet por cinco o 10 años, pagando 1.500 o 3.000 euros, o donando la cantidad deseada. Esa implicació­n explica la filosofía de Unionistas, en mitad de tabla de su división pero en lo alto del fútbol popular desde que en 2013, al desaparece­r la histórica UD Salamanca, los aficionado­s lo fundaran e implantara­n un modelo asambleari­o. Todo se consulta, todo se debate, todo se discute entre los más de 4.500 socios, nunca abonados. Ellos son socios, partícipes de Unionistas.

La visita blaugrana ha elevado la cifra a 4.800 socios, la capacidad del estadio sin gradas supletoria­s. Miguel Ampuero, de 27 años, lleva desde los 16 colaborand­o en este modelo. De pegar carteles y llevar redes sociales ha pasado a vicepresid­ente y responsabl­e económico, o sea, quien valora “el pelotazo” de la visita del Barça y los triunfos coperos. También

a él “los cabrones” de los jugadores le piden primas por sus inesperada­s victorias. De estas rondas ingresaran unos 600.000 euros, equivalent­e a la inversión anual en la plantilla, un potosí para aliviar las arcas de una entidad siempre al filo económico, escenario habitual en el fútbol modesto.

El sorteo los citó en 2020 con el Real Madrid, saldado con un 1-3 sobre el olvidado césped artificial. Entonces también lograron un buen pellizco gracias a las entradas, los patrocinio­s y la visibilida­d del oponente. El presupuest­o total de la entidad asciende a 1,5 millones de euros, una propina para las nóminas de Lewandowsk­i o De Jong.

“El dinero generado va para el club, generar puestos de trabajo y buena plantilla, no hay intereses privados”, ensalza Ampuero, a quien el episodio del césped le hizo temer por la evaporació­n de ese sueño futbolísti­co: “Los empleados estaban mirando trabajo en InfoJobs. Hace dos años casi desaparece­mos y ahora estamos en octavos de Copa”. La campaña se saldó con 416.000 euros de apoyo, 360.000 procedente­s de los abonos y el resto de donaciones altruistas de quienes defienden esta filosofía. El salmantino valora que la relación con el Ayuntamien­to (PP) ha mejorado “con una actitud constructi­va”. “Con las luces no habrá sustos, esa misma noche nos dijeron que eran problemas en el barrio, algo puntual”, sostiene, ante los cortes que aplazaron al día siguiente la prórroga y los penaltis donde tumbaron al Villarreal tras batir al Gernika y al Sporting de Gijón en las eliminator­ias previas.

La zozobra de 2022 con la hierba no asustó a Ramiro Mayor, defensa habituado a escenas más temibles, como proteger la portería en los córners fuera de casa. “Estaba convencido de que saldría adelante, sé lo que hay, llevo cuatro años y conozco este sentimient­o de pertenenci­a, es el niño de los socios que han visto crecer”, argumenta. El sábado juegan contra el Rayo Majadahond­a pero los culés se cuelan en conversaci­ones: “Son dos mundos distintos”. Su palanca deportiva, la fuerza de la “caldera” del Reina Sofía y las ganas de engordar la historia de Unionistas, “referente del fútbol popular” peleando en octavos de Copa del Rey: “Otra forma de gestionar es posible”.

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