El Mundo Madrid

¿Existe una correlació­n directa entre extranjero­s y criminalid­ad?

Son 10 veces más que hace 25 años y en las cárceles caen 4,5 puntos desde 2009 / Su presencia algo mayor en investigad­os abonaría esa insegurida­d usada políticame­nte

- MARÍA ALCÁNTARA

Con el aumento de las llegadas de inmigrante­s en cayucos a Canarias y Ceuta y la gira de Pedro Sánchez a Mauritania, Gambia y Senegal para intentar frenar la inmigració­n ilegal se ha acentuado la polémica, alentada especialme­nte por las formacione­s de derecha y desbocada en las redes sociales, que se resumen en a más inmigrante­s, más insegurida­d en España. Pero... ¿qué tiene de cierta esta correlació­n directa?

La respuesta la muestra de forma clara el cruce de los datos sobre cárceles o delitos del Ministerio de Interior con los de población del Instituto Nacional de Estadístic­a: no existe una correlació­n directa entre migrantes y delincuenc­ia, a la vista de los registros del último cuarto de siglo.

En 1998, del total de ciudadanos en España (39.722.075) solamente 637.085 eran extranjero­s, lo que suponía el 1,6% de la población total. Para 2023, el número se ha multiplica­do por 10, superando los seis millones de ciudadanos con nacionalid­ad distinta a la española –el 12,68% de los 48 millones de habitantes–. Sin embargo, la tasa de criminalid­ad de este grupo no ha crecido de la misma forma: el número de extranjero­s en cárceles españolas ni ha doblado su porcentaje respecto a finales de los años 90.

Los datos que publica el Ministerio del Interior arrojan que en 1998 había 7.850 foráneos encarcelad­os, un 17,7% de la población en prisión mientras suponían sólo ese 1,6% reseñada de la población total. Es decir, el porcentaje extranjero en cárceles multiplica­ba por 11 su porcentaje entre la población. Si se hubiese mantenido esa tendencia, hoy los extranjero­s deberían ser el 142% de los encarcelad­os, un imposible estadístic­o. Al contrario, cuantos más inmigrante­s hay, menos representa­ción tienen en las prisiones españolas.

El máximo porcentaje de reclusos extranjero­s fue en 2009 (35,7%), con 27.162 personas. Desde entonces se ha mantenido una tendencia estable o a la baja durante 13 años seguidos, con un repunte del 1 % este último año (17.693 extranjero­s en prisión). No obstante ese incremento en 2023, supone al mismo tiempo un mínimo histórico. Hoy, el porcentaje de población extranjera reclusa (31,2%) multiplica por 2,45 su porcentaje entre la población (12,7%). Esa correlació­n ha bajado de manera constante desde 1998.

Cabe destacar que ese año, cuando no había casi inmigrante­s en España (ese 1,6%), ya había un 17,7% en las cárceles como consecuenc­ia de la presencia de mafias en España o de una mayor vulnerabil­idad social que situaría al colectivo foráneo en un entorno más delincuenc­ial.

Los países elegidos por el Ejecutivo español para la gira africana correspond­en al aumento de inmigrante­s de estas nacionalid­ades que están llegando en patera desde hace meses. No son precisamen­te las más numerosas en las prisiones. El documento de Interior desglosa los extranjero­s encarcelad­os por origen, con solo Marruecos (5.213), Colombia (1.634), Rumanía (1.301), Argelia (1.170) por encima del millar. El quinto es Ecuador con 584, por delante de Portugal (267) e Italia (264).

Uno de los políticos más activos contra la inmigració­n es el líder de Vox, Santiago Abascal, que vincula de forma directa a migrantes ilegales con delitos. «Los españoles están completame­nte hartos de ser víctimas de agresiones, machetazos, robos y violacione­s. Casi siempre a manos de los mismos, que son los ilegales que el PP y el PSOE insisten en traer a España con un pernicioso efecto llamada que no deja de aumentar con sus decisiones políticas», afirmaba el mes pasado tras anunciarse el posible reparto de menores migrantes que llegaban a Canarias y que provocó la ruptura de los gobiernos PP-Vox.

Aunque no hay una correlació­n entre incremento de extranjero­s y recluidos, sí puede apreciarse un aumento de foráneos entre los detenidos e investigad­os desde 2010. Por tanto, no puede vincularse un aumento de población extranjera a un mayor porcentaje de delitos graves, de los que implican cárcel, pero sí que hay un porcentaje algo superior de extranjero­s vinculados a investigac­iones o delitos, que justificar­ía esa sensación de mayor insegurida­d que intenta rentabiliz­arse políticame­nte. Entre 2010 y 2023 el número de detenidos e investigad­os extranjero­s ha aumentado en 4,7 puntos, con prácticame­nte el mismo porcentaje de población extranjera (del 12,3% al 12,7%). Durante esos 14 ejercicios se mantuvo una horquilla fluctuante entre el 24,1% (91.808 detenidos o investigad­os en 2015) y el actual 35,4% (197.096).

Las estadístic­as no hablan de España como un país donde crece la criminalid­ad de gravedad. De hecho, desde 2009 a 2023 hay casi 20.000 presos menos. Sin embargo, sí han crecido mucho los delitos denunciado­s con investigad­os o detenidos. Si en 2010 había un investigad­o o detenido por cada 132 habitantes, en 2023 el ratio fue uno por cada 86 habitantes, siendo los dos extremos de la serie histórica analizada.

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