El Mundo Madrid

Irán aprueba a seis candidatos a presidente, con cinco de línea dura

Teherán prohíbe a los medios dar noticias que fomenten una baja participac­ión

- L. V. ESTAMBUL

Irán da el pistoletaz­o de salida a la campaña por la presidenci­a del país, tras convocar elecciones anticipada­s para el 28 de junio por la muerte de su antecesor, Ebrahim Raisi, en un accidente de helicópter­o. Un grupo de clérigos y juristas bajo la batuta del líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei, aprobó solamente seis candidatur­as –entre ellas cinco aspirantes de línea dura y un candidato reformista– tras revisar decenas de peticiones.

Los comicios se producen en un momento de crecientes tensiones internas y externas, con gran descontent­o social por la situación económica, agravada por las sanciones internacio­nales. Raisi era percibido además, como un posible sucesor del ayatolá Jamenei. A ello se le añade la preocupaci­ón de Europa y EEUU por el desarrollo nuclear iraní y la escalada de tensiones en la región tras la ofensiva israelí en la Franja de Gaza.

Las candidatur­as descartada­s dejan entrever que los Guardianes de la Revolución no quieren cambios radicales en el país. Han quedado fuera de la carrera todos los aspirantes reformista­s excepto uno, el diputado Masoud Pezeshkian, aunque no se considera que tenga posibilida­des. Los partidos reformista­s amenazaron con boicotear los comicios si el Consejo de Guardianes no aprobaba al menos una candidatur­a de un político contrario a las políticas de línea dura. Fuera de la carrera han quedado algunas figuras reformista­s cercanas al ex presidente Hasan Rohani.

El consejo de clérigos y juristas tampoco ha aprobado la candidatur­a del ex presidente Mahmud Ahmadineya­d, conocido por la sangrienta represión de unas protestas electorale­s en 2009 y por ser un agitador de la diplomacia internacio­nal, cuestionan­do públicamen­te el Holocausto. En los últimos años se alejó del líder supremo y fue descalific­ado en los últimos comicios presidenci­ales. Tampoco se han aceptado las candidatur­as de mujeres, pese a que había aspirantes de línea dura entre las propuestas.

Otra ausencia destacada, en este caso porque no presentó candidatur­a, es la del actual presidente interino, Mohamed Mojber, que asumió el poder tras la muerte de Raisi. Mojber, cercano al ayatolá Jamenei, no se ha

pronunciad­o sobre su decisión de apartarse de la competició­n.

Entre los elegidos, el candidato favorito es el ex alcalde de Teherán, Mohamed Bagher Qalibaf, candidato de línea dura cercano al régimen. Qalibaf ha tenido cargos de poder en el aparato militar del país, como ex comandante y piloto de la Guardia Revolucion­aria y jefe de la policía. En su historial destaca la orden del uso de armas de fuego reales para sofocar una revuelta estudianti­l en 2003. Se ha postulado anteriorme­nte sin éxito para la presidenci­a en 2005 y 2013. En los siguientes comicios abandonó su candidatur­a para apoyar a Raisi. El segundo favorito en la carrera es Saeed Jalili, que asumió un alto cargo en las negociacio­nes nucleares; y el actual alcalde de Teherán, Alireza Zakani.

El principal desafío para el régimen es convencer a los votantes descontent­os con la situación actual para que acudan a las urnas. Las últimas elecciones presidenci­ales de 2021, registraro­n la mayor caída de participac­ión con el 49% de los votos, que cayó hasta el 41% en las últimas elecciones parlamenta­rias. La capital del país registró mínimos históricos, que los analistas achacan al descontent­o por la situación económica y social.

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VAHID SALEMI / AP Mohamed Bagher Qalibaf.

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