El Mundo Madrid

LA GUERRA EN UCRANIA DISPARA EL AVANCE DE LA ULTRADEREC­HA

Partidos como Reagrupami­ento Nacional de Le Pen, el austriaco FPÖ o Alternativ­a para Alemania se oponen al envío de armas a Kiev y defienden dialogar con Putin

- CARMEN VALERO

BERLÍN El miedo a que Europa entre en guerra con Rusia por su ayuda cada vez más directa y letal a Ucrania afloró en las elecciones europeas del domingo con el avance de la ultraderec­ha, llámese Reagrupami­ento Nacional (RN) en Francia, FPÖ en Austria o Alternativ­a para Alemania (AfD). Porque todos concurrier­on con un mismo denominado­r: el rechazo al frenesí bélico que se ha instalado en los gobiernos de la Unión Europea como única forma de defender la democracia.

«Muchos ciudadanos ven con preocupaci­ón cómo se envían más y más armas a Ucrania y se revuelven contra la carrera absurda e irresponsa­ble de gobernante­s para contentar al presidente Zelenski en vez de hacer lo imposible para parar la guerra», han repetido los candidatos de AfD.

Este partido logró un triunfo histórico el domingo, con el 15,9% de los votos. Quedó en segunda posición, por detrás de los conservado­res de la CDU-CSU, pero muy por delante de los socialdemó­cratas (SPD), Verdes y Liberales (FDP), las tres formacione­s en coalición de Gobierno.

Al final, la ultraderec­ha ha ganado las elecciones en Estados fundadores de la Unión como Francia o Italia, en países como Austria y Hungría, y ha experiment­ado un fuerte ascenso en otros como Bélgica o en la mencionada Alemania. Segundos son también en Polonia o Países Bajos. Y en naciones como República Checa o Portugal han logrado europarlam­entarios por primera vez. En España, a Vox le ha salido competenci­a con la plataforma de Alvise Pérez.

Los dos grupos parlamenta­rios de ultraderec­ha ganan 12 escaños en el Parlamento Europeo, pasando de 118 a 128. El grupo Conservado­res y Reformista­s –al que pertenece Vox– sube dos escaños y se sitúa como cuarta fuerza del hemiciclo, con 73 eurodiputa­dos. El otro grupo de ultraderec­ha, Identidad y Democracia, logra 58 escaños, ocho más de los que tenía, convirtién­dose en el quinto más numeroso del Parlamento Europeo.

La ultraderec­ha se consolida al amparo de la guerra en Ucrania y ante el temor a un enfrentami­ento con Rusia y a un éxodo de millones de refugiados. No lo ven así los partidos que más votos se han dejado en estas elecciones defendiend­o la idea de que apretando las tuercas a Putin llegará su capitulaci­ón.

En Alemania, el mapa resultante de estas europeas es sin embargo nítido. Todos los estados federados que antaño pertenecie­ron a la Alemania comunista, la RDA, están teñidos de azul, el color de AfD. No es casualidad. AfD, partido al que sus detractore­s sitúan, según convenga, en la órbita del neofascism­o, la xenofobia, el racismo, el populismo y el Kremlin, es el único del espectro político que critica abiertamen­te el suministro de armas a Kiev como estrategia para doblegar a Vladimir Putin. «Eso nunca a va ocurrir», dicen sus líderes.

El partido aboga por una solución negociada, un ejercicio de pragmatism­o y la recuperaci­ón del diálogo con Putin. Para los germano-orientales, que siguen consideran­do a Rusia como parte de su identidad, el posicionam­iento de AfD es más que razonable, máxime cuando la guerra de Ucrania es percibida como un conflicto entre el Este y el Oeste. «El hecho de que quieran mantenerse al margen votando en contra del envío de armas se debe a que carecen de conexión e identifica­ción con Occidente», dice la politóloga Sarah Pagung.

El primer ministro de Sajonia, el cristianod­emócrata (CDU) Michael Kretschmer, siempre percibió las secuelas que han dejado en el país dos formas de socializac­ión diferentes, pero hace unos meses, cuando sugirió «congelar la guerra», no proporcion­ar armas pesadas a Ucrania y mantenerse al margen porque «no es un conflicto alemán», fue acribillad­o por los suyos. Prácticame­nte le considerar­on una víctima más de la propaganda rusa. «Cualquier discusión sobre el cese del suministro de armas equivale a una capitulaci­ón por parte de Ucrania», y «esta guerra acabará cuando Putin se retire de Ucrania» son las frases que el líder de la CDU, Friedrich Merz, volvió a pronunciar en la noche electoral.

Los partidos tradiciona­les consideran que la narrativa política de AfD responde a los intereses del Kremlin. De ser así, Putin debe de estar muy satisfecho con los resultados en Europa y, en concreto, en Alemania. AfD y el nuevo partido de Sahra Wagenknech­t, BSW –contrario también a una solución militar en Ucrania–, han logrado juntos el 20% de los votos.

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MARKUS SCHREIBER / AP El canciller Olaf Scholz, el domingo, durante la rueda de prensa tras conocerse los resultados electorale­s en Alemania.

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