EL PP SUPERA TODAS LAS EXPECTATIVAS Y QUINTUPLICA
PP. Con 15 diputados y un 11% de los votos, ven reforzado el plan de Feijóo y creen que han dado un «salto» hacia ganar con claridad las europeas y hacia la Moncloa
JUANMA LAMET BARCELONA No es que haya alivio en el PP, después de una última semana de campaña tensa: es que hay una honda satisfacción. El PP es el partido que más sube en las elecciones catalanas, logra la cuarta plaza en el Parlament, se distancia claramente de Vox y supera sus mejores expectativas, con un 11% de los votos. A esto, en Génova le añaden otra derivada: el principal partido de la oposición ha logrado incrementar su caudal político para su gran objetivo de llegar a La Moncloa.
Alberto Núñez Feijóo necesitaba un buen resultado en estos comicios como catapulta hacia las europeas, que ha planteado como un plebiscito sobre Pedro Sánchez. Y como ariete nacional, en general. Y lo ha obtenido. La decisión de mantener a Alejandro Fernández –que no era su primera opción– como candidato ha surtido efecto. Su apuesta por endurecer el discurso a mitad de campaña, también.
Con más del 99% escrutado, el PP de Cataluña ha logrado más de 340.000 votos, triplicando el número de papeletas logradas hace tres años. Logra, de hecho, más de 230.000 apoyos adicionales. Ese resultado es objetivamente bueno y, sobre todo, muy superior a sus propias expectativas demoscópicas. Y todos contentos en el principal partido de la oposición.
Ademas, el PP entra en todas las provincias, ya que logra un representante en Girona y otro en Lleida. En Barcelona, el gran feudo constitucionalista, se hace con 11 diputados. En Tarragona obtiene dos. Esto le da a Alejandro Fernández un impulso de cara a la reconstrucción del PP de Cataluña. Él mismo dijo anoche que ésta es la «primera piedra» para volver a posiciones más altas en el futuro.
La satisfacción del PP trae causa de varias lecturas positivas. La primera es que sin una presencia mínima en Cataluña, Feijóo habría tenido serios problemas para escenificar los mimbres del cambio nacional que abandera. Sobre todo, cuando el PSC ha logrado un enorme refrendo a su estrategia catalana. Pero el hecho de que la candidatura de Fernández haya quintuplicado el número de escaños (de tres a 15) le da a Génova un balón de oxígeno moral, pero también un empujón contante y sonante. O, dicho en palabras del candidato, anoche, «un salto» para «el cambio» en La Moncloa.
¿Por qué? Por dos razones. Porque el PP se sitúa en niveles no vistos desde hace más de una década. Después del año 2012 (cuando Alicia Sánchez Camacho obtuvo 19 diputados unos meses después de la mayoría absoluta de Mariano Ra
joy), los populares no habían hecho sino caer y caer. Por primera vez, ahora remontan. Y bastante. «El PP de Cataluña ha vuelto», resumió anoche el candidato.
Esto es algo que valoran en Génova como un mérito de Feijóo: «Desde que llegó, el PP ha crecido en todas las elecciones. En todas», apuntan. «Un PP más grande en Cataluña es bueno a medio plazo para ellos [los populares catalanes] y a corto plazo para nosotros [Génova]», señalan en el entorno del presidente popular.
Además –y esto es ineludible después de cómo se enrareció la campaña en su recta final–, el equipo de Feijóo puede sacar pecho porque el PP ha logrado sorpassar a Vox con nitidez, después de una evolución demoscópica en la que cundieron los nervios
El análisis que hacen en Génova
es muy positivo: «El PP es el partido que más sube en escaños (12) y en porcentaje de voto. El PP, además de haber ganado las dos elecciones nacionales que ha habido en España desde abril de 2022 (municipales y generales), ha subido en las 18 elecciones autonómicas celebradas en España desde abril de 2022».
Otra de las conclusiones principales que arrojan las urnas es que los populares crecen por el centro: engullen los seis escaños de Cs y logran otros tantos adicionales, «probablemente del PSC», aunque habrá que ver los cruces de datos postelectorales para confirmarlo.
En todo caso, en el PP defienden que el PSC «crece a costa del independentismo porque apenas hay ya diferencias entre PSC y ERC». «Por eso quien antes votaba a un partido independentista, republicano y de izquierdas, ahora se siente representando por el partido de Pedro Sánchez en Cataluña», arguyen, y por eso «ERC pasa de presidir el Gobierno a ser un partido bisagra». «Es lo que pasa cuando tu única razón de ser es apoyar a Pedro Sánchez», juzgan.
Pero a donde miraban antes de que se iniciara el escrutinio los populares era a estribor. La particular liguilla de la derecha había estado muy marcada por las encuestas. El PP perdió claramente la cota del 10% que había alcanzado hace un mes mientras Vox se mantenía. Y eso hizo que Feijóo pisara el acelerador en temas clásicos de Vox como la inmigración y la lucha contra la okupación. Los barones no lo veían claro, pero dirigentes del PP de Cataluña recomendaron a Génova apretar con mensajes más vinculados con la seguridad que con la economía.
Los populares viraron bruscamente de estrategia. De centrarse en la gestión y en intentar ser «decisivos» con propuestas fiscales e inmobiliarias, pasaron a hablar de manera generalizada de la inmigración y la okupación. De hecho, Feijóo vinculó el martes el repunte de la okupación en Cataluña con los extranjeros en situación irregular. Vistos los resultados, le salió bien el giro.
Además, el Partido Popular, que no había realizado ninguna acción de microsegmentación en la primera mitad de la campaña, lanzó una campaña publicitaria de última hora en redes sociales para intentar apuntalar la cuarta plaza en las elecciones y evitar que Vox quedase por encima. El gran protagonista de esa campaña fue un dirigente popular que simboliza el discurso duro en su ciudad: Xavier García Albiol, alcalde de Badalona.
Pues bien: el «modelo Albiol» ha funcionado.
PP se debe principalmente a la absorción de los votos de Ciudadanos y Alejandro Fernández apenas ha bebido de los apoyos a Vox, que retiene su base de votantes.
Es más, uno de los primeros mensajes que lanzó Abascal tras conocer los resultados fue una advertencia al PP: ambas fuerzas suman 26 escaños, siete más que el techo histórico de 19 del PP. Unas palabras con las que quiso rechazar desde el primer minuto las «mentiras» en torno a cómo de efectivo hubiera sido concentrar el voto en una sola papeleta.
«Matar a Vox no va a ser tan fácil», advirtió Abascal tras recordar los números en el País Vasco y en Galicia, donde Vox mejoró sus resultados particulares y no se vio afectado por el PP. Sobre el sorpasso, felicitó a los populares por haber resuelto una de sus principales «obsesiones», adelantar a Vox.