“EN ESPAÑA PECAMOS DE TIMORATOS CON EL HUMOR”
Charlamos sobre el humor, la autocensura y la muerte con el actor, protagonista de la comedia ‘Muertos S. L.’, que ya tiene lista su segunda temporada
S“Cada día tomo conciencia de la muerte, pero no significa que me guste el hecho de que somos una máquina casual”
“No puedes reconocer en público que te hacen gracia chistes salvajes porque en las redes serías un monstruo”*
u rostro y su nombre están inequívocamente asociados a la comedia. Carlos Areces empezó su carrera como uno de los miembros originales de La hora Chanante y tiene un dúo musical en clave de humor, Ojete Calor, junto a Aníbal Gómez, con canciones como Cuidado con el cyborg (Corre, Sarah Connor) o Mocatriz. También le hemos visto en numerosas ficciones, como en la película Matusalén, recientemente estrenada en cines, o en La que se avecina y El pueblo, series firmadas por los hermanos Alberto y Laura Caballero, artífices también de Muertos S.L.
Esta ficción ambientada en la funeraria Torregrosa está actualmente en emisión en Movistar Plus+ y ya ha rodado su siguiente temporada incluso antes de terminar la primera. En ella, Areces da vida a un pobre hombre con ansias de poder.
P. ¿Cómo es su personaje en la serie?
R. Dámaso Carrillo es un tipo gris y con una cierta mediocridad, pero que tiene expectativas de llegar a algo más. No tiene pareja, vive con su madre y ha dedicado toda su vida en cuerpo y alma al trabajo, y eso hace que tenga una serie de carencias y de objetivos. Quiere hacerse con el liderazgo de la funeraria. Es un tipo aprovechado.
P. El tono de Muertos S.L. es más realista que el de
La que se avecina. ¿Tuvieron que avisarle para rebajar el tono?
R. No hizo falta. Ya los mismos guiones te meten en otra dinámica. Hicimos pruebas grabadas antes de empezar a rodar y eso ya sirvió para ver cómo lo queríamos hacer. De todas formas, yo continuamente estoy preguntando: ¿esto no ha quedado demasiado subido? ¿Lo hacemos otra vez? Me gusta saber que estoy entonado. Cuando vi las primeras imágenes me recordó, en cuanto a imagen y movimientos de cámara, a The Office. Tiene ese punto de que, por momentos, parece que estás viendo imágenes de la vida real. Me gusta trabajar así porque, para lo que yo estoy acostumbrado a hacer, me resulta muy novedoso y fresco.
P. Hábleme del tipo de humor de la serie.
R. Al estar centrado en una funeraria, la serie cobra un humor negro que a lo mejor no tenía El pueblo, que para mí era una serie mucho más blanca. Pero el mismo tipo de chistes, solo por el sector profesional que retrata, ya se convierten en un humor negro. Me parece que en España pecamos a veces de timoratos, de no querer molestar y de hacer un tipo de comedia que siempre va en una misma línea.
Muertos S.L. es una sitcom (ocho episodios de 30 minutos de duración cada uno) creada por Alberto Caballero, Daniel Deorador, Julián Sastre, Nando Abad y Araceli Álvarez de Sotomayor y dirigida por Laura Caballero. Cuando fallece Gonzalo Torregrosa, propietario y fundador de la Funeraria Torregrosa, Dámaso Carrillo, su mano derecha en la empresa, no duda en que lo mejor para la continuidad del negocio es que él asuma el mando. Pero, contra todo pronóstico Nieves (Ascen López), la septuagenaria viuda, decide ponerse al frente de la empresa familiar, ayudada por su inútil y entusiasta yerno, Chemi (Diego Martín), experto en marketing, y en contra de los planes de sus hijas de cerrar y montar un gimnasio. Mientras Dámaso conspira y manipula a sus compañeros contra la nueva dirección, la empresa se enfrentará a la competencia, la funeraria Transitus, a su plan para expandir su negocio y a un caso a lo Me Too que amenazarán de lleno el legado de Gonzalo Torregrosa.
P. Pero aquí siempre hemos hecho humor negro, ¿no?
R. Pero no en ficciones, ¿no te parece?
P. No, más en la comedia de uno a uno.
R. Claro, en privado, por supuesto. Ahora mismo las dimensiones pública y privada están muy separadas. Tú no puedes reconocer en público determinados chistes que te hacen gracia chistes en lo privado. Chistes salvajes que te retratarían a ojos de todos en las redes sociales como un monstruo que merece ser cancelado, pero la realidad es que nos hacen gracias esos chistes. ¿Por qué? Pues porque uno de los mecanismos que funcionan para hacerte reír es la sorpresa. Y decir una burrada, que tanto tú como yo sabemos que es una burrada por consenso social, es una sorpresa. Y es gracioso.
P. ¿Hasta qué punto de burrada llega Muertos S.L.?
R. Hasta siete y medio (ríe). Tampoco te voy a decir que sea la serie más destroyer de la historia, porque no lo es. No sé si en España hay público para algo nivel Padre de familia o South Park, que son las dos series más burras que se me ocurren, curiosamente las dos de animación. A veces me sorprendo de los fariseos que somos porque Padre de familia es una serie que aquí se emite en horario infantil. Es sorprendente que no haya colectivos de gente quejándose de lo inadecuado de sus guiones y, sin embargo, por chistes infinitamente más blancos que se han hecho en ficciones españolas hay gente quejándose y poniendo la salvaguarda de los niños.
P. ¿Por qué cree que pasa eso?
R. Para mí, la diferencia entre una y otra está clara. A Padre de familia nunca vas a poder llegar con tus mensajes y no vas a poder colgarte la medalla de haber conseguido que pidan perdón por un chiste. Por distancia y porque no eres nadie. Sin embargo, aquí sabes que una queja sonora, aunque no sea muy multitudinaria, puede tener su repercusión, y me imagino que eso te engorda el ego.
P. ¿Le ha dado más por pensar en la muerte al estar en una serie así, grabando en una sala de tanatopraxia, rodeado de ataúdes.?
R. El tema de la muerte estaba ya muy presente en mi día a día desde hace tiempo. Es una cosa en la que pienso cada día. En la finitud, en lo azaroso de que estemos aquí, en lo efímero. Cada día tomo conciencia, y eso no significa que lo lleve bien ni que me guste el hecho de que seamos una máquina casual, un vehículo de genes cuya única pretensión es legar parte de nuestros genes a una futura generación y eso va buscando un camino. No tengo ningún tipo de creencia religiosa a la que agarrarme. Pero no te creas que estar en la serie me ha hecho reflexionar especialmente en el tema, porque ya lo traía pensado de casa.
P. ¿Ayuda a relativizar reírse de ello?
R. Es que si no lo relativizas... Es imposible vivir cada día pensando en la proximidad de la muerte. Tu cerebro te protege de estar agobiado. Yo estoy agobiado, ¿vale? Pero te protege lo suficiente como para poder llevar el día a día, al igual que te hace creer que tienes menos posibilidades de contraer cáncer que otra persona y con eso vas tirando. Pero, ya te digo, lo traigo muy trabajado de casa pero eso no significa ni que me guste ni que lo lleve bien.