El Mundo Madrid

«AGENDA CIUDADANA» PARA EL REARME

PSOE. Los resultados en el País Vasco instalan el optimismo. Sánchez traslada a los suyos que ésa es la «receta» y que «no todo está decidido»

- RAÚL PIÑA MADRID

vascas es, en mi opinión, el ideal para Sánchez. Gana el PNV, así que se quita un problema. El PSE mejora el resultado de las encuestas y es quien apuntala el Gobierno. Bildu, contento. Su socia Yolanda Díaz al menos saca uno, mientras Podemos, nada. Y Vox se mantiene... ¿Qué más podía pedir Sánchez en estas elecciones?».

Un tercer barón incide en que el PP vasco ha desaprovec­hado «totalmente» la oportunida­d de sacar a Vox, y añade que el análisis definitivo habrá que hacerlo tras las catalanas y europeas. Es decir, apunta que su partido tiene tiempo de reaccionar. Otros desdramati­zan y añaden que «internamen­te, para Feijóo este resultado es inocuo. No afecta ni para bien, ni para mal».

En el equipo de Feijóo creen que pueden jugar más fácilmente a dos bandas en Cataluña: «Combinarem­os el combate sin cuartel al independen­tismo con acrecentar la sensación de que la gestión pública es un desastre». «Vamos a aglutinar el voto constituci­onalista. Eso es acumular el voto de Ciudadanos, coger lo que podamos de Vox y plantar cara al PSC», agregan.

Precisamen­te, el presidente del PP de Cataluña, Alejandro Fernández, respondió ayer en Twitter a las críticas de Cs y Vox con un mensaje inequívoco de lucha contra Junts, ERC y PSC: «Tengo clarísimo quienes son mis rivales en estas elecciones: los separatist­as y quienes les sostienen. Punto. Y no pienso dedicar ni medio segundo a otra cosa que no sea ofrecer una alternativ­a a su decadente proceso». ¿Génova está en esa misma sintonía? «Por supuesto».

El portavoz del PP, Borja Sémper, apuntó ayer que su formación seguirá la misma senda en las próximas elecciones autonómica­s: «En Cataluña ofrecemos lo mismo: un modelo de buen gobierno, de gestión de los problemas de los catalanes, como el agua o la seguridad», entre otros, dijo en la rueda de prensa posterior al Comité de Dirección del partido.

Pero añadió un matiz relevante: «Y, adicionalm­ente, vamos a hablar de un modelo alternativ­o que limpie la toxicidad y división entre catalanes». Esto último apuntaba ya hacia un mayor acelerón ideológico en las catalanas, en la línea de lo que reclamaron los barones en la mañana del lunes. Por eso el portavoz del PP prometió que su partido ofrecerá «una alternativ­a moral al independen­tismo» en las tres próximas semanas.

«El nacionalis­mo es negativo. No aspiramos a ser muleta del nacionalis­mo como el PSOE. Haremos política en profundida­d» en la campaña hacia las urnas del 12 de mayo, añadió. «Tenemos ambición para seguir creciendo porque consideram­os que lo que defendemos es igual de necesario para el conjunto de España que en el País Vasco y Cataluña», subrayó, tras reiterar una vez más que «el PP no ha dejado de subir en ninguna elección desde que llegó Feijóo».

El barco socialista emprendía la travesía por el mar electoral de esta primavera con el casco dañado por cañonazos provenient­es de la debacle de los comicios gallegos, el caso Koldo, la Ley de Amnistía... Vías de agua que amenazaban el viaje. Pero la primera parada, el País Vasco, ha servido al PSOE y al Gobierno para taponar agujeros y cargarse de optimismo para mantenerse a flote. Más allá del resultado numérico obtenido en el País Vasco –12 escaños (+2) y 149.660 votos (+27.400)–, los socialista­s creen que el botín puede tener impacto «de cara al futuro». Una corriente favorable de cara a las catalanas y las europeas.

Para surcar este mar electoral, el planteamie­nto que Pedro Sánchez trasladó ayer a su cúpula fue la de poner el énfasis en la «agenda ciudadana», esto es, medidas y propuestas sociales y económicas que respalden la acción del Gobierno, porque

creen, ha sido una de las claves del éxito de Eneko Andueza, su candidato en el País Vasco. Aislarse del ruido de la política nacional, de la confrontac­ión, y ofrecer un «menú completo» que incluía «estabilida­d, políticas sociales, empleo, transporte, experienci­a de gestión, convivenci­a, justicia, igualdad, solidarida­d, cooperació­n...». Una estrategia para tratar de tener la iniciativa y huir de los debates en los que el PP busca cercar a Sánchez –incluido el del desempeño de su mujer– o con los que plantean confrontar los nacionalis­tas, llevando el debate al terreno de la autodeterm­inación.

El presidente del Gobierno y secretario general socialista planteó a su cúpula, durante la reunión de ayer en la que analizaron las elecciones, que el País Vasco es el ejemplo de la «receta» que considera óptima y que debe ser la guía para su partido: «liderazgos bien trabajados», en alusión a Andueza, que no vaciló en marcar perfil propio y criticar con dureza a Bildu, desmarcánd­ose de la posición del Gobierno hasta arrastrarl­es a la suya, y «agenda ciudadana». «Estamos convencido­s de que ésa es la receta, la que nos llevará a unos magníficos resultados también en Cataluña», expuso Esther Peña, portavoz del PSOE, tras la Ejecutiva.

La subida de moral en las filas socialista­s, tras amarguras electorale­s, se basa en su convicción de que ese planteamie­nto tendrá continuida­d en Cataluña, con la figura de Salvador Illa, y en las europeas, donde anticipan una «lista ganadora» que en el partido creen que encabezará la vicepresid­enta Teresa Ribera.

«Los resultados en el País Vasco y el pinchazo del PP nos permite decirle

a nuestra gente que no está todo hecho», fue una de las ideas que Sánchez trasladó durante la reunión. «La perspectiv­a en Cataluña y en las europeas es que podemos lograr buenos resultados». En el PSOE lo secundan: «Los resultados del País Vasco van a ayudar a un buen resultado en Cataluña», que es donde el Gobierno se la juega.

Los datos económicos, la apuesta por la vivienda, las medidas sociales impulsadas meses atrás, como la revaloriza­ción de las pensiones al IPC, la subida del salario mínimo o la apuesta por la «convivenci­a» y el «reencuentr­o», como repite Sánchez, son las patas con las que el PSOE quiere intentar sortear los marcos y la dialéctica de sus oponentes.

En el cuartel general de los socialista­s se ha instalado una sensación de optimismo. Ayer, al filo de las 10.30 horas, Pedro Sánchez ocupó su asiento presidiend­o la Ejecutiva. Tras besarse con la presidenta del partido, Cristina Narbona, se sentó para repasar las notas que estaban en su mesa. Un aplauso de su cúpula lo sorprendió e hizo levantar la vista para sumarse al mismo.

Mientras en su barco hay optimismo, por el catalejo político no perciben lo mismo en Sumar. En el PSOE hay preocupaci­ón por la deriva de su socio. Tuercen el gesto. Los magenta sí lograron entrar en el Parlamento vasco, con un escaño, pero ni siquiera es la candidata a lehendakar­i, será Jon Hernández Hidalgo, que iba por Álava y pertenece al PCE, pero a juicio de los socialista­s es un resultado decepciona­nte. «Seguimos esperando a Yolanda», dicen los socialista­s, que piden que haga una «reflexión» sobre el bagaje de Sumar.

 ?? DIEGO RAMADÉS / EUROPA PRESS ?? Pedro Sánchez preside, ayer, la reunión de la Ejecutiva del PSOE, escoltado por Cristina Narbona y María Jesús Montero.
DIEGO RAMADÉS / EUROPA PRESS Pedro Sánchez preside, ayer, la reunión de la Ejecutiva del PSOE, escoltado por Cristina Narbona y María Jesús Montero.

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