Aragonès renuncia al agua en barcos desde Valencia
El Govern descarta ahora la medida acordada con Ribera
Cataluña no importará agua desde Valencia para hacer frente a la sequía. El plan previsto para su transporte en barcos desde la desalinizadora de Sagunto hasta Barcelona no se llevará a cabo, según explicó ayer el consejero de Acción Climática, David Mascort. En su lugar, el Govern apuesta ahora por la instalación de desalinizadoras flotantes y móviles.
En el tramo final del mandato, y a menos de un mes para las elecciones autonómicas, el Ejecutivo presidido por Pere Aragonès anunció que no aplicará nuevas restricciones para afrontar la crisis hídrica y que renuncia a la estrategia pactada en febrero con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Tras reunirse con el presidente valenciano, Carlos Mazón, quien se mostró a favor de la «solidaridad» entre regiones, la ministra y vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, escenificó hace dos meses el acuerdo con el Gobierno catalán para tener prevista esa solución de emergencia, a partir de junio, si las lluvias no mitigan los actuales registros de escasez de agua en la región.
Fue el propio Ejecutivo catalán el que, a finales del año pasado, ya apuntó la posibilidad de tener que recurrir a buques cisterna ante el actual episodio de sequía, que acumula más de tres años de precipitaciones por debajo de la media. Sin concretar cuál sería el origen, la Generalitat también especuló entonces con otras zonas, como Palma de Mallorca o Murcia.
Mascort aseguró ayer que la solución ahora elegida es «más económica y sostenible ambientalmente». El Govern instalará una desalinizadora flotante en el puerto de Barcelona y 12 desalinizadoras móviles en el norte de la Costa Brava (Gerona) para «dar servicio» a los turísticos municipios de la zona, en los que «está en riesgo el agua de boca para los vecinos».
La infraestructura de gran formato proyectada para ubicarse en la capital catalana tiene capacidad para generar 40.000 metros cúbicos de agua diarios [equivalente a 14 hectómetros cúbicos anuales, el 6% de la actual demanda del área metropolitana de Barcelona] y empezaría a operar en octubre, mes en que la zona más poblada de Cataluña podría entrar en la fase 2 de emergencia (de las tres que existen) del Plan especial de sequía autonómico si la cantidad de precipitaciones sigue en bajos registros como los actuales.
El coste del metro cúbico de agua sería de alrededor de seis euros, poco más de la mitad que los diez euros que costaría el del transporte en
barco. Por su parte, la docena de desalinizadoras de pequeño formato producirán unos 1.000 metros cúbicos de agua al día y entrarán antes en funcionamiento. El coste, en este caso, es de 10 millones.
El plan pactado en febrero con el Gobierno calculaba que, desde la desalinizadora
valenciana de titularidad estatal (la empresa pública Acuamed), podrían salir dos barcos diarios con 20.000 metros cúbicos de agua cada uno. Para ello, eso sí, era necesario construir una nueva conducción en la infraestructura, ya que, por ahora, solo permite proporcionar 7.200 metros cúbicos.
El coste del tratamiento del agua en Sagunto lo asumía el Gobierno, mientras que el transporte y la recogida iban a correr a cargo de la Generalitat. «Nadie viene a salvar a nadie, trabajamos juntos en muchos asuntos desde hace tiempo», defendió entonces el consejero catalán.
Mascort justificó ayer que, con las 13 desalinizadoras, «la cantidad de agua que se consiga será muy superior». Estas infraestructuras tendrán un carácter provisional mientras no estén construidas dos nuevas desalinizadoras (Tordera II y Foix) que serán financiadas por el Gobierno, en modalidad de crédito, con fondos europeos Next Generation. El valor conjunto es de 467 millones de euros (287 la primera y 180 la segunda) y estarán operativas en 2028 y 2029. La licitación quedará en manos de Acuamed y la titularidad será de la Generalitat. En ambos proyectos se aplicará el principio de recuperación de costes, por lo que acabarán repercutiendo en la factura al consumidor.