La subida récord de impuestos asfixia a las clases medias
LA PRESIÓN fiscal en España está asfixiando a una clase media que ya venía castigada por el peor repunte de la inflación en décadas. Frente al relato del Gobierno, autoerigido en su protector contra unos «ricos» a los que el discurso oficial demoniza habitualmente, la realidad es que está cargando sobre esas rentas –de 21.000 a 60.000 euros– la mayor subida de la presión tributaria de la UE. La clase media se convierte así en la gran pagadora de los planes del Ejecutivo para aumentar la recaudación un 12% en 2024. Como ejemplo y en el arranque de la campaña del IRPF, ocho millones de contribuyentes en esa horquilla de salarios abonarán la mitad de la recaudación total de este impuesto, es decir: 50.000 millones.
A partir de 2025, la parte superior de esa franja de contribuyentes sufrirá, además, otra penalización con el llamado «recargo de solidaridad» en el marco de la reforma de las pensiones, una cotización adicional que se aplicará en los tramos de salarios que excedan la base máxima e irá aumentando a medida que crece el salario.
El argumento del Gobierno es que quienes tienen mayores recursos deben contribuir en mayor medida al sostenimiento del Estado de bienestar, una justificación que está en la base de su desmesurado afán recaudatorio, que ha puesto en marcha 69 alzas fiscales desde 2019. Sin embargo, el mecanismo de solidaridad será asumido también por trabajadores cuyos salarios se sitúan en 54.000 euros, que no representan un nivel de riqueza boyante sino más bien una renta normal que para una familia puede resultar incluso ajustada teniendo en cuenta la merma de poder adquisitivo por la subida de precios.
El aumento de la presión fiscal tiene un impacto negativo en la competitividad de la economía española (en el puesto 31 de 38 países analizados por el IEE) y va en contra de la tendencia europea de alivio a las cargas tributarias para impulsar la recuperación y propulsar a las empresas tras dos crisis, la pandemia y la guerra de Ucrania, que han encarecido enormemente los costes de producción. Fedea, uno de los principales laboratorios económicos de ideas en España, advirtió, de hecho, esta semana de que la UE debe rechazar la reforma de las pensiones aunque eso retrase la nueva entrega
El Gobierno de Pedro Sánchez carga sobre esas rentas el mayor alza de la presión fiscal de toda la Unión Europea
de los fondos comprometidos.
El excedente recaudado por el Gobierno de PSOE y Sumar con esta batería récord de impuestos tampoco se ha destinado a equilibrar las cuentas públicas, sino a financiar a las clases pasivas, con un aumento del gasto y los subsidios electoralista e insostenible. Una estrategia que hipoteca el futuro de los jóvenes, obligados a pagar la factura de un sistema inviable cuyo alto coste frena la urgente inversión en políticas de empleo y vivienda.