Una falta estructural de medios incluso en los mejores tiempos
Agentes del OCON-Sur compraban drones, cámaras y balizas para poder trabajar
Los agentes de la unidad de élite para frenar a los clanes del Estrecho que desarticuló el Ministerio del Interior en 2022 trabajó durante los cuatro años que estuvo activa gracias al autoabastecimiento de medios. Según asegura uno de los guardias civiles que integraron el grupo, tuvieron que echar mano de su bolsillo y fue de esta manera tan poco ortodoxa como consiguieron batir todos los récords en incautaciones de alijos y mantener a raya al narcotráfico en el Campo de Gibraltar.
«Nosotros nos comprábamos casi todo. Drones, todavía lo tengo en casa; cámaras de fotos, baterías externas para móviles, balizas, dispositivos GPS, camaras de vídeos o minicámaras de vigilancia», rememora uno de los agentes que integró el Organismo de Coordinación del Narcotráfico (OCON) Sur. El guardia civil insiste en que ellos mismos se procuraban «todo tipo» de herramientas para el día a día. No puede olvidar el día que recibieron cámaras fotográficas «rotas».
«Si queríamos hacer bien nuestro trabajo, como así fue, teníamos que tirar de nuestros propios recursos porque al grupo no llegaba prácticamente nada». Los 130 agentes en comisión de servicio disponible las 24 horas y los siete días de la semana obtuvieron el reconocimiento de la Fiscalía Anticorrupción de Cádiz y también de numerosos jueces mientras los clanes de la droga que operaban en la zona estaban acorralados y sin la libertad de movimientos de antaño.
El OCON-Sur estaba dirigido con «mano de hierro» por el entonces teniente coronel David Oliva. En el año 2019, precisan fuentes del cuerpo de élite, al grupo llegaron los ecos de que su trabajo había causado tensiones internas en altas escalas. Cuenta otro de los agentes consultados por este periódico que varios confidentes se dirigieron a ellos para informarles de que guardias civiles de Madrid se desplazaban al Campo de Gibraltar para interrogarles.
«Nos contaron que de vez en cuando un equipo se desplazaba hasta aquí y les interrogaban a ellos y a personas que nosotros habíamos detenido. Les preguntaban sobre él (el teniente coronel) y sobre nosotros, los miembros del equipo», relata. Esta información, asegura, les mantuvo alerta pero siguieron trabajando con normalidad. Tres años después, contra todo pronóstico, quedó desmantelado el OCON-Sur.
Asuntos Internos había entrado en acción meses antes cuando David Oliva preguntó a un teniente si le estaban investigando por la denuncia de unos traficantes y, segun
consta en la denuncia, pudo ofrecerle un puesto si se lo aclaraba. El Servicio de Asuntos Internos elevó un informe. Los mandos, precisan fuentes conocedoras de cómo se desmanteló OCON-Sur, se dirigieron entonces a Fernando Grande-Marlaska para prevenirle de que el equipo podría quedar señalado por las conclusiones del informe sobre el jefe.
El ministro del Interior, indican,
decidió desmembrar al equipo. «Se fió de lo que le decían y seguramente quiso evitar un escándalo. Debería haberse informado, haber venido al Campo de Gibraltar y hablar directamente con el grupo para saber qué sucedía», indica el agente. Sin embargo, Grande-Marlaska apartó al grupo que había sido bandera de la recuperación del principio de autoridad en el Campo de Gibraltar.
La Audiencia Nacional abrió causa contra Oliva y poco después se inhibió a un juzgado ordinario. «El jefe (Oliva) no tenía horario. Hemos llegado a trabajar 15 horas diarias. Lógicamente se le ha podido ver con un narco porque eran ellos los que lo buscaban para darle información. Cualquiera sabe que eso se da en todos los grupos especiales», precisan estas fuentes.