Nuevo vecino en Colón por un millón al mes
El bufete Garrigues se instalará por 12 años en el «inmueble más moderno de Madrid»
MADRID
Antes del verano, las Torres de Colón estarán «actualizadas». Ese fue el objetivo prioritario por el que Mutua Madrileña, propietaria del inmueble, inició las obras de rehabilitación justo antes de la pandemia del Covid. Y a partir del verano, en el segundo semestre del año, aterrizará su nuevo inquilino: el prestigioso bufete de abogados Garrigues. Más de 700 personas recorrerán sus pasillos. Su «escaparate inigualable» facilitó que la emblemática edificación, con medio siglo de vida y tres remodelaciones a sus espaldas (la última en 1992), vaya a tener otra vida extra. No hizo falta siquiera promocionarlo. «Es el edificio de oficinas más moderno de Madrid», subrayan a este diario quienes han seguido de cerca la evolución del proyecto, diseñado por el estudio luis vidal + arquitectos y ejecutado por la empresa Dragados.
Aunque han sido muchas empresas las que han fantaseado con habitar alguna de sus 30 plantas (cuentan que entre 15 y 20 compañias), que el despacho de abogados sea inquilino único resultó decisivo. También el contrato de alquiler durante los próximos 12 años, es decir, hasta 2036. «Fue una negociación rápida», deslizan como único detalle. No han trascendido cifras en torno al alquiler, pero sí circula una estimación de que, en ese punto concreto de la capital, el precio por arrendar el metro cuadrado de oficina podría ascender hasta los 50 euros. Por lo que, teniendo en cuenta que hablamos de una superficie total de 20.298 metros cuadrados, el importe estaría en torno al millón de euros mensuales.
El diseño externo de las torres ya está completado, pero en las próximas semanas quedarán rematados los detalles interiores. Y es que será el propio despacho Garrigues quien diseñe y decida cómo serán los pasillos y oficinas, aunque esa inversión, lógicamente, correrá a cargo de Mutua Madrileña. Cuando el nuevo inquilino desembarque en Colón, ya en el segundo semestre del año, todo tiene que encontrarse según lo han solicitado, como parte indispensable del contrato que han firmado.
Es el último peldaño de unas obras que arrancaron en 2020 para renovar ese rascacielos conocido popularmente como el enchufe, obra del arquitecto Antonio Lamela. Se preveía una inversión de 65 millones de euros, pero el gasto ha crecido por circunstancias externas. Por ejemplo, en el mismo arranque de la intervención, la crisis de materiales y su encarecimiento por el bloqueo del Canal de Suez o el conflicto en Ucrania. Aunque preveían que estuviera listo para 2022, no será hasta antes de este verano, dos años después, cuando se den por concluidas.
Uno de los elementos más exclusivos han sido los vidrios curvos (instalados uno a uno) del cuerpo bajo y parte superior de las Torres, fabricados en España. Se buscaba subrayar la verticalidad, separando la parte nueva de la ya existente. Por eso, entre otras cosas, este edificio de 117 metros de altura, propiedad de Mutua Madrileña desde 1995, en uno de los nuevos iconos de la ciudad, no sólo por su estética... Y es que sólo utilizará energía eléctrica de origen renovable, además de consumir un 60% menos de energía que un edificio convencional, lo que, según aseguraban ayer en la nota oficial, le permitirá generar prácticamente cero emisiones de CO2, frente a las alrededor de 1.000 toneladas anuales de CO2 que puede emitir un edificio convencional de similares características. Añaden que casi el 10% de
la energía que consuma será generada en el propio edificio. De ahí que el inmueble cuente con certificación Well (mejores prácticas de diseño y construcción), Leed (estándares internacionales de eficiencia y sostenibilidad) y siglas ECCN por esa eficiencia energética.
Aparte de su céntrica ubicación, el despacho de abogados fue seducido por dos terrazas de casi 2.500 metros cuadrados, en las plantas 3 y 25, que pueden ser usadas para reuniones, formación o espacios de descanso. «La calidad ambiental y los espacios abiertos son muy demandados
por los profesionales, lo que permitirá al despacho atraer y retener el mejor talento», sugieren a este diario. El edificio cuenta con un auditorio con capacidad para unas 150 personas y que tendrá salida a un patio ajardinado.
El cliente también podrá disponer de zonas exclusivas e independientes para uso particular, parte imprescindible en esa confidencialidad vital para empresas como Garrigues.
Existe, además, una zona de parking con 120 plazas, un número notable cuando se construyó el edificio, y que ahora, con esa búsqueda de fomentar
el transporte público, resultarán más que suficientes. Porque, además, serán rotatorias, como si fuera un aparcamiento público. Previamente, a través de una aplicación, se podrá saber si hay sitio disponible o no.
«En cierto modo, la idea es que no te quieras ir de la oficina», es la última puntada que añaden sobre esas nuevas Torres de Colón que se preparan para acoger al nuevo inquilino. Lo harán tras cuatro años de intensas obras y un rediseño que salpica a todo ese entorno del centro de Madrid, donde algunos miraban con recelo aquel enchufe que hoy ya es pasado.