El ex empleado de UGT-A ratifica los «chanchullos»
Macías declara que el sindicato creó un «fondo de reptiles»
Roberto Macías, el ex administrativo de la federación andaluza de UGT que destapó el fraude, confirmó ayer en el juicio que se está celebrando en la Audiencia de Sevilla contra la antigua cúpula sindical por un presunto fraude de 40,7 millones los «chanchullos» cometidos por el sindicato con las subvenciones millonarias que le concedía la Junta de Andalucía.
Durante un extenso interrogatorio, Macías explicó cómo los antiguos responsables de UGT-A crearon una especie de «fondo de reptiles» para financiarse de forma irregular a través de las subvenciones para cursos de formación.
Macías es un testigo clave de la presunta trama. Trabajó como administrativo en la sede en Sevilla de UGT-A desde diciembre de 2008 hasta que fue despedido en noviembre de 2012. Estaba adscrito a la Central de Compras, donde se coordinaban y centralizaban los pedidos, compras, facturación y gestión del gasto del sindicato. Es decir, la cocina del supuesto fraude. Su vinculación con UGT-A es anterior, ya que en 2006 fue contratado por la empresa del sindicato Soralpe. El periodo temporal que abarca el presunto fraude que se está analizando en el juicio abarca desde 2009 a 2013.
Este testigo detalló cómo se implantó un sistema informático para la contabilidad del sindicato que diera cobertura a las prácticas irregulares. Ese programa, el Spyro, incluyó los famosos botes de UGT-A que iban engordando cada vez que se hacía una factura presuntamente falsa. Según Macías, el nombre de «bote» lo acuñó un trabajador de la empresa informática que les estaba instalando esa aplicación. «Esto es como el bote del bar», dijo.
Para manejar ese programa había un manual de instrucciones llamado «gestión de botes» que utilizaban los empleados del sindicato, según precisó Macías. Este documento fue hallado en los registros practicados por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre la presunta trama de UGTA y sus proveedores de confianza.
El programa informático también recogía los rápeles o descuentos que los proveedores le hacían al sindicato y que, según el relato de la Fiscalía Anticorrupción, no se comunicaban a la Junta.
El ex administrativo de UGT-A declaró ayer como testigo en el juicio contra cinco ex dirigentes del sindicato y su empresa instrumental Soralpe y diez proveedores. Entre los acusados están el ex secretario general de UGT-A Francisco Fernández Sevilla; Federico Fresneda, tesorero del sindicato durante 15 años; y María Charpín, ex secretaria de gestión económica.
Ante la contundencia del testimonio de Macías contra la antigua cúpula de UGT-A, los abogados de la defensa trataron de minar su credibilidad y de hacer ver que mantenía alguna enemistad con el sindicato. Sin embargo, el testigo negó que hubiera la más mínima animadversión. Uno de los momentos más tensos del día fue cuando le tocó el turno al letrado de UGT-A José María Calero. «Le habla el abogado de la organización criminal», bromeó Calero, después de que se recordaran las palabras de Macías en el juicio al que fue sometido por revelación de secretos, tras filtrar a la prensa algunos documentos de la contabilidad de UGT-A.
«¿Qué trabajador en su sano juicio se va a enfrentar a una organización mafiosa que está cometiendo este latrocinio de fondos públicos?», dijo Macías en aquel juicio. Tras este juicio, fue condenado a dos años de cárcel que posteriormente la Audiencia redujo a un año por revelación de secretos.
Los defensores tratan de minar la credibilidad del testigo clave
El sindicato se financiaba con las subvenciones, según Macías