D.O. JÁCOME: «LA LLAVE», «EL CIELO», «DIABLO» Y «COCHECITO»
La formación del rupturista alcalde de Orense busca su primer diputado regional a través de su «alter ego» y lo ofrece a todos, del PP al BNG-PSOE
es la cenicienta de España y Ourense es la cenicienta de Galicia. Es la cenicienta de la cenicienta». El lamento lo lanza Gonzalo Pérez Jácome, el mediático alcalde que, entre populismos y excentricidades, ha llevado el nombre de su ciudad a medios de todo el mundo y ahora aspira a ser llave para el futuro gobierno gallego. No es él quien se presenta, pues la ley electoral impide a los regidores concurrir en autonómicas, pero su cara sale en todos los carteles electorales y no duda en tirar de galones para pedir que todos los que llevan dos elecciones municipales dándole el apoyo para gobernar cojan el 18-F la papeleta de Democracia Ourensana y voten por su «binomio» o «alter ego», Armando Ojea, fundador del partido, «uno de los principales ideólogos» y actual teniente de alcalde.
Nos reciben juntos, dan muestra de gran complicidad y, en cuestiones de campaña, Jácome cede la palabra a Ojea, pero, detrás de cada frase y de cada idea, aparece su sello. El propio candidato, en esta cita con EL MUNDO, le parafrasea varias veces. «Es bien sabida la frase que dice siempre el presidente del partido, Gonzalo Jácome, que pactaremos con el diablo si trae el cielo para Ourense». Y esa es la filosofía con la que se presentaron en todas las citas electorales desde su fundación en el año 2001 hasta ahora, tancas to municipales como autonómicas: reclamar lo mejor para Orense y, por el camino, pactar y hablar con quién sea necesario para lograrlo.
De cara a estas autonómicas, reparten merchandising con el lema «DO, llave en la Xunta». Las encuestas hasta el momento le dan un máximo de un diputado, pero ellos aspiran a «dos o tres» y a tener en su mano la decisión de darle el Gobierno autonómico al bloque de izquierdas o al PP por
la derecha. En 2020, tras haberse presentado ya a las autonómicas en 2005, 2009, 2012 y 2016 sin éxito, llegaron a un acuerdo con el PP para no concurrir y Jácome dijo públicamente que votaría a Alberto Núñez Feijóo, pero ahora sí encaran su quinto asalto a la Xunta y están dispuestos a darle la batalla al PP de Alfonso Rueda en la provincia que históricamente ha dado más apoyo a los populares.
No se casan con nadie. Su ideología se aproxima más al populismo de derechas, pero su esencia fundacional niega cualquier vinculación ideológica. En su página web aseguran: «D.O. no es de derechas ni de izquierdas, sino de Ourense». Armando Ojea añade que las ideologías son «una cuestión personal de cada uno de los miembros; nosotros somos un partido de ideas más que de ideologías, no nos pronunciamos acerca de todas las cuestiones del universo».
Se compara con Teruel Existe, referente de la España vaciada y asegura: «No nos posicionamos ideológicamente más allá de buscar ese apoyo y ese desarrollo para la provincia y la ciudad de Ourense». Y, desde luego, están «dispuestos a pactar lo mismo con el PP que con el PSOE que con el Bloque Nacionalista Galego o con quien esté dispuesto a realizar inversiones y construir infraestructuras o lo que necesite». Lo que viene siendo «la razón de ser de Democracia Ourensana» desde que nació.
Avanzan ya que no pararán «hasta que la provincia de Ourense esté a la misma velocidad que Vigo, Santiago y A Coruña». Y es que el eje de su campaña no se basa en peticiones concretas ni en denuncias específi«Galicia de que les falten servicios o proyectos, sino de luchar contra la «intolerable discriminación de Ourense», provincia que pasó de 475.000 a 300.000 habitantes en poco más de medio siglo, una pérdida del 35% en el mismo período en el que Galicia creció un 5% y Santiago, la capital, un 40%.
A cambio de ser llave de gobierno tan solo exigirán «políticas de discriminación positiva» con la provincia y «que no haya una diferencia esencial entre pasear por Ourense y pasear por Vigo» y, mientras allí tienen una estación de tren «mastodóntica», ellos deben conformarse con «un pendello» (una construcción similar a un alpendre).
La capital de Galicia es uno de los espejos en los que se miran, pues ven un «centralismo totalmente injustificado» que les da infraestructuras de las que Orense está a años luz. Y sus dardos cargados de crítica van dirigidos, en especial, al PP, «que ha estado la mayor parte del tiempo en el Gobierno autonómico», pero también al bipartito PSOE-BNG de 2005 a 2009, pues «ese carácter discriminatorio tampoco lo palió».
Ojea lamenta que unos y otros desprecian a Orense en favor de las provincias de la costa Atlántica, Pontevedra y Coruña. Esa situación, asegura, «solamente se puede revertir de forma sustancial formando parte del gobierno de alguna manera». Su ideal sería formar parte de ese gobierno tras darle la llave a la izquierda o al PP pero, si no puede ser, exigirían «pactos escritos y comprometidos». No interpondrán cargos en el camino para lograr su objetivo porque «no es una cuestión de egos personales».
Curiosa afirmación si la realiza un alcalde que se caracteriza por el personalismo y que, de hecho, ni siquiera niega ese ego.
– De usted dicen que tiene mucho ego…
– ¿Yo? ¿Y a mí qué me importa? Me han dicho, cuando estaba en la oposición: ¿por qué tienes tanto empeño en ser alcalde? Y yo digo: ¿Y los demás no? ¿Los demás se presentan obligados? Vamos, hombre.
Con ese proyecto populista, personalista e hiperlocal, el mayo pasado, Democracia Ourensana se convirtió en la lista más votada de las elecciones municipales de Orense, con 1 8.450 votos q ue se transformaron en 10 escaños, frente a los 7 del
PP, 6 del PSOE y 4 del BNG. Armando Ojea ve esos datos «muy golosos» y cree que, si repiten resultados y logran un puñado más de apoyos en el resto de municipios de la provincia, lograrían «unos resultados fascinantes». Frente a esas aspiraciones, lo cierto es que en las últimas autonómicas a las que se presentaron, las de 2016, quedaron muy lejos de ese reto, en 7.679. En 2009 apenas habían sumado 1.023 votos y en 2012, 4.245.
Sus números el 18-F no solo importan en primera persona. Si logran un botín jugoso a costa del PP, pero sin rédito en diputados, podrían desequilibrar la balanza entre izquierda y derecha. DO combate por tanto contra la historia y contra el voto útil.
La campaña no está decepcionando en cuanto a excentricidades. En 2019, tiraron inteligencia artificial y un robot japonés pidió el voto para Jácome a golpe de selfies. En 2023, emuló el vídeo de Isabel Díaz Ayuso en el que se calzaba las zapatillas para salir a correr y presumió de gestión mientras recorría la ciudad a zancadas. En esta ocasión, mete en sus recorrido electorales un coche clásico con el logo del partido. «Nosotros le llamamos cochecito», presumen.
Como en ocasiones anteriores, de convencional tiene poco, renunciando al formato mitin y fiando toda su confianza a las redes sociales y el reparto de propaganda a pie de calle. El motivo: no se fían de los medios. «La prensa tradicional nos manipula y nos discrimina, entonces, obviamente, hay que buscar un camino alternativo», apunta González Jácome, que siempre realiza sus grandes anuncios en sus cuentas de Facebook o X. Centra sus críticas en el periódico local, La Región, que «borda el terrorismo informativo», pero no escapan de sus críticas el resto de medios, que «desprecian a los de las provincias». Y es que todo en su campaña se centra en esa discriminación y el «ultraje» que sufre la provincia que aspiran a representar.