... TRAS EL GIRO DE MACRON Y EN AÑO ELECTORAL
El presidente de Francia sofoca la revuelta del campo en su casa a base de concesiones y fuerza a la Comisión Europea a seguir su estela
La crisis desatada por las protestas de los agricultores ha forzado que el presidente francés, Emmanuel Macron, haya abanderado (probablemente sin buscarlo) una especie de cruzada en Europa para frenar algunas de las medidas medioambientales, sobre todo las relativas al uso de pesticidas que los productores consideran excesivas y costosas. La llamada «economía punitiva». El presidente galo ha logrado sofocar la revuelta en casa haciendo concesiones al campo y ha fozado a la UE a seguir su estela.
Macron se reunió el jueves pasado en Bruselas con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von del Leyen, para hablar de la crisis del sector y plantearle, como él mismo expresó después, la necesidad de «unas nuevas reglas» para el mercado común. Ayer, Von der Leyen anunció la retirada de la regulación para el uso de pesticidas.
Francia, el país que ha ido más allá de los objetivos fitosanitarios de Europa, anunció que dará marcha atrás en su plan contra los pesticidas, el conocido como plan ecophyto, y ha forzad a la UE a seguir los pasos. Una de las demandas del campo galo es este exceso de control fitosanitario que hace que haya más pesticidas vetados en Francia que en otros de los 27.
La autoridad europea de seguridad alimentaria autoriza 383 sustancias, de las cuales 283 se pueden usar en Francia. Italia, Grecia y España permiten más. La decisión de suspender el plan phyto ha sido muy criticada desde el frente ecologista, que denuncia que se ha sacrificado el medioambiente para sofocar la rebelión.
Si el Gobierno francés, considerado como proeuropeo, llevaba días hablando de competencia desleal por parte de otros países y de la “excepción agrícola francesa”, Macron ha devuelto el debate al terreno común, al referirse a la“soberanía agrícola europea”.“Es necesaria una política más simple, que tenga en cuenta la necesidad de producir más, que integre nuestros objetivos medioambientales”, pero que preserve “la soberanía alimentaria”, dijo el pasado jueves en su intervención tras el Consejo Europeo celebrado en Bruselas.
Aunque las protestas de los agricultores se han extendido estas semanas en varios países, las de los franceses, que bloquearon durante días los principales accesos por carretera a París, provocaron una rápida reacción del Gobierno. El primer ministro, Gabriel Attal, dijo que lucharía contra esta sobretransposición de normas, que implica aprobar leyes extra, con exigencias que van más allá de los mínimos europeos. El Gobierno galo sabe el impacto que supondría que se desborde la crisis en un sector muy apoyado por la población, más a sólo unos meses de las elecciones europeas. En Francia, los sondeos los encabeza el partido de Marine Le Pen, que defiende medidas proteccionistas.