La arquitecta chilena que lo dejó todo por entrenar la felicidad
trabajo y las limitaciones por su lesión y ella le respondió: «Haz lo que puedas y disfruta. Aquí nadie juzga, cada uno va a su ritmo. Si necesitas dejar las pesas, las sueltas. Divertirte es la única manera de engancharte al deporte». Nadie le exigía, sino que le alentaban. «La comunidad me ayudaba cuando me agobiaba en clase. Me enamoré porque era una fiesta. Empecé a necesitarlo, y deseaba que llegara el día siguiente para volver». Aunque se acostara a las doce de la noche, se levantaba contenta a las seis de la mañana. «Doblaba, KO y Soul Yoga por la noche. Esa vibra me hizo sentirme más fuerte, muy poderosa. Sacaba secuencias en las que antes tenía que parar y estaba ágil, daba saltos, conectaba conmigo, me sabía las canciones», expresa con emoción.
Una alumna tan excepcional que le ofrecieron formarse. Y, cuando comenzó las capacitaciones, contó que quería hacer un máster de arquitectura en España. Ale Llosa, que tenía una historia de superación personal también a través del deporte, se reunió con ella porque vio en Rojas el perfil idóneo para expandir su proyecto. «Me subí al carro y fui con todo porque no me iba a la cama con el corazón lleno. Mi vida era plana, sin retorno».
Hoy día se ríen juntas de su locura. «Renuncié a mi vida y justo llegó la pandemia. Chile era uno de los países con más Covid y me devolvieron a casa cuatro veces por veto, aunque tenía todo en regla». Tuvo que trabajar en Marbella como arquitecta, entrando desde Londres, y en otra empresa deportiva hasta que el proyecto pudo arrancar. «Perdimos los locales y, cuando al fin pudimos abrir, partí de cero en Madrid». Seis horas, siete días a la semana sudando sin parar hasta soltarse ante las alumnas. «Me destrozó hasta que estuve lista. Y nunca en la vida me he puesto nerviosa en ese cubo. Me llaman la sargento».
Cree tanto en este entrenamiento militar combinado con artes marciales, yoga y meditación porque lo ha vivido. «Es una lavadora donde se le busca la parte buena a todo y que sirve para la vida. Y yo aplico mucho de mi profesión original en las clases, el orden y la alineación, dando el 100% siempre». Hoy, no se arrepiente de haberse convertido en una «arquitecta de la salud en llamas». Está previsto que KO crezca por toda España y organice un festival fitness en la capital.
La directora de KO España superó una grave lesión gracias a un método que combina artes marciales, funcional, boxeo y yoga