«El problema de Chile no es la Carta Magna»
SENADOR DEL PARTIDO REPUBLICANO. Crítico con el líder del PR, le llaman ‘el Milei chileno’
Muy pocos recuerdan que se llama José Manuel, todos lo conocen como Rojo Edwards, a lo que él añade una coletilla maliciosa: «El único rojo bueno». Ingeniero, senador y nacido en Chicago hace 46 años, José Manuel Rojo Edwards fracturó recientemente el Partido Republicano de José Antonio Kast, que fracasó este domingo con su propuesta de nueva Constitución para Chile. Kast, dice Rojo Edwards, está políticamente terminado.
«Veo muy difícil que pueda mantener el liderazgo. No tiene la coherencia que se necesita, perdió su credibilidad», asegura el senador durante una entrevista con EL MUNDO en Santiago de Chile. A Rojo Edwards se le ubica a la derecha de Kast, lo que ya es mucho decir.
P. ¿Qué sucedió el domingo y por qué sucedió?
R. El domingo se enterró el proceso constituyente y también se descartaron temas que la gente no considera pertinentes, la idea del Estado socialdemocrático y de derecho o la creación de grupos con ciertos privilegios. Por fin podemos concentrarnos en los problemas reales. La verdad es como un león, solo necesita que la dejen suelta para defenderse. Y la verdad es que los problema de Chile no son constitucionales, el diagnóstico era una gran mentira, eran los políticos los que querían más poder a través de una Constitución, inventaron todo esto el Partido Socialista, el Frente Amplio y los republicanos. P. Son dos rechazos en plebiscitos constitucionales en apenas 15 meses.
R. Una vez de izquierdas y otra de derechas, la mentira tiene patas cortas y la población dijo que no. En ese sentido, el Partido Republicano va a pagar un precio muy alto porque no ha defendido sus principios. Fracasó a pesar de tener todo para ganar. P. ¿Qué le parece la reacción del presidente Boric?
R. Está derrotado, él fue parte de la violencia de octubre y refundacional. Creo que tiene que cambiar y preocuparse de las necesidades de la gente y no de reformas que aumentan el poder de los políticos sobre las personas.
P. Es lo que el presidente dijo el domingo, que el proceso está cerrado y que hay que ocuparse de lo que importa a la gente.
R. Está cerrado por el hastío ciudadano con esta gran mentira de que la Constitución era culpable de los males de nuestra sociedad. Me importa que el presidente demuestre que tiene el problema de la criminalidad como prioridad.
P. Si el presidente lo convoca, ¿está dispuesto a conversar?
R. Siempre estoy dispuesto a todas las alianzas y acuerdos, tengo una apertura total. Pero los acuerdos tienen que ser buenos para todas las partes. Lo que sucede es que la izquierda nunca cede y la derecha simplemente acepta una rendición incondicional.
P. Cuando hablamos de la escisión de los republicanos, los periodistas decimos que usted está «a la derecha de Kast», ¿es correcto esto?
R. El proyecto republicano tenía cuatro grandes vertientes. Una de respeto a la ley, a la seguridad, una vertiente conservadora, una vertiente libertaria y una vertiente de defensa de la chilenidad. Kast lo que hizo fue olvidarse de parte importante de quienes componían el mundo republicano. No es más o menos a la derecha, se olvidó de defender la libertad y la chilenidad, por eso parte de la gente se está yendo del PR.
P. ¿Qué futuro le da a Kast?
R. Creo que Kast perdió toda la energía y coherencia en defensa de las ideas, veo muy difícil que pueda mantener el liderazgo. No tiene la coherencia que se necesita, perdió su credibilidad. Nuestro espacio tiene que volver a unirse porque nos llevaron a cuatro años perdidos en los que Chile se ha empobrecido. Tienen que hacer una reflexión, también los que finalmente se creyeron la ilusión constitucional. El Partido Republicano y Kast decidieron avanzar en dirección opuesta al estado subsidiario que proponemos, en el que la persona está antes que el Estado. Ellos propusieron que el Estado le ofrezca progresividad a la persona. Nosotros creemos que la persona es anterior al Estado. En la propuesta de Kast se podían limitar derechos y libertades de las personas.
P. ¿Es real lo del «Milei chileno»?
R. Yo tengo la mejor impresión del presidente Milei, cuenta con todo mi respaldo, le apoyé en todo lo que estuvo a mi alcance para que pudiera ser presidente. Creo que los desafíos de Chile son distintos a los de Argentina, pero lo que el Partido Republicano se olvidó de defender es la libertad. Van a salir grupos en Chile que defiendan la libertad más resueltamente.
P. ¿En qué más coincide con Javier Milei?
R.- El tamaño del estado tiene que reducirse fuertemente en Chile. Las reformas socialistas de la presidenta Bachelet en 2014 son las que paralizaron y destruyeron el crecimiento en Chile. Nosotros tenemos una buena relación con el Banco Central, nadie pensaría en terminar con él. Una reducción muy fuerte de los impuestos, limitar la influencia del Estado en la vida de las personas, permitir a los padres que eduquen a sus hijos sin adoctrinamiento. En eso coincidimos mucho. Chile no propondría una dolarización, porque el peso chileno sí funciona. Y en Chile los privilegios de los políticos y de los burócratas son enormes. Ganan tres veces más que en la actividad privada.
P. ¿Quiénes son sus referentes internacionales?
R. Milei, claramente.
P. ¿Se va a presentar a las presidenciales en 2025?
R. No estoy pensando en una carrera presidencial, pero sí en la generación de un frente que defienda la libertad.
«Boric está derrotado; tiene que preocuparse de la gente»
«El tamaño del Estado tiene que reducirse mucho en Chile»