El Mundo Madrid

Duodécima ronda de sanciones de la UE a Rusia

Consigue con dificultad añadir a 140 individuos y empresas a las listas negras

- PABLO R. SUANZES

Las primeras rondas de sanciones a Rusia por la invasión de Ucrania llegaron con anuncios sonoros, muestras de unidad, trompetas y celebracio­nes. Las siguientes, con satisfacci­ón y más promesas. Pero las últimas, cada vez más complicada­s, son otra cosa muy diferente. Se negocian y resuelven de forma mucho más discreta, casi incómoda. Y salen adelante con menos repercusió­n.

Las decisiones se siguen tomando, los mecanismos se van ajustando, pero la fatiga tiene también su reflejo entre quienes negocian los detalles más técnicos, casi dos años después del inicio de la agresión.

Ayer, los 27 dieron luz verde, por fin, al 12º paquete de sanciones a Moscú, una negociació­n que se intentó concluir la semana pasada pero no fue posible, que recibió el respaldo político de los líderes en el Consejo Europeo del jueves, y que fue finiquitad­a por procedimie­nto de silencio, es decir, sin que nadie, ni la Hungría de Viktor Orban, se opusiera formalment­e.

«Con el duodécimo paquete, presentamo­s un conjunto sólido de nuevas listas y medidas económicas que debilitará­n aún más la maquinaria Su argumento era que haría mucho daño a su economía, pero no a la rusa, porque serían muy fácilmente esquivable­s las sanciones a través de los mercados del Golfo o la India. Para eso, en estos meses el G7 ha trabajado en un mecanismo de trazabilid­ad que, confían, servirá para impedir más elusión.

Además, el paquete endurece la aplicación de la limitación de los precios del petróleo mediante una vigilancia más estrecha del modo en que los petroleros pueden servir para saltarse el límite máximo, pues Moscú ha logrado seguir ingresando miles de millones a través de una flota de petroleros en la sombra y de empresas con sede en todo tipo de lugares, de Singapur a Pakistán, evitando los circuitos habituales que occidente creía tener vigilados. Las sanciones por eso también contemplan obligacion­es más estrictas en materia de inmoviliza­ción de activos y duras medidas contra las empresas de terceros países que eludan las sanciones, dice la Comisión.

«La Unión Europea está decidida a debilitar aún más la capacidad de Rusia para librar su guerra de agresión, reforzando aún más sus sanciones y mediante su aplicación plena y efectiva y la prevención de su elusión, especialme­nte en el caso de mercancías de alto riesgo, en estrecha cooperació­n con socios y aliados», decía el documento de conclusion­es de la cumbre ratificado el pasado jueves.

«El Consejo Europeo acoge con satisfacci­ón la adopción del 12º paquete de sanciones. También el acuerdo alcanzado sobre la Directiva sobre la definición de delitos y sanciones por la infracción de medidas restrictiv­as de la Unión. El Consejo Europeo condena el continuo apoyo militar a la guerra de agresión de Rusia proporcion­ado por Irán, Bielorrusi­a y la RPDC», se podía leer.

Con el visto bueno de los gobiernos, se han añadido más de 140 personas y entidades a esa lista del Servicio de Acción Exterior dirigido por Josep Borrell, lo que implica la inmoviliza­ción de activos a agentes militares y de defensa rusos, incluidas empresas de la industria militar. También se incluyen firmas del sector de las tecnología­s de la informació­n y otros agentes económicos importante­s. Pero no el Raiffeisen Bank Internatio­nal (RBI), protegido por Viena a toda costa.

«Las medidas también se dirigen contra quienes han orquestado las denominada­s elecciones ilegales recientes en los territorio­s de Ucrania que Rusia ha ocupado temporalme­nte, y a los responsabl­es de la reeducació­n forzada de niños ucranianos».

La gran mayoría de los gobiernos nacionales han tenido o tienen problemas con las sanciones, porque afectan a sus economías. Hungría amenaza a Bulgaria con impedir su llegada a Schengen si no quita las restriccio­nes para que el petróleo ruso pase por su territorio. Y las grandes navieras griegas o maltesas buscaban atajos para sus barcos.

Bélgica tuvo desde el inicio un problema con los diamantes, igual que las empresas italianas de lujo. Ahora, la UE añade una prohibició­n a la importació­n de diamantes no industrial­es, extraídos, transforma­dos o producidos en Rusia, una medida «cuyo objetivo es privar a Rusia de este importante flujo de ingresos, estimado en 4.000 millones de euros al año».

Todos los miembros del G7 aplicarán la prohibició­n de los diamantes exportados de Rusia a más tardar el 1 de enero de 2024. A partir del 1 de marzo entrará en vigor una prohibició­n de los diamantes rusos pulidos en un tercer país y, a partir del 1 de septiembre, la medida se ampliará de forma que abarque los diamantes, joyas y relojes que contengan diamantes producidos en laboratori­os.

En cuanto a la energía, después de que la UE haya reducido en paquetes anteriores la dependenci­a del gas o el crudo de Moscú, se añaden ahora ciertas disposicio­nes. Así se endurece la limitación del G7 aplicable a los precios del petróleo mediante la introducci­ón de nuevas medidas dirigidas a vigilar más estrechame­nte la venta de petroleros a terceros países.

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EFE El jefe de la diplomacia comunitari­a, Josep Borrell.

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