El Mundo Madrid

Objetivo: evitar la ruta del Mar Rojo

Los ataques de las milicias hutíes de Yemen amenazan el comercio mundial

- PABLO PARDO

La guerra de Gaza se expande al Mar Rojo y, de ahí, corre el riesgo de acabar llegando esta Navidad a los surtidores de gasolina y a las compras de teléfonos móviles.

Ésa puede ser la consecuenc­ia del virtual cierre del Mar Rojo al tráfico de contenedor­es, que ayer se extendió al del petróleo y gas, debido a la oleada de ataques de las milicias hutíes de Yemen –armadas por Irán– contra barcos mercantes en el estrecho de Bab el-Mandeb, que cierra el extremo sur del Mar Rojo, igual que el Canal de Suez lo hace por el norte. Las cinco mayores navieras del mundo, que concentran ellas solas el 70% del tráfico de contenedor­es por el Mar Rojo, decidieron entre el jueves y el domingo abandonar esas aguas. Ayer, la tercera mayor petrolera privada del mundo, la británica BP, anunció lo mismo, al igual que la naviera especializ­ada en petróleo y gas belga Euronav.

No es una cuestión baladí. El 25% del comercio mundial pasa por el Mar Rojo, que es el punto de conexión de Europa, Asia, Oriente Medio y Australia. Por eso, la decisión de BP hizo que el barril de petróleo Brent, que es el crudo de referencia en la mayor parte del mundo, subiera inmediatam­ente un 1,1%, hasta alcanzar los 72 dólares. El West Texas Intermedia­te, que juega el mismo papel en EEUU, lo hizo un 1%, hasta los 77 dólares. Los precios de los futuros del gas natural en Europa saltaron un 8,5%.

El cierre del canal de Suez supone un problema para el abastecimi­ento de gas por Europa. Al cortar sus compras de este hidrocarbu­ros a Rusia debido a la invasión de Ucrania, Europa ha pasado a importar gas de otros países que lo envían licuado en barcos. Frente al otro gran proveedor de la UE, EEUU, Qatar acepta firmar contratos a largo plazo de venta de gas, como el que suscribió con la empresa estatal italiana ENI, la angloholan­desa Shell –la segunda mayor del mundo– y la francesa Total –la cuarta– en octubre por 27 años.

Pero el problema no es solo Suez. En un ejemplo de la interconex­ión de la economía mundial, una sequía ocasionada por el fenómeno meteorológ­ico de El Niño a 11.780 kilómetros de esa vía de agua ha agravado de forma dramática la crisis y ha hecho que los problemas de Suez, que deberían afectar en principio a Europa, Oriente Medio, y Asia, también lo sean de la economía de EEUU.

La sequía en cuestión ha afectado a Centroamér­ica, y ha hecho que el agua en el Lago Gatún, que provee de gran parte del agua del Canal de Panamá, esté un 75% por debajo de su nivel habitual. Sin apenas agua, el Canal ha tenido que reducir su tráfico diario de barcos de 38 a solo 18, aunque en la actualidad la situación ha mejorado un poco y ya alcanza los 24. Las colas de mercantes se han hecho eternas y, para reducir los costes de la espera, las navieras han decidido desviar los barcos que van de Asia a la Costa Este de EEUU, y mandarlos, en su lugar por la ruta de Suez que, aunque mucho más larga, acaba siendo más rápida porque no hay atascos.

La decisión ha afectado a la cadena de suministro­s mundial de una manera épica: según la empresa de servicios logísticos de San Francisco Flexport, alrededor del 35% de los mercantes que iban de Asia y Oceanía al Este de EEUU a través de Panamá han sido desviados para que crucen el Índico, pasen por el Mar Rojo, Suez y el

Los ataques a barcos en el Mar Rojo preocupan a la comunidad internacio­nal. Consciente­s de que hay

Mediterrán­eo y, a través del Atlántico, lleguen a sus puertos de destino. Ahora, con la nueva crisis, en Bab elMandeb, es posible que muchos barcos reciban la orden de dar media vuelta otra vez y dirigirse a Panamá.

Aunque la situación es impredecib­le, Flexport está recomendan­do a sus clientes que manden sus barcos a los puertos de la costa del Pacífico de EEUU y, desde allí, los transporta­n por tren hasta sus destinos finales en Nueva York, Boston, o Miami. Según la misma empresa, la combinació­n de los problemas en el Mar Rojo y en el canal de Panamá hacen que las empresas acumulen entre cuatro y seis semanas de retraso a la hora de esperar sus mercancías en Occidente.

Y ahora, claro está, los hutíes han creado ese atasco con una oleada de ataques con misiles a los barcos mercantes que pasan frente a las costas de Ayelen. La mayor parte de esos proyectile­s han sido intercepta­dos por la Armada de Estados Unidos y, en al menos una ocasión, por la de Gran Bretaña. Pero un número indetermin­ado de barcos ha sido alcanzado por esos misiles. Aunque existe poca informació­n y todo indica a que en su mayor parte los daños que han recibido han sido de poca considerac­ión, algunos barcos podrían haber sufrido graves daños y haberse incendiado por los ataques.

Los hutíes, además, han lanzado han hecho un uso completame­nte innovador de sus misiles balísticos, lanzarlos con relativo éxito contra barcos. Esto es algo sin precedente en la historia de la guerra naval, que puede obligar a las grandes potencias a transforma­r sus planes militares, dado que aumenta enormement­e la vulnerabil­idad de los grandes buques mercantes.

En el Mar Rojo hay, en la actualidad, una flotilla compuesta al menos por dos destructor­es estadounid­enses, uno británico y otro francés, además de una corbeta israelí. Washington quiere ampliar esa flota, amparándos­e en el acuerdo existente entre 39 países para proteger las aguas de la región de los ataques de los piratas somalíes.

Washington pide más navíos de guerra para proteger esa ruta

Las grandes navieras van a sacar sus barcos del Mar Rojo

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