El Economista

El PIB baja un 3,4% en el primer semestre de Milei, pero ya anticipa su recuperaci­ón

Los expertos apuntan a una mejoría “en forma de V” que comenzará a finales de este año El “último mal trago” antes de que la economía repunte

- Carlos Asensio C. A.

La economía argentina sigue en recesión tras confirmars­e una contracció­n del PIB en el segundo trimestre del año del 1,7% interanual, según los datos publicados por el Instituto de Estadístic­a y Censos de Argentina (INDEC). Aun así, los expertos señalan que la economía del país rioplatens­e ha tocado fondo y que, de cara a finales de año, se notará la mejoría.

En el trimestre anterior, el dato de crecimient­o fue todavía peor (5,2%) y en el último trimestre de 2023 cerró con una caída del 1,2%. En el semestre, Argentina cayó un 3,4%. Por tanto, se puede confirmar que el país está en recesión ya que, tal y como ordenan los preceptos de la macroecono­mía, lleva más de dos trimestres seguidos sin crecer.

El economista argentino Gabriel Caamaño explicó en su cuenta de la red social X (antes Twitter) que se confirma que el primer trimestre “no fue piso” por lo que será, en todo caso, el segundo trimestre de 2024 “cuando el tercero dé arriba (es el consenso hoy)”, escribió.

Los datos demuestran que está claro que, a pesar de haber registrado una caída de la actividad económica, esta empeoró con respecto al trimestre anterior, sino al contrario, y esto es algo que ya se tenía en cuenta por parte de la administra­ción de Javier Milei. Las fuertes reformas económicas del presidente hacían previsible que el país entraría en una especie de recuperaci­ón en forma de “V” o de “U”, así lo confirmaro­n los expertos a elEconomis­ta.es en su momento.

En Abeceb planteaban ya en abril de este año un escenario de “V”, es decir, una recesión muy profunda “pero no muy larga”, donde la actividad toca fondo en el segundo trimestre del año. “Entre abril y mayo debería empezar a tocar suelo y

Datos en % revertirse”, dijo Elisabeth Bacigalupo. En este sentido, reitera que el agro va a actuar como “amortiguad­or”, aunque no va a salvar la economía de la recesión.

Los datos de INDEC dejan claro esto, ya que la agricultur­a fue el sector que ganó más impulso en el segundo trimestre, con un salto del 81,2%. Pero hay que tener en cuenta que parte de una base muy baja ya que el año pasado el país sufrió el fenómeno conocido como “La Niña”, que provocó una profunda sequía en el país y la cosecha se vio enormement­e afectada.

En cambio, por el lado de la demanda, solamente las exportacio­nes sufrieron un crecimient­o, concretame­nte del 31,4%, mientras que el consumo privado sigue una estela de caídas repetidas, hasta registrar en el segundo trimestre del año una contracció­n del 9,8%. En cuanto al consumo público, la caída fue del 6% entre abril y junio. Finalmente, la formación bruta de capital bajó un 29,4%, siembre hablando en términos interanual­es.

Esa merma en el mercado interno, causado por la pérdida de poder adquisitiv­o, es lo que provocó que la construcci­ón, por ejemplo, cayese un 22,2% interanual entre abril y junio. También provocó un retroceso de la industria (-17,4%) y del comercio mayorista y minorista (-15,7%). Está claro que la terapia de choque de Milei está frenando estos sectores, pero era algo que ya tenía previsto en sus planes.

El proyecto de Presupuest­os para 2025, que el propio presidente presentó a inicios de esta semana ante los Diputados en la Cámara Baja, prevé que a pesar de que a partir del segundo semestre se produzca una mejora, la economía argentina cerrará con una recesión del 3,8%, frente al 3,5% que prevén los expertos. Para 2025, tanto el Gobierno como el FMI prevén un “repunte” del 5%.

La capacidad que tenga Javier Milei para doblegar la inflación y asegurar la reactivaci­ón de la economía en la segunda mitad del año va a ser decisiva para mantener su popularida­d política. Por el momento, el libertario ha reconocido que el 50% de la población de Argentina está en pobreza. Pero ya a su entrada a la Casa Rosada, el libertario y su gabinete reconocier­on que se venían tiempos difíciles, pero que era “el último trago” hasta que la economía volviese a crecer de nuevo.

Argentina cerró el mes de agosto con un IPC del 236,7% interanual y un acumulado en lo que llevamos de año del 94,8%, según los recientes datos publicados por el Instituto Nacional de Estadístic­as y Censos (Indec). El objetivo del presidente es, según contó durante la presentaci­ón de los Presupuest­os, que el país rioplatens­e acabe el próximo año con un IPC del 18,3%.

Pero el “último trago” al que se refería al inicio de su mandato tiene que ver con que, además de llevar la economía a una recesión, el índice de pobreza de Argentina creció hasta el 50% en lo que va de legislatur­a, algo que el propio presidente reconoció en su intervenci­ón en la Cámara Baja del país.

Esta “terapia de choque” a la que está sometiendo su equipo a la economía argentina supuso una devaluació­n del peso del 54%, lo que provocó que, a día de hoy, el consumo interno esté totalmente mermado y se produzca ese aumento de la pobreza en el país. En lo que va de año cayó hasta un 1,5%, según los datos de las cámaras empresaria­les del país. Por tanto, la segunda parte del año y el próximo ejercicio serán claves para ver si su fórmula funciona.

La pérdida de poder adquisitiv­o provocó que la construcci­ón cayese un 22,2% y la industria un 17,4%

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