El Bundesbank teme que Alemania esté ya en recesión, pero “no será duradera”
Los economistas auguran que el PIB “se estancará o volverá a caer” en el tercer trimestre
Alemania sigue sin levantar cabeza y puede que ya esté en una leve recesión, según aseguró ayer el Bundesbank en su informe mensual de septiembre. Aun así, los economistas del banco central germano esperan que no sea una caída “significativa, amplia y duradera del rendimiento económico”. Con todo, señalaron que la economía alemana sigue en una fase de debilidad y de “aguas difíciles”.
Así, reiteran que lo más probable es que en el tercer trimestre el PIB de la locomotora de Europa “se estancará o volverá a disminuir un poco”. Teniendo en cuenta el sorpresivo dato de contracción del 0,1% en los tres primeros meses del año, se puede decir que el país está tocando la recesión con los dedos, ya que solo hacen falta dos trimestres consecutivos de caída del PIB.
Los expertos del Bundesbank señalan en el texto que la producción de Alemania comenzó el tercer trimestre con datos muy débiles tanto en el sector de la construcción como en el manufacturero. La baja demanda interna es lo que arrastró a la industria, a pesar del buen comportamiento que tuvo en la eurozona. Al mismo tiempo, la incertidumbre que hay sobre las políticas económicas hizo que la inversión se volviese más cauta.
El martes se publicó el índice ZEW sobre el sentimiento inversor y fue bastante decepcionante, ya que se situó en su nivel más bajo desde octubre de 2023, al situarse en los 3,6 puntos, desde los 19,2 puntos de agosto.
En este sentido, la economía más grande de Europa no para de recibir malas noticias. A los problemas con Volkswagen y BMW, se suma el reciente anuncio de Intel de la paralización de la fábrica que querían construir en Magdeburgo para hacer microchips, con una inversión de 30.000 millones de euros, de los cuales 10.000 millones correrían a cargo del Estado.
Otro palo en la rueda de la economía germana es que el consumo privado no repuntó, a pesar de que el mercado de trabajo sigue una tendencia estable, con una cifra de parados que apenas subió durante el mes de agosto en un momento económico bastante débil. Al mismo tiempo, los salarios crecieron por encima de la inflación, pero el consumo siguió moderado.
El rayo de esperanza está en que esta estabilidad en el trabajo y el aumento del poder adquisitivo “debería verse reflejado en el consumo en el futuro”, dijeron desde el Bundesbank.
El presidente de la entidad, Joachim Nagel, aseguró el miércoles en el FMI que la poca esperanza que había de una recuperación en el segundo semestre “se ha atenuado considerablemente” y que la prudencia dentro de los consumidores alemanes “está demostrando ser obstinada”.
Ante este panorama, y con las previsiones de los principales institutos económicos del país a la baja, el dirigente vaticinó que es posible que el estancamiento económico “se produzca durante todo el año 2024”.
Con respecto a esto, desde Bruselas ya se han puesto a trabajar. La presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, anunció ayer que su administración buscará, en esta nueva etapa, “bajar los precios de la energía de manera estructural”. La dirigente comunitaria reiteró que el precio en el Viejo Continente “es muy alto” en comparación con el resto del mundo y eso hace que la industria, sobre todo la alemana, sea menos competitiva que otras, y esto es parte del problema que impide que su economía vuelva a despegar.
La incertidumbre sobre las políticas económicas hizo que la inversión se volviese más cauta