Reducción de los precios, una señal positiva
Una de las mejores noticias para encarar el nuevo curso político que comienza es comprobar cómo la política económica, desplegada por el Gobierno de España está siendo útil en el objetivo de reducir y mitigar los efectos sobre nuestra economía, primero con la guerra en Ucrania y posteriormente con el conflicto en Oriente Próximo.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicaba en los últimos días el avance de datos del indicador adelantado del índice de precios de consumo (IPC) que refleja que la inflación sigue en descenso, y que ha logrado bajar seis décimas en agosto respecto al mes de julio, hasta el 2,2%, convirtiéndose en la tasa más baja en el último año, y muy cercana al objetivo del 2% marcado por el Banco Central Europeo.
También baja la inflación subyacente, que se ha reducido una décima, del 2,8% al 2,7%. Seguimos en este proceso de moderación de los precios, contribuyendo particularmente a esta bajada la caída de los precios tanto de los carburantes, como de los alimentos gracias a las políticas desplegadas por el Gobierno.
Estos buenos datos reflejan la eficacia de las medidas de política económica del Gobierno, porque permiten compatibilizar una de las mayores tasas de crecimiento de la zona euro con esta progresiva moderación de los precios y la recuperación del poder adquisitivo de los hogares.
Una de las medidas que ha favorecido que España reduzca de forma más contundente la inflación en los últimos años fue la excepción ibérica liderada por el Gobierno de Pedro Sánchez en la Unión Europea, para desacoplar de la factura eléctrica el tope al gas. Una medida que ha permitido que nuestro país tenga 20 puntos de diferencia con respecto a la eurozona en la evolución del precio de la energía desde 2019.
Así, según Eurostat, España es el segundo país de la UE con la tasa de inflación acumulada más baja en dos años, solo por detrás de Finlandia. Si analizamos la inflación acumulada a tres años vista, nuestro país es el séptimo con la tasa más baja, pero es evidente que la aprobación de la excepción ibérica en 2022 ha sido una pieza determinante para una mayor reducción de la inflación. permite no solo crear empleo, que es siempre uno de los mejores indicadores de la buena salud de la economía, sino también que sea de mayor calidad.
Así, hemos continuado marcando récords en los últimos meses, lo que refleja que la prioridad para el Gobierno de Pedro Sánchez pasa por fortalecer las estructuras económicas de nuestro país, modernizar el tejido productivo y la industria, y transformar las actividades que generan empleo de mayor calidad como el sector científico, de la innovación o la tecnología, donde se crean ya uno de cada cuatro empleos. Una creación de empleo especialmente dinámica en sectores de alto valor añadido como Informática y Telecomunicaciones, cuyo número de afiliados ha crecido más de un 20% desde la pandemia.
Todo ello hace que el Indicador de Sentimiento Económico (ESI), elaborado por la Comisión Europea, que mide la confianza en la economía, haya vuelto q subir en agosto encadenando su tercera mejora mensual consecutiva situándose en los 105,4 puntos, la mejor referencia en ese indicador desde febrero de 2022, cuando se inició la guerra en Ucrania que provocó el incremento exponencial de la inflación por la subida del coste de la energía.
Por tanto, cuando hablamos de esa reducción de la inflación, hablamos de la capacidad para impulsar la estabilidad económica del país, gracias a las medidas eficaces desplegadas por el Gobierno para lograrlo, y con ello también generar un contexto que propicia que otros indicadores como la creación de empleo o el crecimiento del PIB sigan avanzando. Un panorama que genera gracias a estas señales positivas, certidumbre y confianza en el rumbo que lidera España para afrontar el futuro.
Los indicadores y las políticas del Gobierno muestran confianza en el futuro de España