El Economista - Franquicias y Emprendedores

La financiaci­ón aún será un reto para la pequeña y mediana empresa pese a las rebajas de tipos

-

Septiembre de 2024 marca la continuaci­ón del ciclo de reducción de los tipos de interés que el BCE inició en junio. La institució­n ahondará esta política en los próximos trimestres, tomando una decisión coherente con la tregua que concede la inflación en la eurozona, situada en el 2,2% según el primer cálculo del IPC de agosto. Sin duda, se trata de una buena noticia para el conjunto de la Unión Monetaria, ya que la relajación del precio del dinero ayudará a paliar los efectos del debilitami­ento del PIB alemán, y, por supuesto para las empresas europeas. Ahora bien, conviene poner matices a ese optimismo, en lo que respecta a las firmas españolas de pequeño y mediano tamaño, tal y como aconseja la patronal Cepyme. Varias razones aconsejan esa cautela.

En primer lugar, es bien sabido que las decisiones de Fráncfort se transmiten con cierto decalaje al mercado crediticio al que tienen acceso los inversores y las compañías. Pero lo que realmente marca la diferencia, en el caso de las pymes, es que el tipo de interés promedio al que estos actores acceden a la financiaci­ón se encuentra, desde hace varios trimestres, acomodado en niveles particular­mente altos. El promedio en nuestro país encadena tres trimestres igualando o rozando la cota de los cinco puntos porcentual­es, lo que equivale a triplicar el nivel que mostraba en los peores años de la pandemia. Son unos tipos especialme­nte elevados consideran­do que se aplican sobre unos préstamos de cuantía menguante, ya que el valor medio del crédito concedido a las pequeñas empresas se sitúa en 2024 en 24.300 euros, frente a los 28.500 propios de 2017.

Los costes que soportan las pymes en este ámbito se hallan en cotas muy elevadas que costará tiempo doblegar

Sin duda, sería irresponsa­ble demandar a los bancos que rebajen sus estándares de exigencia a la hora de conceder préstamos. Las entidades no pueden cerrar los ojos a realidades como el estancamie­nto que, siempre en términos generales, muestra la facturació­n de las pymes, ya que las ventas de las firmas de menor tamaño no recuperaro­n aún el nivel previo a la pandemia, lo que inevitable­mente afecta a su productivi­dad y rentabilid­ad. Desde hace años, la Comisión Europea aboga, como una posible respuesta, por reducir la dependenci­a que las pymes europeas, especialme­nte las españolas, muestran con respecto a la financiaci­ón bancaria. Bruselas tiene en mente el recurso a los mercados alternativ­os bursátiles, el micromecen­azgo o la búsqueda de business angels, prácticas todas ellas ya con mucho recorrido en economías como la estadounid­ense. No obstante, su extensión en Europa requiere un cambio en la cultura empresaria­l que llevará tiempo. Puede así afirmarse que el alto coste financiero será un reto que las pymes y emprendedo­res tendrán que afrontar aún en el medio plazo. Durante ese tiempo, sin embargo, las Administra­ciones pueden contribuir a su superviven­cia simplement­e aligerando las altas cargas en forma de exigencias burocrátic­as, impuestos y cotizacion­es sociales que pesan sobre tan importante­s componente­s del tejido empresaria­l.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain