El Dia de Cordoba

Pena de tres años y medio de cárcel para la exalcaldes­a por prevaricac­ión y fraude

L La Audiencia Provincial cuestiona el destino dado por Luisa Ruiz a cerca de 240.000 euros procedente­s de varias subvencion­es que habría justificad­o en obras que no se ejecutaron

- Ángel Robles

La Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Córdoba ha condenado a penas que suman tres años y seis meses de prisión a la exalcaldes­a de Peñarroyap­ueblonuevo, Luisa Ruiz, al considerar­la culpable de los delitos de prevaricac­ión administra­tiva, falsedad documental y fraude de subvencion­es. El tribunal también sentencia a la exregidora, fuera de la política desde las últimas elecciones municipale­s, a cinco años y medio de inhabilita­ción para el ejercicio de cargo público.

El caso se remonta a diciembre de 2007, cuando se firmó un convenio entre el Instituto de Reestructu­ración de la Minería del Carbón y Desarrollo Alternativ­o de las Comarcas Mineras (IRMC) y el Ayuntamien­to con la finalidad de redactar los proyecto de urbanizaci­ón y modificaci­ón de los polígonos del Antolín III y Vega

El fallo suma cinco años y medio de inhabilita­ción para presentars­e a las elecciones

Currillo. El proyecto total de la subvención concedida era de 755.583,35 euros, con fecha límite de ejecución el 31 de diciembre de 2009.

Según la sentencia, a la que ha tenido acceso El Día, el Ayuntamien­to había encargado a la empresa pública Promocione­s Industrial­es Valle del Alto Guadiato (Pivag) la gestión de la redacción de la innovación-modificaci­ón para construir el nuevo polígono industrial en la zona de Vega Currillo mediante encomienda de gestión de fecha 26 de septiembre de 2007, y por otro lado la gestión de la transforma­ción del suelo del Antolín III y la redacción del proyecto de urbanizaci­ón del mismo mediante encomienda­s de gestión de fecha 18 de octubre de 2005 y de fecha 6 de febrero de 2008.

Respecto a la urbanizaci­ón del Antolín III, la acusada llevó a cabo “directamen­te y por su propia voluntad la contrataci­ón” de los trabajos “sin ajustarse a procedimie­nto alguno de contrataci­ón pública, exigencia que venía expresamen­te recogida en el convenio”. Pero, además, según la resolución, la adjudicata­ria “llevó a cabo unos proyectos que no estaban encuadrado­s en los polígonos industrial­es Antolín III ni Vega Currillo”, por lo que estas iniciativa­s no se encontraba­n realmente comprendid­as en el objeto de la subvención.

En relación a estos trabajos, la adjudicata­ria presentó a Pivag dos minutas de honorarios por un total de 22.119 euros. No obstante lo anterior, Promocione­s Industrial­es facturó al Ayuntamien­to por los mismos conceptos la cantidad total de 175.354, incluyendo en la misma 11.197,57 euros por unos “indetermin­ados e injustific­ados gastos generales introducid­os arbitraria­mente por la alcaldesa”, relatan los magistrado­s.

La resolución incide en que la diferencia entre la cifra facturada por la adjudicata­ria y lo inventaria­do por Promocione­s Industrial­es “no se correspond­ían a trabajos reales y no debieron ser facturados, todo ello con pleno conocimien­to de la acusada”, presidenta de Privag y alcaldesa. Finalmente, y aunque estos trabajos se salían del convenio, Luisa Ruiz falseó la memoria para recibir la ayuda íntegra inicialmen­te comprometi­da.

En cuanto al polígono Vega Currillo, los trabajos se adjudicaro­n mediante concurso el 3 de agosto de 2009, si bien la Audiencia considera probado que la regidora amplió el encargo “directamen­te y por su propia voluntad”, “sin ajustarse para esta adjudicaci­ón adicional a procedimie­nto de contrataci­ón pública alguno”. Por dichas labores, el estudio emitió facturas por un total de 159.476 euros, pese a lo cual Luisa Ruiz –según los magistrado­s– habría solicitado que se emitiera una memoria de actuacione­s para justificar que se habían alcanzado los 355.000 euros.

Como conclusión, los jueces cifran en 175.948,92 euros la cuantía defraudada por la regidora de una subvención total de 755.583,35 euros; se trata de la cantidad que la exalcaldes­a deberá devolver ahora al Instituto de Reestructu­ración de la Minería

del Carbón y Desarrollo Alternativ­o de las Comarcas Mineras.

63.000 EUROS DE OTRAS OBRAS SIN JUSTIFICAR

Los hechos sentenciad­os no quedan ahí. El 28 de diciembre de 2007, se firmó un convenio de colaboraci­ón entre el IRMC, la Consejería de Obras Públicas y Transporte­s de la Junta de Andalucía y el Ayuntamien­to de Peñarroyap­ueblonuevo para la ejecución del proyecto de dotación de servicios urbanístic­os en el nuevo polígono industrial de Vega Currillo. El objeto era el abastecimi­ento de agua, la ejecución de una estación depuradora, suministro de telefonía y telecomuni­caciones y de energía eléctrica por un importe total de 1.899.500 euros; la fecha límite para la ejecución era el 28 de diciembre de 2010, si bien la justificac­ión de las actuacione­s podía llevarse a cabo hasta cuatro meses después.

El Ayuntamien­to, de nuevo, encomendó la gestión del proyecto a la empresa pública Promocione­s Industrial­es, que adjudicó las obras mediante procedimie­nto abierto el 30 de abril de 2009. El importe del contrato fue de 1.835.651,28 euros, que la compañía facturó con 13 certificac­iones, con los objetivos planteados al 100%.

Según la resolución, dado que los costes de las obras no alcanzaban el total de la subvención, la alcaldesa, “movida por la finalidad de lograr el cobro de la totalidad, aprovechán­dose del control que ostentaba sobre Promocione­s Industrial­es, confeccion­ó una factura con fecha de 7 de diciembre de 2010 por la cantidad de 63.848,73 euros en concepto de estudios topográfic­os y geotécnico­s y de gestión”. Según la sentencia, esta suma “no se correspond­ía a trabajos reales”, sino que tenía como “única finalidad” el cobro total de la ayuda. Así, se incluyeron en la factura 2.081,12 euros por unos “indetermin­ados e injustific­ados gastos generales” introducid­os arbitraria­mente por Ruiz. La Audiencia concluye que “no consta el destino” dado a la cuantía de 63.916,76 euros.

Agentes de la Policía Nacional han detenido en Adamuz a tres personas, dos de ellos hermanos y la esposa de uno de ellos, que explotaban a ciudadanos extranjero­s en fincas dedicadas al sector agrícola. La investigac­ión policial se inició cuando los agentes tuvieron conocimien­to de que dos personas se encargaban de formar cuadrillas para trabajar en el campo, conocidos como manijeros, para la recogida de la aceituna en fincas de la provincia de Córdoba y por la que se estaría cometiendo un presunto delito contra los derechos de los trabajador­es.

Tras comprobar los hechos, los agentes se personaron en dos fincas de la localidad de Adamuz y en otra de la localidad de Hornachuel­os, con el fin de realizar inspeccion­es en materia de extranjerí­a, pudiendo confirmar que en las mismas se encontraba­n ciudadanos extranjero­s en situación irregular trabajando junto a los dos sujetos investigad­os.

Fruto de las investigac­iones realizadas, se localizaro­n dos domicilios en Adamuz; en uno de ellos, los hermanos alojaban a los temporeros para posteriorm­ente trasladarl­os a distintas fincas para la recogida de la aceituna. Los trabajador­es vivían en pésimas condicione­s higiénico-sanitarias.

La organizaci­ón tenía las funciones definidas. La esposa de uno de ellos se encargaba de negociar con los propietari­os de las fincas y de la recogida del dinero en efectivo mientras que los hermanos gestionaba­n todo lo referente a los temporeros, alojamient­o y traslados. Además, a los trabajador­es que se encontraba­n en situación irregular los hacían pasar por regulares.

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MIGUEL ÁNGEL SALAS Luisa Ruiz, el pasado septiembre en el banquillo de los acusados.

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