LA VUELTA A LAS ESENCIAS DE LA BIENAL XAVIER MISERACHS
Una foto cercana y acercada de manera honesta es lo que propo ne en Palafrugell la XIII edición de una cita ya imprescindible
La Bienal de Fotografía Xavier Miserachs cumple su XIII edición sin perder un ápice del espíritu y la calidez con que nació en 1999, con un programa de exposiciones y actividades que va desde los grandes nombres indispensables al enraizamiento en el territorio para una percepción cercana.
‘ Un festival para ver desde cerca’ es la máxima repetida por sus directores, quienes imprimen un carácter profundo, alejado de pretensiones superfluas. Una batería de once muestras que dejan fuera artificiosidades para centrarse en la potencia de la imagen, el valor de carreras profesionales y un activismo fotográfico de la mano de nada menos que Lee Miller, Colita, Toni Catany o Pérez Siquier, entre otros.
Implicación
La gran apuesta cultural de Palafrugell para el verano/otoño pasa por implicar a buena parte de sus equipamientos culturales, públicos y privados, con un tejido comercial local que ayuda a dinamizar la fotografía en el municipio y crea conocimiento desde una localidad de reducidas dimensiones y en la periferia.
Como exposición estrella del certamen, en la sala La Bòbila, un espacio diáfano y
amplio, se realiza una cuidada inmersión en el universo de Lee Miller bajo el acertado título ‘El deseo de libertad’, que nos muestra a una fotógrafa total que usa la imagen como posicionamiento en el mundo, como forma de vida.
Un repaso cuidadoso a su práctica fotográfica, desde sus inicios a su llegada al Surrealismo que no abandonará nunca. De la moda a la guerra, su visión se llena de significados y emplea la metáfora como herramienta de trabajo. Una selección esencialista y efectiva de esta autora imprescindible, fruto del impecable trabajo con sus descendientes, Antony
Penrose y Ami Bohuassane, quienes dirigen el archivo Lee Miller. Se agradece una muestra en que la autora está en el centro, con atención tangencial a sus relaciones y su biografía, pero sin perder el protagonismo que merece su labor como pionera en tantos aspectos técnicos, creativos e incluso logísticos.
Al lado de sus imágenes más icónicas, como la bañera de Hitler, o de sus retratos archiconocidos de la esfera de Picasso, Eluard o Magritte, encontramos a una Lee Miller creativa y profunda en sus imágenes más libres en el Egipto de los años 30, con la clara in
fluencia surrealista en sus composiciones. Su cobertura del conflicto y de sus consecuencias denotan una Miller sensible que da voz a lo que ve de una manera cautivadora. Son esas imágenes las que impactan. Ella abandonó la práctica fotográfica tras la guerra, gravemente traumatizada por lo visto y vivido. Quien quiso ser fotógrafa en lugar de fotografía optó por abandonarla tras la crudeza de la contienda.
Siguiendo con esta tónica de muestras esencialistas, el Museu del Suro lo capitaliza Colita. ‘Para un roto y para un descosido’, pocos meses después de su muerte, realiza un recorrido por la trayectoria vital de una autora marcada por el activismo fotográfico y la reivindicación, con su característico sentido del humor. Junto a sus imágenes más icónicas se encuentran otras inéditas, poniendo siempre el foco en una Colita humana y humanista con una gran curiosidad por lo que la rodea.
Por su parte, las intersecciones entre el fotógrafo Toni
Catany y el escritor Josep Pla se desarrollan en las salas de la Fundación de este último a través de un cuidadoso diálogo con el Mediterráneo. El juego de coincidencias entre texto e imágenes supone un trayecto de ida y vuelta conceptual entre ambos, abarcando la profundidad de sus producciones, igualmente sensuales y sutiles.
Segmento específico
Avanzamos y Carlos Pérez Siquier es protagonista de la pequeña muestra en el espacio de Can Mario de la Fundación Vilà Casas, que recoge el concreto segmento de sus copias en color de La Chanca. Unas imágenes de reducidas dimensiones que invitan a acercarse a la realidad plástica casi abstracta que ya había cubierto ampliamente en blanco y negro. Para la ocasión, se reivindica su primera experimentación con color, ese color saturado que le convertirá en pioneros en la materia.
Complementando estas muestras, se encuentran ciertas experiencias de territorio, como la investigación ‘Álbum de veraneo de la familia Roig Junyent’, 320 retratos de lugareños realizados por Lluís Català; o la muestra sobre niños, juegos y lectura de Jacques Léonard, así como el apoyo a nuevos talentos de la Escuela de Fotografía ERAM.
UN FESTIVAL PARA VER DESDE CERCA ES LA MÁXIMA REPETIDA POR SUS DIRECTORES