Horizontes posibles
Las aventuras de caballeros de la década de 1920 inspiran la rma de perfumería nicho Estoras, una oda a los viajes más elegantes.
En 1926, tras una apuesta de caballeros junto a una chimenea en los Alpes suizos, el príncipe Antal Esterházy y el conde Lászlo Almásy –el auténtico paciente inglés de El paciente inglés– se embarcaron en una épica aventura: ser los primeros en cruzar el Sáhara en un coche utilitario, un Steyr. Casi un siglo después, Paul-Anton Esterházy, nieto de Antal, se ha inspirado en un frasco de perfume de viaje de su abuelo para crear una exquisita firma de perfumes nicho, Estoras. “Como tantas cosas en la vida, fue un giro de fe el que me llevó al maravilloso mundo de la perfumería. Desde niño recopilé las peripecias al estilo El gran Gatsby de mi abuelo y su amigo, el conde Almásy. Su mundo me parecía tan elegante que quise evocarlo, para esos aventureros contemporáneos que persiguen horizontes imposibles”, cuenta Paul, viajero empedernido. “Disfruto aventurándome en lugares donde sientes lo insignificante que eres frente a la naturaleza. Despertarme y salir de una cabaña en el Yucón canadiense o en las Tierras Altas de Escocia me resulta tan estimulante como las calles de Nueva York o Londres. El cuadro El caminante sobre el mar de nubes, de Caspar D. Friedrich, siempre me evoca esto, mi sentimiento favorito”. La suerte quiso que mientras estudiaba en Cambridge trabase amistad con alguien procedente de una familia de perfumistas norteafricanos que le ayudó a recrear la fragancia de su antepasado, cuyos cuadernos de viaje han desembocado en la amaderada Antal Chasing the Horizon (geranio, rosa, incienso, pachuli, cuero y tabaco, obra de Marie Urban Le Febvre), y en la línea The Adventures of Antal: Port of Alexandria (acuática, con sal y madera) y Shadows of Giza, floral, con almizcle y cuero (estoras.co).